DESCIENDE UNA BENDICIÓN
-Llueve: Dios nos bendice. La tierra se esponja, rejuvenece. La lluvia desciende y la tierra asciende en flor y en fruto, se abre al milagro: el milagro de la primavera, que ante la mustiez y melancolía invernarles, se hace esplendor. Contemplo a la lluvia que me mira y sonríe, ¿o soy yo que me contemplo sonriendo en el charco que ella deja? Cuando llueve, rezo con más fervor a Dios: pienso que por el mismo camino que cae la lluvia puedo yo enviar mi oración; mientras llueve, los caminos hacia el cielo están abiertos. Desciende una bendición y, por el mismo hilo de agua que baja, sube una plegaria, en la que hay alabanza y súplica, amor y abrazo. «La sabiduría del cielo baja con la lluvia». (Paolo Coelho). En primavera, no obstante, sigue el invierno de la política. La política reverdece a peor, donde debiera haber uva, hay agrazones. La mentira y la grosería, el escupitajo y la acritud, son, Diario, lo que llueve estos días la política, tan miserable y tan mezquina, de tan baja calidad (17:30:56).