9 de diciembre de 2019. Lunes.
ANSIAR LA LUZ
Vislumbre de luz, en el mar. Torre de la Horadada. F: FotVi |
-Lo primero que toca el
sol, cuando inaugura la mañana, es la cumbre de los montes y las copas de los
árboles. O sea, se va por los cerros de Úbeda, que diría el castizo. En la
cumbre de las montañas quizá busque la soledad y en la copa de los árboles, al
pájaro madrugador. El pájaro que canta al alba, levantando el pico para que lo
toque la luz o como el que abre sus alas para que lo moje la lluvia. Con
ansiedad de luz, con ambición de lluvia. Ansiar la luz, como el que vislumbra a
Dios. He ahí la insistencia en indagar entre la luz y la oscuridad, como el
ciego, extendiendo las manos para tratar de dar con él. Porque a Dios nunca se le
tiene seguro. Como la arena, se escapa por entre las aberturas de los dedos. Pero
está, como el sol de la mañana en la cumbre de las montañas y las copas de los árboles,
Diario, insistiendo en mi fe, suplicándole, como decía San Pablo, desde mi debilidad,
en la que me hago más fuerte (18:16:39).