14 de mayo de 2023. Domingo.
EL
DÍA HUELE A DIOS-Domingo, día del Señor. Los aleluyas se atropellan en mi boca: cantan
la resurrección del Señor. Dice san Pedro en su carta primera: «Murió en la
carne, pero volvió a la vida por el Espíritu». Es el mismo Espíritu que a los
bautizados se nos da en el bautismo y que a Él lo resucitó y a nosotros nos
santifica y nos injerta en su cuerpo místico. Ayer llovió. Aunque lluvia y
aleluya riman en asonancia, no me sale el verso: demasiado aleluya para tan poca
agua. Apenas unas gotas, como ocurriera hace unos días: por estas tierras o
llueve en tromba y hace daño, o no llueve y deja los campos cuarteados e
infecundos. Amo a la lluvia tanto como al sol, pero lamento cuando uno de ellos
anula al otro. Con el cántico de los tres jóvenes, libro de Daniel, suelo
alabar y bendecir a Dios por la «lluvia y el rocío», por el «fuego y el calor»,
en una dimensión cósmica, con toda la creación en mi boca, reconociendo la gran
obra de Dios. Pero en el calor le pido a Dios la lluvia; y en los días
interminables de «témpanos y hielos», y tras bendecir a su hacedor, le pido a
Dios un poco de sol. En el pasado hubo alguien que hizo pantanos, bancos de
agua, manantiales contenidos; en el presente, alguien los destruye, sin ninguna
razón científica, sólo por capricho seudo-ecologista, que no humanista. La
lluvia es bendición, el sol es bendición, y pedir una u otro, en la necesidad,
Diario, es oración y súplica a Dios, siempre amorosas. El día huele a Dios. (12:32:53).
Es una pena lo que ha hecho ... no la lluvia... sino el granizo .. Calor o destrozo .. no hay término medio ... Un abrazo
ResponderEliminarEs una pena, pero qué hacer sino seguir. Otro abrazo.
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