11 de mayo de 2023. Jueves.
LA
LLUVIA QUE NO CESA
-Saludo con alivio el día: viene más fresquito. En esta primavera de
desgarros solares, 40 grados en algún lugar, un día sin calor es como una
cerveza en los labios, se saborea. Aliviado, rezo, y doy gracias por el nuevo
día, pero, al tiempo, recrimino –con humildad– al Señor por no darnos la
lluvia. Los campos se cuartean, las cosechas se pierden, los bosques arden. Parece
que hoy va llover, donde siempre llueve: un rito invariable. Lluvia en el
norte; sequía en el sur y en el este. Cuando llueva, escribiré aleluya y dejaré
que me inunde la bendición del cielo. Y siempre daré gracias a Dios, que me permite respirar, y amar, y volar soñando. Peor es un desierto espiritual: en
el que Dios nos ama, aunque estamos apartados de Él. Para hallar
lluvia en este desierto, nada mejor que abrir la Biblia y leer, no tardarás
mucho en verte inundado de Dios. Y sobre todo, recordar las palaras de Jesús:
«Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor»; su amor, Diario, o la
lluvia divina que no cesa (13:04:33).
A mi me encanta la lluvia y me preocupa muchísimo la falta de ella... espero que Dios escuche tus oraciones... Un abrazo.
ResponderEliminarReza, que Dios siempre escucha. Otro abrazo.
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