lunes, 19 de agosto de 2019

19 de agosto de 2019. Lunes.
NADA QUE DECIR

Sillas vacías, sin nadie que las use. Torre de la Horadada. F: FotVi 

-Apenas tengo nada –o muy poco– que decir: solo que se ha marchado mi familia y todo se ha hecho silencio. Un silencio estremecedor, el silencio que precede al llanto. Pero no lloro, el llanto son lágrimas, y yo me las guardo en mi interior para poderlas hacer más tarde recuerdo y sonrisa, y esperanza, tal vez. La Torre, sin mi familia, es una vela que se ha apagado, una soledad que ha adelgazado, es el titiritar de la ofuscación. Miro y no hay nada, hasta los pájaros se han ido, el silencio se los ha tragado. Siempre, tras la soledad, queda el silencio; la nota musical que no se oye, el mirar y no ver, el saludar y que no te respondan. Dices ¡ay! y, al otro lado del ¡ay!, queda el rumor de algo que has dicho, pero que se ha perdido en la inmensidad del espacio. Sin la familia, todo es turbación y carencia, susto, encontrarte mirando al vacío, donde, sin embargo, Diario, queda el eco de los bellos momentos vividos, que, de vez en vez, se van repitiendo, como una hermosa e íntima y feliz película de tu vida (19:22:35).

domingo, 18 de agosto de 2019

17 de agosto de 2019. Sábado.
CANDELA Y SUS PINTURAS

Paisaje con mariposas, Candela. F: FotVi

-Candela termina uno de sus cuadros: un paisaje, con flores y mariposas, inspirado en sus travesuras y sus hazañas líricas, juguetonas, maravillosamente infantiles. Cuando pinta, celebra sus juegos, sus sueños volátiles, sus fantasías pitufianas y principescas. No piensa, solo intenta hacer castillos en el aire, y los colores los va colocando según le dicta su espontaneidad. Es un Van Gogh sin modelar, arbitrario, impulsivo, bellamente incorrecto. La imaginación vence a la gramática de la estética, no ofrece líneas, ofrece sensaciones, impulsos, como toda su niñez. Después vendrán las normas y las coacciones, pero ahora es pura espontaneidad. Libertad, enigmas. Sus azules son tormentosos y las mariposas no vuelan, solo están, es como si contemplaran su corazón de niña que dice cosas incomprensibles, pero bellas, y sin alterar el orden y su paz interior, paz que es un ave que se asombra de volar. Ya seguiré contándote cosas de la pintura de Candela, Diario, cosas de pincel y virguerías ilógicas, pero de una clara, liberada y festiva hermosura (19:18:16).

viernes, 16 de agosto de 2019

15 de agosto de 2019. Jueves.
AZUL SORPRESA

Entre azules, asciende el azul. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Celebrar la Asunción de la Virgen, es como mirar al cielo y quedar enganchado en el Azul. Primero la mirada, luego el sentimiento, y, por fin, la razón. El corazón habla en azul, que es distinto de hacerlo en rojo –guerra–, o en negro –muerte. O en morado, delirio. Para mirar, me quedo con el azul, que es color de fidelidad y confianza. De iluminación. Color que toca lo divino, y lo hace humanidad. El azul hace que Dios vea la tierra como un lugar habitable para su gracia y su mano tendida. Es el amigo Azul que llega al azul, y lo redime de sus imperfecciones. Dios elige para vivir antes de nacer como su casa el azul del vientre de María, como un temblor inexplorado de virginidad, lugar para el reposo y para armarse Dios-hombre entre los hombres, y poder así morir y de este modo redimir. Dios no podía morir, pero el Dios-Hombre, sí, y fue lo que hizo, después de, obedeciendo al Padre, nacer de María. Luego, cuando la María murió, fue ascendida al cielo por voluntad de Dios, como el que aspira el amor en un beso, como el que toma a la Madre amada y la acomoda junto su Ser divino. Quien puso su carne al servicio del Hombre-Dios, no podía caer a tierra y ser allí condenada a la corrupción, al gusano, al pavor de la negrura. Así que se hizo el vuelo azul de su cuerpo hasta Dios. «Profundiza en columna que no cesa, / se nos va, se nos pierde, pincelada / de espuma azul, en el azul sorpresa». Es Gerardo Diego, haciendo que las palabras digan lo que el sentimiento enuncia: María, Diario, «pincelada de espuma azul, en el azul sorpresa»; allá, un Azul, el de María, se pierde en otro Azul, el de Dios (18:17:22).

miércoles, 14 de agosto de 2019

13 de agosto de 2019. Martes.
O ESTALLA

Mirando la libertad, en la Torre. F: FotVi.

-Fuerte viento de Levante y cielos cubiertos. Nos da un respiro el calor, se amansa el termómetro. Se domestica la fiera. Y llovizna. A las 12:30, llovizna. Como en un bautismo precioso, el cielo bautiza a la tierra reseca. Luego, un gran chaparrón, y la paz. A media tarde, se calma el viento y, cabalgando por el espacio, aparece el sol. Vestido de luz, alardea de su poder, y nos empieza a dar su calor, eso, sí, con precaución. Porque el poder precavido –prudente– es doble poder. El poder absoluto embrutece y paraliza, el poder prudente alienta y hace personas libres. Decía Tierno Galván, que «el poder es como un explosivo, o se maneja con cuidado o estalla». Y el estallido del poder es demoledor, se convierte en guerra, en un Hitler contra el mundo, en un «yo» contra toda razón. Es mi «yo» al que convierto en arma arrojadiza, en verborrea incendiaria. Siempre me han asustado los discursos del poderoso, porque son gritones, como si de su boca brotara una estampida de perros rabiosos, con mentiras infecciosas y mal intencionadas. Delirantes. Con las palabras de fuego, tapan las debilidades de la hoguera. Nadie que ostenta el poder se acuerda de lo dicho por Víctor Hugo: «Todo poder es deber». Así el poder, Diario, se hace virtud y no delirio, ejercicio para el bien y no para la negra opresión, lira y no arco para las  flechas, liberación (18:07:20).

martes, 13 de agosto de 2019

11 de agosto de 2019. Domingo.
ALELUYA Y AMÉN


Sor Matilde, la religiosa que me enseñó las primeras letras. En Molina.

-Hoy, domingo, rezo y leo, sin cansancio, con emoción de principiante. Digo aleluya y amén, apertura y fin de toda oración. Comienzo por el aleluya, que se entona para expresar la alegría y la alabanza, y concluyo con el amén, que es el himno del acatamiento, del respeto. Aleluya, pues, por el pájaro, por las gotas de agua que en este momento caen, por la laboriosidad de la hormiga, por el color y el aroma de la flor; y el amén, por la fe, que hay veces que entra en noches oscuras, cargada de silencios, los silencios de Dios, en los que apenas se adivina si es suyo el clamor callado de esos mismos silencios. Y leo a Azorín, su prosa concisa y clara, blanca, que habla de su amor a España, un amor sincero, sin espectadores, amor que nace en el corazón y en el corazón se queda, como la semilla, que, en tierra, siempre es posible que florezca. Hoy, domingo, pues rezo y leo, Diario, y me baño, y, gozoso, celebro mi júbilo, es decir, mi avanzada edad. Jubilación (11:03:54).

lunes, 12 de agosto de 2019

10 de agosto de 2019. Sábado.
LA CHABOLA

En el principio, fue la cueva, o la chabola antigua. F: De los periódicos.

-Después de una noche de sueño hilvanado, sin sobresaltos, entro en otro día caluroso, sin piedad. El aire viene como vaho caliente, más suave aquí, junto al mar, y más extremo en la capital, donde estremece el silencio de las calles al mediodía, cuando aplasta la canícula. Al mediodía las calles callan, y se detiene la circulación, y solo un perro solitario se atreve con el silencio y con la lengua fuera que alienta su jadeo, y su necesidad de compañía. El perro también siente que la soledad lo aplasta. Como a esas 60 personas que viven bajo los puentes de la M 30, en Madrid, sin luz y entre periódicos, como noticia que no se escribe. Con la pobreza y la adversidad a cuestas, estas gentes viven el día a día de lo que perciben por su trabajo de pedir –el pedir también es un trabajo. «Mi vida es la chabola y pedir limosna. Llevo 3 años así», dice una anciana de 70, a la que le asalta a los ojos la tristeza. Y así 59 personas más, con moscas y calor, y la desconsideración de la mayoría, que los ven como unos intrusos sin moral, vagos, pedigüeños, y sin otro oficio, Diario, que el de vagar. Tristemente, así los ven (10:27:30).

martes, 11 de junio de 2019

9 de junio de 2019. Domingo.
ALAS DE LIBERTAD

El Espíritu es fuego y palabra. Murcia. F: FotVi

-Fiesta de Pentecostés: el Espíritu Santo baja a tu casa y la habita. Y la enciende. La enciende con el fuego que dio alas de libertad a los apóstoles. Aquellas alas que volaban en las palabras, y en la fuerza de sus miradas. Los apóstoles encendidos e incendiarios. Daban la gran noticia, pero acusando: «El Dios de nuestros padres ha resucitado a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole de un madero». Sin pelos en la lengua. Los  que unas horas antes estaban escondidos por miedo a los judíos, ahora parecen beodos –decían algunos de los que los oían–, por la fuerza con que hablaban, por el fuego con que ardían –¡y restallaban!–sus palabras. Estas palabras daban en los oídos y explotaban dentro, en el lugar donde se encuentra la conciencia, como trozos de Espíritu Santo que incineraran y transformaran. Es el día, pues, de decir las cosas claras, de poner los puntos sobre las íes de la liberación, y de hacer visible esta liberación. «Id y predicar», les dice el Señor, y ellos obedecen. Y hablan primero en Jerusalén, y, luego, el eco de esa palabra llega hasta los confines del mundo. Usan la palabra como vehículo de Dios. Dios, encerrado en la palabra, constreñido en unas sílabas, pero desde las que se abre al mundo, para que todo tenga vida en la fe. O la vida de Dios en las cosas, para que las cosas brillen y, con su luz, Diario, nos devuelvan a Dios (19:14:07).

sábado, 8 de junio de 2019

8 de junio de 2019. Sábado.
UN DOS TRES

Luna escondiéndose, con miedo. Torre de la Horadada. F: Fotvi

-Sin quererlo se me están difuminando las fantasías, los bellos espejismos de la juventud. Aquellas noches de ensueño y risas, unos sentados, otros de pie, y los niños tirados por el suelo. Ante la mágica y didáctica televisión en blanco y negro, llena, sin embargo, de colorido y sugestión. Eran tiempos en los que apenas había unas pocas televisiones en el pueblo. No agolpábamos todos donde nos dejaban, benévolamente, y allí nos llenábamos de espectáculo. El artífice de todo ese juego, el inventor de la tele del entretenimiento y del bello aquelarre para niños y mayores, era Chicho Ibáñez Serrador, que ha muerto. A los 83 años, deteriorado el cuerpo pero fluida y despejada de cabeza. Con su Un Dos Tres, en el que la calabaza Ruperta incordiaba y Don Cicuta, con su barba a lo Valle Inclán y su campana, trataban de ahorrar, y las azafatas, con sus gafas enormes y sus minifaldas exiguas, casi decorativas, divertía y enganchaba a la tele a chicos y mayores, y daba felicidad en tiempos de dificultades y escaseces. Hizo otras cosas, como aquellas Historias para no dormir, que, tras su visión, nos íbamos a la cama con los miedos metidos en el cuerpo y sospechando, con recelo, de cualquier sombra o ruido que nos saliera al encuentro. Ha muerto un gran inventor de quimeras e ilusiones, descanse en paz. Si me lo permites, Diario, un servidor, agradecido, rezará por él, porque me hizo llorar y reír, y soñar, y sobre todo, volar (18:58:11).

viernes, 7 de junio de 2019

7 de junio de 2019. Viernes.
EL CASTILLO DE LA FELICIDAD

Bailando la alegría, en Murcia. Belén del Obispado. F. FotVi

-Si yo canto, canta el día; si yo me lamento, llora el día. Es el salmo que siempre recito al abrir los ojos, tras el sueño, y que acabo cantando. ¿Para qué emborronar el día con una mirada triste?, me digo. ¿Para qué poblarlo todo de pájaros oscuros? Y entonces ocurre que, pensando en que puedo hacer feliz la vida de los otros, río, y miro al frente como si fuera a conquistar el castillo de la felicidad. Aunque haya cosas que me entristezcan, como el silencio de Dios, a veces, o la verborrea de los mortales, siempre. Sobre todo en las tertulias políticas o de fútbol. ¡Qué cansancio, qué hartazgo! Entonces pienso en los hermosos silencios de Dios, tan concisos y, sin embargo, tan elocuentes. En el interior de uno, Diario, Dios habla silabeando silencios, callando palabras, que, con la experiencia, se llegan a descifrar, y no molestan, tan de brisa son (18:00:00).

jueves, 6 de junio de 2019

6 de junio de 2019. Jueves.
SE ACERCA EL AMOR

Amenazar con el amor, El Roto, en El País. 

-Apenas me toca nada –salvo el hecho de ser persona– y me ha herido con alevosía la muerte de la niña llamada Noa. Noa Pothoven. 17 años echados al sumidero de la muerte, por voluntad propia. Dejó de alimentarse, y escribió su propia sentencia de muerte: «Dentro de diez días a lo sumo voy a estar muerta». Cría liberarse así de su sufrimiento, de su angustia, de su temor a seguir viviendo. Ella misma había dejado escrito en su libro Ganar o perder: «Revivo el miedo y el dolor todos los días. Estoy siempre asustada, en guardia. Aún siento que mi cuerpo está sucio». Había sido violada varias veces, y no encontraba razón para seguir viviendo. Sin recursos estatales ni, por lo visto, familiares, se dejó ir por el resbalón pavoroso y triste de la muerte. La muerte, que es irse una vez y no volver nunca. O entrar en el silencio de las cosas, sin haberlas vivido, sin haberlas dicho, pues, en el decirlas, a veces, se acercan al amor. «Estoy siempre asustada», escribió. ¿También de sus padres, de tantos amigos quizá, de sí misma al mirarse en el espejo? ¿Tanto daño le hicieron? ¿Tanto, que ni siquiera el amor de la madre la pudo sacar de su horror, del abismo en el que había caído? Yo no juzgo; solo pido que estemos más cerca del que sufre, que enjuguemos las lágrimas del llora, que recemos sin ira por el avasallado, tratando de curar sus heridas, también las sicológicas; es decir, las que llagan el alma, que son las que menos se ven y las que más duelen. Un servidor, Diario, con lágrimas de hombre creyente, rezo por Noa, para borrar, para lavar, en lo posible, su pecado, si es que lo hay. Dios, como diría Borges, nos ha amenazado -desde el amor- con la inmortalidad, a la que Noa se ha encaminado (18:38:33).

miércoles, 5 de junio de 2019

5 de junio de 2019. Miércoles.
LA MUERTE NO RÍE

Contemplando la vida, en Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Esta noche he soñado que unos copos de nieve se desprendían de la altura y me caían en los ojos. Miraba al cielo. Siempre que puedo, miro hacia lo alto; el cielo a veces gotea pureza. Y revuelo de pájaros, y azul. E infinitud. Luego he comprobado que lo que hacía era calor, un calor denso, todavía no nocivo, pero sí pesado, que no deja dormir. Hacía calor y, sin embargo, soñaba que la nieve me daba en los ojos. Es decir, sentía un gesto maternal del sueño, una caricia de la noche. Y me he dicho: «Nunca estás solo». En el sueño, siempre hay algún detalle bondadoso que te libra de las pesadillas. Aunque la pesadilla, a veces, se haga cruel, y acose hasta que te despierta el grito. El grito es el remedio que te libra a veces de la oscuridad, y que te abre una vez más a la vida. Se nace, y se llora, para que llegue el aire de la vida a los pulmones. Del mismo modo, si te ves enviscado por la saliva viscosa del miedo, gritas, y, al salir del grito, te ves salvado. La tierra está gritando, se muere de tanto dar vida. Si no despierta de la pesadilla de la contaminación, morirá. Hoy, día del Medio Ambiente, pido, Diario, respetar el aire que respiramos y la tierra que nos sostiene: saquémosla de esa pesadilla de plásticos, pesticidas, y demás despojos humanos que la están haciendo inhabitable, fría, despoblada de ternura, sin una sonrisa que darnos: la muerte no ríe (19:04:27).

lunes, 3 de junio de 2019

3 de junio de 2019. Lunes.
CON RITMO DE ROCK AND ROLL

El clamor de los tulipanes, en Pamukkale, Turquía. F: FotVi

-Como un cervatillo en la espesura, alegre, confiado, saltó el primer lunes de junio en nuestras vidas. «¡Junio ya!», me he dicho; o sea, casi la mitad de la granada consumida, casi la mitad del año sobre mis espaldas ya. O un pellizco más que el tiempo le da a la vida: y así, grano a grano, mordiendo días, se acabará la granada. Sin embargo, ahí está el día, luminoso y calmo, latido y parpadeo, diciéndote que existes, que aún estás para contarlo. Y es lo que hago: contar que existo, que existes. Que aún nos visita la respiración. Que aún podemos decir luz, y casa, y letra, y poema, y niño, y madre, y amistad. Que aún tenemos capacidad de ayudarnos, de darnos la mano, de sonreír, de cantar un salmo. Aunque sea, Diario, con ritmo de rock and roll, o con ritmo de manos que hacen palmas y así se sacuden la tristeza, o con ritmo de pan que se parte y se reparte, y se mastica en la mesa común de la solidaridad –¡qué ruido más hermoso entonces!–, mesa en la que existan aún las miradas, y se rocen las manos, y, suprimidas para siempre las guerras, se hable de paz, como otro bocado más de pan, iluminada la boca (18:35:43).

domingo, 2 de junio de 2019

2 de junio de 2019. Domingo.
LA RISA DEL DOMINGO

Celebrando el domingo, en el jardín. Casa Sacerdotal. F. FotVi

-Se abre la rosa del domingo y nos deja su aroma y su belleza, y sus tristezas. El aroma y la belleza: o Dios y el rezo, la alabanza y la celebración, la lectura y la música, con los silencios que las acompañan. Y que tanto dicen. Y las tristezas: que son lo humilde, lo desechable, lo pobre, el niño con hambre y mirada grande, el padre, con las manos ocupadas en la esperanza, sin trabajo, y la enfermera que, como el buen samaritano, cuida del dolor ajeno. El domingo es misa y es un tizne de vida. O la plegaria y el encuentro con la realidad, con lo que llora, con lo que sufre. Con lo que ríe también. Quizá nos salvemos rezando, o quizá aceptando el dolor, que siempre llega como un hacha de verdugo, insistiendo sobre la vida. Pero yo me quedo con la risa del domingo, con su canto interior de alegría y celebración. Me quedo con Dios en una mano, consolando, y en la otra, con mi vida de anciano que aún sueña, y escribe versos, que luego tira. Como este, Diario, que he guardado: «Hoy he roto mi amor: te doy los vidrios» (19:45:32).

sábado, 1 de junio de 2019

1 de junio de 2019. Sábado.
SERÉ POLVO

Polvo enamorado, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Y llegó junio, con su azul rumoroso, marinero, y su calor dorado. Desde junio veo el año como una fruta que poco a poco fuera madurando, hasta que dé con sus horas y su tiempo en el suelo, y se la coman las hormigas, y los hongos la hagan su habitáculo. Ayer, al andar, me volvieron a saltar los gemelos, y el dolor se me hace espina en la pierna. Pero con el dolor, no pierdo la sonrisa. Ni la esperanza. Ni la mueca de sufrimiento, cuando el dolor me aprieta. Aunque, al fin, Diario, triunfa la esperanza; de tal modo que digo con el poeta, «seré polvo» (ceniza, residuo), «mas polvo enamorado» (18:26:48).

viernes, 31 de mayo de 2019

31 de mayo de 2019. Viernes.
TODO AZUL

Desde el cielo, todo azul. Isla de Lanzarote. Canarias. F: FotVi

-A Dios se le ha caído el bote de la pintura y lo ha llenado todo de azul. El cielo, el mar, la mirada de los niños, la pureza, la espontaneidad. El asombro. Esta mañana, todo azul. Todo sobrenada en el azul, como un pez en un acuario universal. Y yo, y tú, y el poeta, y el silencio entre las notas y el tiempo que hacen que suene la música (Mozart), y el otro silencio, el que queda tras decir las palabras, tan expresivo como el anterior, y tan sublime. Y la libertad, también azul, como el mirar de las madres o el fuerte pisar de los padres. Todo, menos como diría Fabrizio Andreella «la religión del impudor» en la que vivimos. No ha habido azul suficiente para embadurnar tal religión laica, perniciosa, vomitiva a la que la sociedad se ha inclinado. Pero el azul insiste, y, como la mancha de aceite, poco a poco, y reptando, se irá extendiendo, hasta que un día, Diario, lo invada todo, como un milagro de la mañana, como una pincelada de Dios, como un desgarro de la misericordia (también azul) de Dios (18:17:04).

jueves, 30 de mayo de 2019

30 de mayo de 2019. Jueves.
LA JAURÍA MÁS ZAFIA

Entre el caos, la vida, en el jardín. Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Hay veces, que, al despertar, me santiguo, empezando por el amén y terminando por el principio. Es decir, digo: «Amén», y, con la señal de la cruz, sigue todo lo demás. «En el nombre del Padre, del Hijo…», etcétera. Dar comienzo el día con el amén, es como firmar un cheque en blanco a Dios. Amén a la risa, amen al llanto; amén al silencio, amén a la claridad; amén al renglón torcido, amén al renglón rectilíneo; amén a todo, menos a la idiotez y a los que meten sus garras en la intimidad –preciosa y sagrada– de otra persona. Arrecia la tormenta y la impostura en las llamadas redes sociales. En ellas se alardea de todo, hasta de la miseria más indigente; más miserable. Tras el suicidio de Verónica, esa chica que se vio acorralada por la jauría más zafia y rencorosa, estoy pensando dejar toda esta farsa de vanidad y de apariencias, toda esta herrumbre que son muchas veces las redes, mal llamadas sociales. Deberían llamarse redes salvajes. Pues más que comunicar, dar noticias, ensanchar el conocimiento, en demasiadas ocasiones, degradan, envilecen, pervierten. Esas trampas. Ese circo de las risas y los llantos, con las vidas ajenas como excusa de representación, Diario, que mata y sin responsabilidad alguna posterior, que remedie la muerte, que corrija el descrédito, esas vidas destrozadas (17:57:20).

miércoles, 29 de mayo de 2019

29 de mayo de 2019. Miércoles.
SUBIR AL EVEREST

Muerte en el Everest, vanidad. F: Google 

-Se ve que es un placer ascender al Everest y morir en el intento. Hasta hace poco, subir al Everest era una hazaña, que pocos conseguían; ahora es un desmadre, y, cualquiera se pone en la cola –¡oiga, no se cuele usted!– para poder decir: «¡He pisado la cima del Everest!». Y, claro, si en la espera te aguarda la muerte, todo se hace humo, pedantería, aire. A veces, la soberbia de la vida juega estas malas pasadas. Es como el que se duerme con un cigarro encendido y arde la cama donde descansa. Hoy he visto las inmensas colas zigzagueando montaña arriba, y he sentido pánico, por las personas y por el entorno. ¡Cómo se lamentará el paisaje humillado por el pie del hombre! Y me ha venido a la mente, como un guiño de sabiduría, una sentencia del Eclesiastés: «Todas las cosas dan fastidio. Nadie puede decir que no se cansa el ojo de ver ni el oído de oír». Pero «¿No os cansáis de destruir la tierra?», podría seguir lamentándose la sabiduría. Y lo hace: «He observado cuanto sucede bajo el sol y he visto que todo es vanidad y atrapar vientos». En el Everest se atrapan vientos, Diario, y muerte, en la que el frío se acentúa hasta bajar la temperatura de menos cero hacia la nada, donde hasta los sueños se hacen carámbanos, es decir, nieve congelada que gotea ausencia, retirada, derrumbe (19:32:36).

martes, 28 de mayo de 2019

28 de mayo de 2019. Martes.
BENDICIÓN LAICA

La tolerancia es frágil, en Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Esta mañana cae en mis manos el Tratado sobre la tolerancia de Voltaire. Y cae como una bendición laica, como el dulzor de un dátil que voy a intentar gustar. Lo leo con delectación. Voltaire, el hombre que abrió las puertas a la Ilustración y clamó contra la superstición. La tolerancia, esa virtud tan inusual y, sin embargo, tan necesaria, está en entredicho. La sociedad no es muy dada a ser tolerante; por el contrario, se afana en la intransigencia y el fanatismo. El fanatismo siempre arde en la fogosidad y el delirio, y no en lo razonable. Se ha visto en estos meses de elecciones y mítines. Se eleva la voz, se cierra el puño, y se promete lo que nadie tiene, salvo el que habla, quizá. El que habla tiene sueños en la boca y los dice, sin pensar que tiene que despertar y que se va a encontrar con la realidad, que nunca es como la había imaginado. Dice Voltaire: «La religión fue instituida para hacernos felices en esta vida y en la otra. ¿Qué se necesita para ser feliz en la vida futura? Ser justo. ¿Y para ser feliz en esta? Ser indulgente». Es decir, ser paciente con los defectos ajenos, que siempre serán muy parecidos, si no iguales, a los que uno mismo tiene. A un servidor, Diario, siempre lo persigue el espejo de su conciencia, como una página donde se escribe su vida, tan deleznable unas veces y tan pura otras, o tan materia y tan música de Dios siempre (18:27:14).

lunes, 27 de mayo de 2019

27 de mayo de 2019. Lunes.
LAS MIGAJAS DE LA POLÍTICA

De desilusión también se vive, dice el refrán. El Roto. El País.

-Estuvieron (y se fueron) las elecciones, como un suspiro al despertar tras una larga noche de pesadillas. Si sientes miedo de haber dormido, es que has sufrido una alucinación, te ha rondado la tragedia. La pesadilla ha intentado sajarte –como en Un perro andaluz, de Buñuel– un ojo. Y mirar las cosas con un ojo sajado, es mala cosa, se te derrama turbia la visión. Han sucedido las elecciones y ha sido como si hubiera pasado un huracán: ha dejado alegrías y llantos. Hay quien gana pero pierde: o una mueca de chasco en la sonrisa. Como dice Gabriel Albiac: ha ganado el «adulto y deleznable» Sánchez; «o sea, el político». Pero deleznable –sigue diciendo–, no porque sea lerdo, sino por ser «inconsistente». (DAE). Nada de lo que dice tiene peso, firmeza, todo es líquido, voluble, posverdad sin verdad. Piensa en blanco lo que luego dice en rojo. Pero, a pesar de su osadía para decir y no decir al mismo tiempo, le felicito. Es un currante de la política; aunque se la trabaje en su beneficio. Y es que como dijo Heráclito: «Lo único permanente es el cambio». Y luego están los perdedores que dicen haber ganado: Casado, Rivera, y ese etcétera sin fin, donde se cobijan, Diario, todas las migajas de la política, los restos de pan y vino del destino, el ir tirando (18:03:33).

domingo, 26 de mayo de 2019

26 de mayo de 2019. Domingo.
LA PAZ DEL AMOR

Buscando la luz, en Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-«La paz os dejo, mi paz os doy», he oído esta mañana en la misa. Y a continuación: «Pero no os la doy como la da el mundo». Es Jesús el que así habla. El mundo impone la paz del que vence, pero con el silencio del vencido. Es una paz de humillados y dominadores. Es una paz turbia, trucada, artificiosa, que nunca acaba de ser paz; está fundada en la fuerza y no en el amor. Jesús nos da la paz del amor, la paz que no acosa, no derriba, no separa, sino que construye, la que hace puentes y no barreras, la que tiende la mano y da el beso de la reconciliación. Esta es la paz que libera, que nos hace Hijos y no esclavos, y que, a todos por igual, nos da el gozo del Padre e inunda de fiesta nuestro corazón. Luego, como buena oveja llevada al matadero, me he acercado a votar. Como oveja mandada, obligada por las circunstancias, escaldada. Pero no ilusionada, soñadora: son tantas las veces que nos han engañado estos iluminados sin luz, estos depredadores con atuendo de cordero, estos mantas con tan poco en la cabeza. O más bien, con pájaros en vez de ideas en la testa. En fin, que me he dicho, démosles otra oportunidad. No olvides, Diario, que llegaba de celebrar la misa y me había impregnado de la paz que nos viene de Jesús, el pacífico de Nazaret, el que no te pide la paz sino que te da la paz, y entonces yo he optado por darles la paz a estos chicos de la mentira y la monserga, de la soflama vacía, del caramelo envenenado (19:09:15).