2 de noviembre de 2013. Sábado.
PARA IR VIENDO
¡Luz!, en la noche del jardín. F: FotVi |
-En el día de
los difuntos, leo dos frases dichas por famosos a la hora de morir. En el último
momento, Goethe sintió entrar en el abismo de la negrura, que es el vacío de la
soledad; y le sobrevino la angustia.
Advertir
que todo se desvanece alrededor tuyo (rostros amados, objetos, tus manos, la
del ser querido que pone en tu boca un poco de agua), debe ser terrible. Goethe
sintió la oscuridad de la muerte, y gritó: «¡Luz, más luz!», y entró en el túnel
sin fin; o en el túnel de la fe, que acaba en otra luz.
El
segundo famoso fue Nietzsche, que, en el momento de la verdad, cuando ya no
queda ninguna vanidad a la que agarrarse, y se percibe que todo es humo, confesó
a su hermana: «Mi fe en el superhombre fue una romántica ilusión, al tiempo que
mi fe en Dios fue sacudida, pero nunca destruida».
Aquí,
sin dramatizar ni tratar de llevar el ascua a mi sardina, en vez de «vivir para
ver», podría decirse: «morir para ir viendo». ¿No te parece, Diario? (22:37:58).
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