lunes, 25 de noviembre de 2019

25 de noviembre de 2019. Lunes.
LOS SILENCIOS DEL ALMA

La poesía: el fruto en el árbol. Varsovia. Polonia. FotVi

-Hoy, en la Asociación de Mujeres de la ciudad de Molina de Segura, se han oído versos que hablan de fe, de humanismo, de amor. Versos de varios libros resumidos en un mismo decir: los del autor. Un servidor, hoy, ha sembrado versos en Molina, como el que echa la semilla en el surco. Luego, quizá algún día, se podrá contemplar el trigal, dorado, inclinado por el peso de las espigas. Inclinado hacia la tierra, su seno maternal. Versos de fe, en los que habita Dios, y de humanidad, en los que se descalza y suplica el hombre, y de amor, donde el corazón es la amapola. Trigal, pues, con amapolas y pájaros, y manos que miran y cuidan del cultivo, con mimo. Con apasionamiento. Un verso se escribe en un instante, pero cuestas tantas horas pensarlo y sentirlo, sobre todo sentirlo, como se siente el agua que bebes o el silencio que sigue al llanto del niño que nace. Es un destello en el pecho, un latido hermoso, que, de pronto, como si te hubiera tocado algo divino, te impulsa a escribir, a decir cosas a veces extrañas que son difíciles de entender, pero que hacen pensar, y, en ocasiones, una vez entendidas, llorar. La poesía son los silencios del alma que hablan, y que, con la luz de las palabras, dicen lo bello o lo feo de la naturaleza humana, pero de una manera excelsa, sublime, y bañados de humildad. Esta tarde en Molina, Diario, ha volado el ángel de la poesía, el de Rilke, el de tantos poetas (19:24:58).

No hay comentarios:

Publicar un comentario