miércoles, 20 de noviembre de 2013


20 de noviembre de 2013. Miércoles.

LA «NIÑA» DE MIS OJOS
 
Don de la inocencia. F: Ernesto
 
-Hoy, día universal del niño, dedico a la «niña» de mis ojos, Candela, este poema, que hace recuerdo y alabanza de mi niñez y que forma parte de mi libro Introducción a una selva incipiente, escrito en 1974, y publicado en la editorial 23-27 en 1975. Éste es el poema: 

            Dejadme huir hacia mi cuna,
otra vez
al reverso
de los días,
a mirarme en aquel espejo
de inocencia que un día
yo rompí. 

¡Qué plenitud más sola en mi niñez! 

Yo solo conquistando torres,
líneas de allá,
de acá,
confines y pizarras,
jinetes de vocales desbocados,
y sin memoria aún,
sin odio,
¡oh!,
la limpia calavera enamorada
de bichos y fantasmas,
de aros locos:
un pájaro de gloria poseído
y volado y tenido,
sin bisagras los ojos,
siempre abiertos al sol
e intermitentes… 

La plenitud eran los labios:
la letra era un portento,
letra y sonoridad,
caída de algo
tras la simple
movida de los labios,
caída de algo ileso:
un verbal desgarrón entre los dientes
poblando mi niñez
con brotes:
¡agua!
(palabra)
¡hoy!
(palabra)
¡siempre!
(hoy sin ayer)
y enamorado el pie por las pisadas. 

Nombré las cosas con amor
en los inicios;
en los inicios,
¡madre!:
aire corpóreo,
metal y bosque,
laberinto de cosas por andar
sus manos y sus cejas
-broncería-,
sus sueños para mí como de abeja
laboriosa, mañada de palabras
que ponían al mundo
como un templo
azul. 

El pan,
aunque a lo pobre,
la mañana en el estanque de la plaza,
la calma por doquier,
como los viejos
por el sol
sangrando
años y rosas,
reumas
y reliquias,
y yo en el don de la juguetería. 

Huir hacia mi cuna es un dolor,
un resbalón
de pájaro en el tiempo. 

No puedo disuadirme de avanzar,
pero pienso que ayer era más día,
más escuela de sueños
y otro el signo.
 
Lo dicho, Diario, dedicado a Candela, hasta que llegue el día en que pueda leer y entender, y como homenaje a todos los niños del mundo: que haya amor para ellos, y pan, y escuelas, y caballos de mentira y muñecas de verdad, y bellos sueños, con un más bello despertar: en un mundo mejor, Dios (18:51:24).

1 comentario:

  1. En el libro, el poema se titula AQUELLA NIÑEZ O TIEMPO, para que, cuando lo lea Candela, se oriente y llegue a entenderlo.

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