3 de noviembre de 2013. Domingo.
SE TRATABA DE
VER
San Salvador de Chora. Estambul. F: FotVi |
-Si no veo, me
subiré a un árbol; aunque sea adulto, poderoso y rico, y me cubra una túnica. Yo
no tengo la culpa de ser bajo de estatura. Me costará, pero no importa. Las
sandalias me resbalan, pero he de subir; se trata de ver.
Y,
de pronto, me veo cabalgando sobre la rama de un sicómoro, o higuera de Egipto,
con los pies colgando. Me caen gotas de sudor y me ruborizo; la gente me mira y
ríe. En Jericó, no se me estima: soy jefe de publicanos, y el pecado me
acompaña. Por la calle he de ir con los ojos bajos, como escondiéndome de mí
mismo. Provoco respeto, pero no cariño.
Se
acerca el vocerío y el confuso siseo de los pies al andar. Todo lo envuelve una
columna de polvo, como cuando un desfile de soldados. Y lo niños corren y
alborotan, y adelantan la noticia de que llega aquel al que deseo ver. ¡Y logro
verlo!
Es
de porte sencillo y próximo, habla con todos y se deja cercar; sonríe y su
mirada es complaciente, pero encendida, como hecha de rachas de fuego. Recuerda
la mirada de Juan, el que bautizaba en el Jordán; es como aquélla, pero más
luminosa. Y no sólo habla, sino que escucha; al andar, la multitud le estrecha
y alarga las manos para tocarle. Y él corresponde, dejándose tocar.
Mas,
de pronto, veo que se detiene la comitiva, y se hace un silencio. Miro más
atentamente, para ver qué es lo que pasa, y me siento a mi vez observado,
mirado por todos. Y una voz, la del Maestro, que se dirige a mí y me dice: «Zaqueo,
baja enseguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa»; y no lo puedo creer,
pero es verdad: el Maestro me ha pedido hospedarse en mi casa.
Y
ahí, en ese momento, entre lágrimas, dio comienzo mi conversión. Bajé, comimos
y denuncié mi riqueza; dije: «Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a
los pobres, y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más».
Y quedó como ejemplo, Diario, de lo que debiera hacer todo aquel que
roba; ahora que tanto se estila (19:49:10).
No hay comentarios:
Publicar un comentario