18 de noviembre de 2022. Viernes.
EL BUEY Y LA MULA
-Alguien que ha leído con retraso La infancia de Jesús, de Benedicto XVI –Joseph Ratzinger en el mundo de la ciencia– en el que se afirmaba que, al no hablarse de ellos en el evangelio, en el portal de Belén no había animales. Y un tanto escandalizado, me ha preguntado: «¡No había ni mula ni buey! ¿Qué hacemos ahora con los Nacimientos familiares: se deben eliminar de ellos estos animales que dan su aliento al recién nacido, y completan el retablo del Portal?» El mismo Papa dio la respuesta: es verdad que en los evangelios no se habla de animales, pero al ser el pesebre el lugar donde comen éstos, la iconografía cristiana captó muy pronto «ese motivo» y colmó esa laguna, imaginando (de imaginería) el buey y la mula. El Papa no ha eliminado el buey y la mula, son los evangelios los que los silencian. Pero esto no quiere decir que haya que suprimirlos. La tradición en la Iglesia (San Agustín, San Francisco de Asís, la iconografía toda) también cuenta. Yo, Diario, en mi diminuto Nacimiento, pondré el buey y la mula, y un cordero y un pastor, y por supuesto un ángel, con un cartel desplegado que ponga: «Paz a los hombres», si así les parece (18:07:41).