23 de abril de 2023.
Domingo,
DESGARRADO DE POBREZA
DESGARRADO DE POBREZA
-Sale el sol como un cisne, espléndido. Y se va explayando en todas las cosas, dando vida. Y sin visos de lluvia. Como el ciego pedía ver, yo pido agua al Señor. «Que no mueran los pobres de pan», digo. Sin agua, todos morimos un poco; pero más el pobre, que siempre está muriendo. El pobre muere un poco de hambre, un poco de frío, también de calor, de tristeza, de soledad, cuando llora, cuando ríe (el pobre apenas ríe). Siempre hay una cruz izada sobre la faz de la tierra, la del pobre, que no cesa de sangrar. ¿Cómo puede ser alguien rico habiendo pobres? Ayudar a un pobre es aliviar el dolor de la cruz de Cristo. Cristo vivió y murió pobre y es requisito para entrar en el reino de los cielos. Cristo dijo: «Bienaventurados los pobres, porque de ellos es reino de los cielos». Es de ellos, no de otros. O aquello otro, tan terrible: «Le resulta más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de los cielos». Son palabras, Diario, de Jesús, el que murió en una cruz, clavado a la soledad y a la pobreza, para dar consistencia a sus palabras. Murió desgarrado de pobreza, nos lo cuenta el libro –día del libro– de los evangelios (12:24:43).