jueves, 28 de noviembre de 2019

28 de noviembre de 2019. Jueves.
EL VOLAR DE LA COMETA

En el cielo, soñando. F: Googel 

-Llegados al jueves, declina la semana, como algo que se va. Se nos va de las manos como el jabón. La vida es una mentira hermosa, que, mientras dura, cautiva. Aunque, pasados los setenta, se ofusque y deprima. Se ennegrezca. La vida es bella mientras es crecimiento, o cima conseguida, por la que caminas como gacela, pero no tanto cuando es descenso. Siempre es más ilusionante el subir que el bajar, debe pasarle lo mismo a la birlocha que está sujeta la cuerda que sostiene el niño mientras aquella vuela. El volar de la cometa y el mirar asombrado del niño. Recuerdo, cuando en el castillo, en Molina, echábamos a volar las cometas que habíamos compuesto en casa, con los amigos. Siempre sorprendía la de Juan el Sacristán, enorme y con un grueso cabo, que la sostenía en el aire. Los niños mirábamos sin creer, abstraídos, el vuelo sereno de aquel artefacto maravilloso, que nos hacía soñar. Dejábamos nuestras pequeñas birlochas y nos sumábamos al acontecimiento del vuelo de la cometa más grande que jamás habíamos visto, y que llenaba nuestras cabezas de sueños. «¡Volar!», decíamos. Y volábamos con nuestra imaginación, surcando el cielo, conquistando el esplendor de la tarde, yéndonos más allá de todo. Soñábamos sin límites, hasta donde están las estrellas, y en ese mundo de luz y distancias, las estrellas, Diario, nos perdíamos (18:44:14).

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