lunes, 6 de junio de 2022

6 de junio de 2022. Lunes.
NADAL ES UN TORNADO

Nadal un tornado, con la raqueta. F: Prensa.

-Dices Nadal y se te llena la boca de alabanzas, de signos de admiración. Nadal es un tornado con una raqueta. Es la superación interminable. Es el ¡oh! que no cesa, el asombro cada vez más ancho, como un bosque permanente de grandeza. Es el bosque Nadal hecho de trabajo, dedicación, sacrificio. Más que con la raqueta, Nadal juega con la cabeza y vence a todos sus adversarios. Nadal se busca a sí mismo y, hallado su ser íntimo, sus virtudes, sus limitaciones, lo muestra al exterior, con humildad, sin ostentación, con la pedagogía del maestro que enseña en la cátedra del «conócete a ti mismo», palabras que se leían, como advertencia, en el templo de Apolo en Delfos. Es el maestro que con la raqueta y la pelotita amarilla enseña, para el que desee aprender, la bella y humana asignatura del deporte, que es, en definitiva, la hermosa asignatura del ser humano. Todo lo que buscamos fuera lo hallamos dentro de nosotros mismos. En este tiempo de la facilidad, de que el niño no sufra aprendiendo, de que todo lo que desees lo encuentres hecho, Nadal advierte: «Lograr aquello que has soñado te hace feliz, pero sobre todo, te hace feliz recordar el esfuerzo empleado para lograrlo»; y sigue: «He aprendido a disfrutar, sufriendo». Creo más a Nadal que a cualquier político, que te regala un curso con asignaturas suspendidas, sin temblarle el pulso ni la conciencia. El político alaga para que le des tu voto, tu voluntad; Nadal, buen deportista, Diario, no alaga, solo dice: «Si quieres triunfar, lucha, trabaja, consíguelo con tu esfuerzo». Nadal te enseña su vida, y, mordiendo las copas que gana, sonríe y sique en la lucha de cada día (12:13:46).

domingo, 5 de junio de 2022

5 de junio de 2022. Domingo.
UN VIENTO RECIO

Símbolo del Espíritu Santo, la paz. Casa Sacerdotal. Murcia. 

-Hoy, en la Iglesia y en la liturgia, se ha oído un ruido, como de un viento recio, que ha conmocionado la fábrica de los templos y las conciencias. A los cincuenta días de la resurrección del Señor, el Espíritu Santo se ha hecho ruido, estruendo, un fragor celeste que ha puesto en tensión la tierra. Los discípulos, como casi siempre, encerrados, haciendo de la fe una cripta, un interior con puertas selladas. Pero el Espíritu, ruido, ha echado a la calle a los discípulos y los ha constituido palabra en las plazas, en el ágora, en los coliseos. Si hay sed, la fe como el agua no se retiene, se da. El viento recio del Espíritu hizo que los discípulos hablaran lenguas extranjeras. En boca de los apóstoles, el ruido del viento recio se hizo palabra. Hoy he rezado en Laudes: «Se llenaron todos del Espíritu Santo, y empezaron a hablar». El Espíritu Santo desató sus lenguas. La palabra es el otro ruido –soplo– que acerca, que une, que logra lo que es común: comunión. Antes de todo amor, está la palabra. O la mirada, que es otra forma silenciosa y acariciadora del lenguaje. En Jerusalén había aquel día partos, medos y elamitas, y otros de Mesopotamia, Judea y Capadocia, y gentes del Ponto y Asia, y de Frigia y de Panfilia, y de Egipto y de la zona de Libia, y forasteros de Roma, y judíos y prosélitos, y cretenses y árabes, y cada uno oyó hablar de las maravillas de Dios en su propia lengua. El Espíritu, el ruido de su presencia, Diario, abrió los oídos de los que escuchaban y, en los discípulos de Jesús, hizo políglota –plurilingüe –el miedo, hablaban y se le iban las palabras de una lengua a otra, cada cual entendía en su lengua, y celebraban, convirtiéndose, el hallazgo del Espíritu (12:47:28).

sábado, 4 de junio de 2022

4 de junio de 2022. Viernes.
NO UN DIOS SOLITARIO

Santísima Trinidad, columna. Budapest. Hungría

-Mañana Pentecostés: fiesta del Espíritu Santo. Hay una visión teológica de la Santísima Trinidad y otra “económica” o doméstica. Aquella que entiende mejor el oído laico o terrenal, el oído de andar por casa. La visión teológica es filosofía y erudición, y poco devota, aunque intervengan la santidad y sabiduría de Tomás de Aquino. Es visión que se cae de las manos y del corazón, tan metafísica es. En la visión teológica se habla de naturaleza y personas en Dios. Una sola naturaleza divina y tres personas con una individualidad completa. Difícil de entender, hasta para los niños que, por percibir mejor las cosas sin razonamiento, son más intuitivos. (Persona: las notas que pertenecen a un individuo en cuanto singular o único). Sin embargo, la visión “económica”, y aun la litúrgica, son más sencillas y cercanas. Hay que partir de lo que afirma el Concilio VI de Toledo: «Dios es uno solo, pero no solitario». Dios tiene una vida íntima que, en el amor, la hace extensiva a las tres personas divinas y a la humanidad toda. Quien es amor, no puede sentirse bien en la soledad de su trono celeste. La visión doméstica del misterio, pues, en vez de meterse en teologías –que no está mal–, trata de mostrarnos la actividad de cada una de las personas. Dios es activo en cada persona. La actividad del Padre es el amor; la del Hijo, que es Dios y Hombre, revelar este amor y dárnoslo como gracia en su vida; y la del Espíritu Santo, reunirnos en comunión y unidad familiar, o eclesial, para hacer eficaz el amor de Dios en nosotros y en nuestro entorno. De este modo, Diario, el misterio de la Trinidad es más asequible, por quedar, en el amor, dentro de nosotros mismos. La actividad del Padre es el amor; la del Hijo, la gracia que trasmite este amor; la del Espíritu Santo, la comunión, o el amor recibido y participado, compartido. Sublime y bello misterio éste, inarbarcable, pero vivo (11:23:18).

jueves, 2 de junio de 2022

2 de junio de 2022. Jueves.                                        
ESTE PERRO DE MUDO OLISQUEAR

Auditorio en la lectura de poemas. Cigarralejo. Madrid.

-He ido a Madrid y he recitado poemas, ha sido como si me nacieran manantiales en la boca. Cada vez que esto ocurre, hago profesión de mi fe poética y del lenguaje. Mi escritura es, ante todo, el resultado de una doble estupefacción o asombro: los que me causan las cosas en sí y el modo de vestirlas con palabras. En la escritura, el lenguaje para mí es tan importante o más que la cosa que él dice o airea; pues según revista la cosa que digo, así será más o menos bella, y aún más o menos la misma cosa. Si yo escribo: «Un perro levanta la pata y…», estoy expresando una vulgaridad, aunque sea una evidente y clara realidad. Pero si yo escribo:
«Este perro                                   
de mudo 
olisquear,
nervioso y solo, y listo
para la huida,
que averigua los huesos
y levanta                                                          
la pata               
–perdón a todos por el gesto–,
¿qué sostiene?,
¿qué rosa se le cae encima?
¿qué nube quiere
mantener       
en alto?,                                                             
¿o qué cielo                                                   
se le hunde
y lo defiende?», etcétera.
Esto que escribo es más mágico y, por tanto, más excelso y real. Que levante la pata un perro es un gesto cotidiano, vulgar, sin trascendencia. Pero lo otro –hecho poema– es un gesto que destilla filosofía lingüística y aun enseñanza casi metafísica. Es más, tiene su encanto reivindicativo y rebelde, casi revolucionario, oxigenante. Las palabras no sólo dicen la realidad, sino los sueños de la realidad. Una cosa dicha es una cosa que existe no sólo ante los ojos, sino sobre todo ante la inteligencia y ante la cosa misma; sin ser dicha, la cosa sería un ser ignoto y anónimo, y no estaría en la mente del hombre recreándose y consagrándose, siendo realidad vital con infinidad de ensoñaciones en su haber. Los recuerdos, al ponerle nombres, se tornan cosas de ahora, revividas, tangibles, tal es el poder de la palabra, Diario; tan es así, que la Palabra de Dios se hizo carne y habitó (y habita, late) entre nosotros (12:36:17).

miércoles, 1 de junio de 2022

1 de junio de 2022. Miércoles.
NIÑOS ROTOS

¿Por qué esta destrucción?, dirán los niños, atónitos. F: Prensa.

-Leo en la prensa –se me hiela la sangre– que en la guerra de Putin han muerto más de 260 niños y 415 han sido heridos en los casi 100 días de conflicto bélico en Ucrania. Matar niños es como cortar lirios y ponerlos a los pies de los cerdos para que los pisoteen sin pudor y hociquen en ellos. Los niños que sueñan paz y juegos, y alfabetos y números, y rayuelas y caballitos de madera voladores, mueren antes siquiera de vislumbrar mundos nuevos en un mundo tan viejo y tan agrio como el nuestro. La guerra no los ha dejado explayarse en sus sueños, y mueren con el único sueño del miedo en los ojos. Cuando abrían los ojos del ensueño se los ha cerrado el balar de rebaño de los obuses y las bombas, la muerte prematura les ha cerrado los ojos con un estruendo en su cabeza de espejos rotos. Oíd cómo suenan los cristales rotos en la noche de la muerte de los niños. Los llantos de los niños muertos en las guerras en África, en Asia, en América, en Ucrania, sonarán siempre en las cabezas de los líderes que provocaron las conflagraciones, como una lluvia de granizo y graznidos de aves carroñeras. Estos líderes como Putin jamás descansarán, Dios les pondrá delante del espejo de sus desastres, de sus ambiciones, de su barbarie interior. Los que hacen la guerra dejarán en la historia un reguero de ignominia; serán, Diario, como animales salvajes, nada ni nadie los consolará, serán maldecidos por generaciones (12:29:48).

martes, 31 de mayo de 2022

31 de mayo de 2022. Martes.
MARÍA, VISITADORA

Santuario de la Visitación, Ain Karem. Israel. F: Googel

-Visitar es salir de tu casa y entrar en la del amigo o vecino. Es cambiar de paisaje, aun espiritual, e integrarte en el nuevo paisaje hallado. La liturgia católica celebra hoy la Visitación de la Virgen María a su prima Isabel. El evangelio de San Lucas dice que, una vez que María supo por el Ángel que su prima estaba de seis meses, se puso en camino, «cum fastinatione», con prisa alegre. Un largo camino y peligroso. Me imagino a María recorriendo, recogida en sí, aquel inhóspito camino de Nazaret a Ain Karem. Llegó y, por boca de Isabel, habló el Espíritu Santo: «Bendita tú entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre», y el niño que Isabel llevaba en su vientre se agitó, se estremeció, la alegría de María se hizo risa en el niño no nacido. Jesús, ya desde la tienda del vientre de su madre, es la risa de Dios, y María el canal que la trasmite. La alegría que lleva dentro María –Jesús– la da a los demás. Dice el papa Francisco sobre esta fiesta: «María no mira hacia abajo, hacia los problemas, sino a lo alto, hacia Dios», y surge en ella la alegría de servir, de estar al lado de quien la necesita. Quien lleva a Jesús en su palabra o en su corazón no puede vivir de otra manera que no sea alegre. La alegría es luz, es esperanza, es acontecimiento que da en los ojos, Diario, y los llena de vida, donde caben todos los paisajes, también el de servir. Dijo Voltaire: «Todo les sale bien a las personas de carácter dulce y alegre», como un bocado de Dios (13:02:43).

lunes, 30 de mayo de 2022

30 de mayo de 2022. Lunes.
RECITÉ VERSOS

Firmando libros, con la alegría de la pluma. Colmenarejo. Madrid. 

-Llegado de Madrid, descanso y descansan mis versos, que cuando duermo, duermen, lo mismo que cuando rezo, rezan o cuando los pienso, alguna vez salen. Estos días en Madrid he vivido de mis versos y de la amistad entrañable surgida a lo largo de los años; años que se hicieron vida con fe, con servicio, con poemas. He servido a las personas y a los versos, y este ha sido el resultado: una lectura de versos y amistad, en un ambiente excepcional. Ambiente de bosque –canto de pájaros y sombra de cedros y pinos- y  familiar, tan cercano que se notaban los latidos del corazón entre las ancianas y nuevas generaciones, entre la alegría de vivir y el júbilo de haber vivido. Tras las palabras de Luis Hernández, el generoso anfitrión con Santi Cuadrado, y de Manolo Cuadrado, con su esposa Ana Arderíus, el promotor de la idea y la publicación en nombre de la familia, abrieron sus alas los versos, que fueron posándose en las hojas doradas –el otoño de la vida– y verdes –la juventud– de los presentes, todos ávidos de escuchar y aplaudir. Hasta los niños oían y sentían el gorjeo de los versos. Por último, reparto de libros, firma de ejemplares y comida –el ágape, o comida fraternal–, y la fiesta que, cuando se está en unión y armonía, Diario, siempre brota generosa y alegre, como algo hermosamente sagrado, donde se celebra el amor, y Dios como testigo que ríe (17:59:45).

jueves, 26 de mayo de 2022

26 de mayo de 2022. Jueves.
RECITARÉ POEMAS

Portada del libro, obra de Manolo Cuadrado. F: FotVi

-Mañana marcho a Madrid. El sábado presento mi nuevo libro Palabras y alas en el aire, una amplia antología de mis alientos, de mis versos. Decir palabras es soplar y, en vez de apagar, encender velas, alumbrar vida en aquellas cosas que se dicen. Si digo manantial suena la música del agua en la palabra; si amor o Dios, me estoy adentrando en el misterio de la vida y del Más Allá, donde la esperanza se hace realidad y fruto, acontecimiento divino. Y como el que da agua a beber en el desierto de la vida, recitaré poemas. Y buscaré no el aplauso, sino la reflexión y la mirada hacia dentro, el hacer ver cómo la palabra –la simple palabra, esa burbuja de aire que se esfuma nada más dicha– puede divertir y ser fuente de meditación. O la fuerza del poema, que, aunque sea viento, es viento reflexivo, que queda para siempre en el libro o en la memoria, y que, si le ayuda el valor, suele vencer al tiempo. Faltaré unos días, Diario. No creas que me olvido de ti, simplemente no podré entrar en internet, lugar de nuestros encuentros amistosos y entrañables. Cuando vuelva –y si Dios quiere–, te contaré todo sin dejarme letra que te pueda interesar; te lo prometo. Hasta pronto, amigos, un abrazo… virtual (11:38:59).

miércoles, 25 de mayo de 2022

25 de mayo de 2022. Miércoles.
NO REPETIRME, NI CANSAR

Recopilando palabras, con mimo. Casa Sacerdotal. Murcia.

-Hoy miércoles, cuando ya el barco de mayo se vence hacia la popa, me pongo a hacer recuento de todo lo que he escrito, o casi; de lo que soy, por tanto. Uno se muestra más en lo que escribe que en lo que dice, y aún más de como se ve en el espejo, o lo ven los demás. Mirarse en el espejo es decirse a sí mismo lo que uno es, pero en una sola dimensión, y plana; el escribir, sin embargo, es decirse uno, y, aun con miriñaque o disimulos, en tres dimensiones: te ves de proa y de popa, de babor y de estribor, y aun el cabello revuelto por el viento. Es decir, el escritor, cuando escribe, se retrata de cuerpo entero, pero no sólo por fuera, sino especialmente por dentro: abre las naves abovedadas y murmurantes de su alma y las deja decirse en el escrito; al que escribe sin decir nada de sí mismo no le salen ni Drácula (¿qué me dices, Bram Stoker?) o Frankenstein (¿no es así, señora Mary Shelley?). Shelley, como poeta, decía la fontana de su alma; Mary, su señora y novelista, decía en su obra Frankenstein los claustros de sus miedos, recorridos por espectros góticos, otra dimensión del alma. Pues, ordenando mis libros, mis artículos, mis ensayos, etc. (no muchos, como ya he dejado escrito, y todo «por no repetirme, ni cansar, ni cansarme»), estoy poniendo mi vida en orden. Cada libro que coloco en el anaquel se revela, sin dramatismos, como un poco de mí, con un título y una incógnita –mi incógnita–, allí expuesto; expuesto para ser latido del polvo y del tiempo, y de la curiosidad del que lo coja para leerlo. Y si alguien viene y coge un libro mío, y lo lee, que no sea severo con mi alma, aunque lo sea con el libro, que mi alma se hizo de vuelos y caídas, y luces y acuarelas de sombra. Sobre todo con acuarelas de sombra. Por eso, Diario, he escrito poco, para no dispersarme y ser así poco en la excelencia o simplemente poco, y no importunar ni cansar, pero sí tal vez hacerte volar en los sueños (18:34:04).

martes, 24 de mayo de 2022

24 de mayo de 2022. Martes.
EL RELOJ

Plaza florida y con reloj, Freiburgo. Alemania.

-Cuando no tengo nada que hacer, siempre hago algo, para vencer así cualquier asomo de desidia. La desidia nos hace flojos, y favorece la arritmia cardíaca y hasta la parada irremediable del órgano principal del sistema circulatorio. Y es que el corazón es igual a aquellos relojes que sólo andaban si se les movía. Como el primer reloj que me regaló mi padre, a los veintidós años. No antes. La albañilería no daba para más. Había recibido la tonsura que precedía a los órdenes menores, y el reloj fue el premio. Un Festina. En la primera comunión apenas hubo para un bollo y una taza de chocolate. La tonsura la confería el Obispo cortando un poco de pelo, ondulado entonces y de un negro brillante. En ese pelo tan cuidado, el Obispo metía la tijera con auténtica delectación. Luego, una vez tonsurado, el barbero remediaba el trasquilón del tijeretazo del Obispo y te hacía la coronilla. Y como advierte Covarrubias, la tonsura era la señal de que uno estaba dedicado a la Iglesia. Él mismo describe cómo se hacía: «El Obispo les corta los cabellos de la cabeza, con cinco tixeradas, y la quinta es en medio.» Y tenía una significación mística: «previniéndole ha de apartar de sí todas las cosas superfluas y vanas.» Era un poco, coronarte –gozosamente- de espinas. Mi primer reloj me duró veinte años: hasta que no pudo más y se paró. Creo que lo guardo en algún sitio. Recuerdo que, húmedos los ojos, me lo colocó mi padre en la muñeca y mi madre puso su mano encima y me besó. Si un día lo encuentro, Diario, te lo enseñaré, me trae muy bellas evocaciones (11:26:32).

lunes, 23 de mayo de 2022

23 de mayo de 2022. Lunes.
CREO EN LA FÍSICA

Milagro de primavera, en el jardín. Torre de a Horadada. 

-Nos ha dejado el desbocado sol que nos atosigaba. Pero no así el mirlo, que, enamorado, sigue desgañitándose cantando. La naturaleza es sabia y va poniendo y quitando cosas, según conviene a su modo de ser y gracia. Que también es gracia un Danubio desbordado o un Etna indignado y echando chispas. Aunque antes que un diluvio o tormenta de pedrisco prefiero a un Orlando furioso, el poema épico de Ludovico Ariosto. De Orlando furioso me puedo librar obviándolo; no así del pedrisco, que se nos viene encima sin previo aviso, y rompe y rasga, y acuesta las mieses. Un libro se puede abrir y cerrar; la naturaleza, no: ella abre y cierra ciclos, y seca y llena ríos, y se ríe del dios menor llamado hombre, manteniéndose inmutable en sus leyes. El hombre hace proyectos, pero la naturaleza los tiene hechos, y los va cumpliendo, dejando muchas veces en evidencia los del hombre. Yo, sin embargo, y a pesar de Büchner, el físico, sigo creyendo en los milagros, sobre todo los que no se apoyan en las leyes físicas, sino en las leyes del espíritu del mismo hombre. Como el milagro del amor. Quizá un pedazo de pan, según las leyes físicas, no pueda multiplicarse por sí o en sí mismo, pero sí, si media el amor. Como el perdón. ¿Qué ley física puede mover –ley de gravedad extrañísima, si la hubiese– al perdón? ¿No es de naturaleza que se tienda más a la venganza que a la piedad? Creo en la física; pero más, Diario, en el espíritu del hombre, concebido y hecho a imagen de otro Espíritu, el de Dios, que alienta y embellece, y nos hace vivir en la esperanza (17:54:10).

domingo, 22 de mayo de 2022

22 de mayo de 2022. Domingo.
DIOS Y LA PALABRA

María, el libro abierto de Dios, el Sí maternal. Sakopane. Polonia. F: FotVi

-En la mañana, el sol se va abriendo como una página de libro que deseara ser leída. Yo la he empezado a leer –con la alegría de un vuelo–, al tiempo que rezaba Laudes. Y ha sido una conjunción, una fusión maravillosa. Palabra y sol, Dios y alabanza. Es decir, todo es celebración. Celebro la palabra que me habla de Dios; celebro a Dios que se hace Palabra y viene a vivir junto a nosotros; celebro el sol, símbolo del Dios de justicia, y hago alabanza de todo este hermoso misterio tan cercano como la palabra con la que nos entendemos. Dice San Juan en la segunda lectura de la misa, que escuchó una voz que le decía: «Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin». (Apocalipsis). Alfa y Omega, el inicio y el final del alfabeto griego, son letras que Dios toma para hablarnos de su plenitud: de Él nace todo y todo acaba viviendo en Él. «Yo soy –dice– el renuevo y el vástago de David, la estrella luciente de la mañana». Dios es la luz que manda destellos al alma para que no ande en oscuridad. Decía San Juan de la Cruz: «No es voluntad de Dios que el alma se turbe de nada». No digas nunca, Diario, una palabra que pueda turbar o entristecer a alguien, habla siempre palabras de luz, de esperanza, de amor, y así podrás decir con el Apocalipsis: «Amén. ¡Ven, Señor Jesús!» (13:18:38).

sábado, 21 de mayo de 2022


21
de mayo de 2022. Sábado.
ESTAR DISPONIBLE

Oírla crecer, en el jardín. Casa Sacerdotal. Murcia

-Busco estar presentable el sábado 28 de mayo. Yo llamo estar presentable a estar disponible. El viernes próximo marcho a Madrid donde el sábado presentaré el nuevo libro Piedras y alas en el aire, una antología de mis poemas, a los que considero como «arcilla moldeada en verso», o un digno vaso con el que escanciar belleza. «Como si bebieras versos en una copa –kántharo– griega», me he dicho. Hoy me toca ir al otorrinolaringólogo, es decir, al iluminador de oídos, al especialista en abrir caminos por el laberinto auditivo y poder oír mejor. Me va a probar unos audífonos que apenas se ven, tan livianos son. Es algo así como el que, para evitar las gafas, se pone lentillas. Con inocencia de niño, la vejez intenta disimular sus limitaciones y se viste de paje para no parecer un rey tullido. Voy, me sienta en un sillón, y me pone los audífonos, con cuidado de madre –el otorrinolaringólogo es mujer–: «El que lleva un puntito rojo, en el oído derecho y el del puntito azul, en el izquierdo», me dice. Y con esos apósitos, parches, dentro de mí, me vinieron a dar todos los ruidos más agradables y desagradables en el mismo lugar del tímpano, y por poco me tiran al suelo. Me agarré a la mesa y dije: «¡Por favor, más suave!», y la doctora fue regulando el invento hasta que todo quedó en un manejable murmullo tierno y dócil en mi interior. Sonreí y dije: «¡Ah!», y me volví en taxi oyendo el respirar de las flores; y, como si renaciera, Diario, bendije a Dios, bendición que –¿fue así?– también oí estenderse dentro de mí (12:53:21).

viernes, 20 de mayo de 2022

20 de mayo de 2022. Viernes.
EDIFICIO ROTO

Iglesia en Bucarest, Rumanía.  

-Miro en derredor y todo parece un drama, un vals triste de Sibelius, una corchea salida del pentagrama y empotrada en el ojo del director de orquesta. Entre el director tratando de eliminar la corchea del ojo, el de la trompeta tocando a lo Armstrong en un concierto clásico, y el guirigay del público, todo aparece como un edificio roto que se cayera a pedazos. La nuestra es una sociedad herida de muerte y apenas cae en la cuenta del desastre que se avecina. Sin principios, con leyes hechas a medida de demagogias, de desmanes partidistas, leyes miserables que bendicen la muerte y desprecian la vida. Y entretanto, más pobre cada vez la sociedad, las familias, el pueblo, y más indigente la pobreza y más sola y triste en la desgracia la soledad. Mientras, los políticos ríen y se dicen cosas terribles, groseras a veces, que quedan en un aplauso bobo e insensato de la propia bancada, la que apoya al provocador y camorrista. Ejemplo: el presidente del ejecutivo, Sánchez, llama a los servidores del Estado que defendieron en Cataluña la legalidad vigente, «piolines», echaron humo las palmas; luego policías y guardias civiles llamaron al presidente «sinvergüenza», no hubo palmas, solo indignación. Aunque la indignación como las palmas también se oye, solo que la indignación como un trueno, que aterra y acallan a las palmas, humillándolas. Dejo de leer la prensa y me centro en meditar el evangelio del día. San Juan me recuerda aquella frase de Jesús: «Que mi alegría esté en vosotros», como el silencio de la rosa o el vuelo de las aves, y, Diario, me dejo invadir por este destello de esperanza en un mundo entristecido e injusto, pero en el que todavía queda un Dios que ama y acompaña, y, si le dejas, señala caminos (13:03:21).

jueves, 19 de mayo de 2022

19 de mayo de 2022. Jueves.
AMARÉ

Geranio: morirá dádonse, en el jardín. Torre de la Horadada

-Me abro al día con menos ropa y un poco más de cansancio, aunque esta especie de desaliento aún me permite trabajar. Me miro en el espejo azul del cielo y me veo más mayor y un tanto vencido, pero no tanto como para impedirme leer y escribir. Leo con ferocidad: siempre me parece que aquello vaya a ser lo último que lea. Esta mañana leo a Shakespeare, que me dice: «Ama a todos, confía solo en algunos, y no hagas mal a nadie». Shakespeare, que era sabio en las letras, lo era también en el espíritu, poseía la sabiduría del evangelio. Y es que como decía San Pablo: «El amor no se goza de la injusticia, goza de la verdad». Yo estimo que Shakespeare se habría dicho: «Si me encierro en mí mismo, pronto me faltaría el aire, y moriría por hipoxemia, amaré». De igual modo que la hipoxemia mata por falta de oxígeno en la sangre, nuestra vida espiritual muere por falta de amor. Ama, y en todo caso, si no amas, no hagas mal a nadie, aconseja el dramaturgo inglés. Decía San Agustín: «Según crece el amor dentro de ti, así crece también la belleza, el amor es la belleza del alma». El amor, en sí, es belleza; belleza, Diario, en la que Dios vive y descansa, y es Trinidad (12:42:18).

martes, 17 de mayo de 2022

17 de mayo de 2022. Martes.
UTOPÍA A LA QUE DAR ALCANCE

Murcia en primavera, luz y flores. 

-Sin llamarlo, parece llegado el verano, los calores, los días de azul y sol, el parpadeo de luz intensa, o así lo aparenta. Pero es solo apariencia; la primavera es más esplendor que relámpago, más destello que fuego. El inglés Bernard Williams, el «filósofo de la moral», como es conocido, une el concepto de primavera al de la esperanza, y así le da un contenido místico, espiritual, a la estación más variada y bucólica del año. La primavera es el poema que comienza al final del invierno y concluye en el principio del verano. «El día en que el Señor creó la esperanza –dice Bernard Williams– fue probablemente el mismo día en que creó la primavera». La primavera va revestida de sueños, es camino por andar; como decía San Juan de la Cruz, es utopía a la que dar alcance. El verano es gavilla, es fruto, es el acontecimiento de la recogida. La primavera es el adviento, el tiempo en el que todo se espera, aguardando ser dátil o aceituna, o pequeña bóveda de catedral acabada en la naranja. Muerdo la manzana o la almendra y digo: «Gracias, primavera», y, con deleite, saboreo su pulpa, su corazón, y en ellas toco, con la punta de la lengua, al Creador. Dios, que está en todo, Diario, se me da en todo, también en el dátil o la aceituna, que, sin palabras, me hablan de Dios (18:08:54).

lunes, 16 de mayo de 2022

16 de mayo de 2022. Lunes.
FILÓN DE ORO

El sol dibuja un atardecer. En Torre de la Horadada. 

-El sol es un filón de oro. Y, como dádiva que es, no es oro recluido en una caja fuerte de un banco o en el anillo con piedra preciosa de un jefe de la cosa. El oro del sol es oro que fluye en sus carros de fuego, intangible, lúdico, y, como el agua, es luminaria que no hace acepciones, sino que se da a todo y a todos por igual. Se da a la piedra y al bicho, al que ara como al que roba, al narcisista como al jorobado (Quasimodo, Notre-Dame de Paris). Sea alba, o cénit, u ocaso, el sol siempre es donación. ¿El sol, dios? ¿Por qué no? Dios menor; lo es para el poeta y para el que no advierte que existe el Dios que ama. El sol ha sido divinizado por muchos pueblos, como ahora lo son el dinero y el poder, la tertulia y el chismorreo, la política y la mentira, de la que tantos viven. Hubo un pueblo, sin embargo, que, aun celebrándolo, nunca llamó dios al sol. El pueblo de Israel. Lo llamó, con lírica de poema, «lucero grande para el dominio del día». (Génesis). Lucero grande o lucero del día, pero nunca Sol –o dios– como hicieran otros pueblos vecinos. Y aun a la luna, con la delicadeza del que toca plata con el lenguaje, la llama «lucero pequeño para el dominio de la noche». Aunque importantes –existen como «focos que alumbran la tierra y fijan el calendario»–, son solo criaturas que cumplen con el designio de Dios: «Haya luceros en el firmamento celeste», dijo Dios, y surgieron. ¿Para qué? «Para apartar el día de la noche y valgan de señales para solemnidades, días y años.». Celebrar el sol, sí, aunque sea con cremas y ditirambos de la paganía, pero sin idolatrarlo. El sol calienta, pero no oye, ni siente, ni habla, sólo arde, como dice la Escritura, Diario, para «el dominio del día» (17:29:19).

domingo, 15 de mayo de 2022

  

15 de mayo de 2022. Domingo.
AMOR, INVENCIÓN, UTOPÍA

Santa Teresa de Calcuta, la utopía del amor. F: Prensa

-Como el almendro en primavera, como la rosa de abril, el Señor nos quiere nuevos, renacidos, para inundar de novedad el mundo. El amor, si se vive dándose, es invención, primicia, acontecimiento latente. El odio es vejez, el amor es trigal que se dobla impulsado por la abundancia. El amor nunca muere, en él siempre hay amaneceres nuevos. El quinto domingo de pascua es el domingo de la esplendente novedad. Para una Jerusalén nueva, nacida del costado de Cristo en la Cruz, un mandamiento nuevo: «Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros», dice Jesús, o la invención de Dios que redime el mundo, renovándolo. Amaos, nos dice, no olvidéis, no seáis indiferentes, nunca paséis de largo, deteneos en el amor. El amor se hace, se construye amando. En la cripta de tu amor viven Dios y todo lo que amas. Dios es familia tuya en el amor. «Como yo os he amado», añade. Para que no se confunda con otra clase de amores, que no son amor. El amor es «camino a la utopía». Siempre que damos pasos en el amor hacia los demás, estamos haciendo realidad la Pascua. En medio de un mundo egoísta, avaro, ruin, unos cristianos que aman, que se dan la paz y crean la paz; en medio de una sociedad, rota, dividida, desintegrada, amando se vive y se hace realidad la utopía. Cantemos un cántico nuevo, Diario, a esta novedad de amor y cercanía, de donación sin límites: «Amaos como yo os he amado», es decir; hasta darse en la cruz de la entrega, sin perder la sonrisa ni la mirada limpia, con el corazón en la mano (13:02:54).

sábado, 14 de mayo de 2022

14 de mayo de 2022. Sábado.
EL ÍMPETU DE LOS SUEÑOS

Dibujando su corzónn en la arcilla, esperando que florezca. F: Googel

-Cuando lo corporal se va inmolando en aras de la edad, se va haciendo más alado e inquieto el espíritu. El cuerpo, con la edad, pierde agilidad, viveza, pero ve crecer, si lo dejas y alimentas, la fortaleza del espíritu, el ímpetu de los sueños. Sueños que, en realidad, son recuerdos reconvertidos, hechos esperanza. Decía André Maurois: «El arte de envejecer es el arte de conservar alguna esperanza». ¿No habéis visto los almendros? Añosos y con cicatrices, y sin apenas unas gotas de agua durante el año, y, no obstante, cuando atisban la primavera, florecen, se hacen milagro de Dios anunciando la belleza de lo frágil. Tanto la arcada inabarcable de una catedral como la lucecita que parpadea ante el sagrario son belleza en la que Dios pone su dedo, su atención bondadosa y creativa. Recuerdo el día en el que, asomándome por el ventanal de lentes y espejos, de tubos y diafragmas del microscopio, contemplé una gota de agua y descubrí el universo de vida que pululaba en la platina, lugar de encuentro con el misterio de la naturaleza. Entonces pensé absorto: «¡Dios anda por la galaxia de las cosas pequeñas!», y me acostumbré con Leibniz a ver a Dios en la belleza de esas cosas. Pues sin ser Dios esa belleza acuosa, Dios está en ella, alentándola, dándole consistencia. Decía el filósofo escocés David Hume: «No es cualidad de las cosas, sino del espíritu que las contempla». Si eres joven en el espíritu, todo lo verás nuevo y fresco, y florecerán florecillas en el campo de tus ojos, tendrás alegría en tu vejez. Tus ojos, Diario, delatarán tu juventud espiritual, que, con el Espíritu de Dios, renovarán, en ti, la faz de la tierra (12:22:06).

viernes, 13 de mayo de 2022

 

13 de mayo de 2022. Viernes.
LA RIDICULEZ

Edición del libro, Colección Austral. 

-Al contrario que el mirlo, que sigue inspirado (es primavera), yo ando un poco tardo de reflejos literarios. Estoy, como el déficit o los precios de la cesta de la compra, por las nubes de la inercia. Eso sí: como los días son más largos y el sol ya nos encara con sus rayos de punta, leo más y escribo menos. La pereza. Ahora estoy con Chesterton, que hace que se me rían los huesos. Chesterton es divertido como un buen chiste dicho por un mejor cómico. Y todo porque escribe del hombre, que no es un chiste pero, a veces, lo parece. Turnbull y Maclan –La esfera y la cruz–, dos personajes a punto de batirse por sus ideas (ateo uno, creyente el otro), son el hazmerreír de sí mismos. Dilatan y dilatan su enfrentamiento, porque, al fin (y desde el odio), empiezan a estimarse sin remedio. Chesterton los pinta ridículos, pero humanos. O los pinta humanos, porque ante sus ojos de autor con fe en la persona humana (y en Dios), le duele que haya personas ridículas. Chesterton reviste a estos personajes de dignidad, aunque ellos parezcan no merecerla. Chesterton podría haber escrito en La Codorniz, aquella revista del ridículo como chiste, o el chiste como nota de humanidad ante el ridículo; o quizá no, porque Chesterton era católico y creía en el hombre tanto como en Dios, y esto le alejaba de ciertos ambientes, como el del totalitarismo ateo, tan intransigente y vario en época de La Codorniz (17:58:41).