22 de agosto de 2019. Jueves.
LLENO
DE CANDELA
Vuelve atrás, libremente. F: FotVi |
-Salgo de la Torre con
las palomas entonando mi despedida: van y vienen, y beben agua en una charca que
hay en el toldo que cierra la piscina. Beben y miran: son como espías, que, sin
llamar la atención, todo lo observan. Se posan, cierran las alas, miran, hincan
el pico en el agua, y vuelven a mirar, y luego de haberse llenado de noticias,
abren las alas y se van. Hoy he vuelto de mis días de asueto, de mis días de
piscina y lectura, de mis días de rezos y escritura. He leído a Juan Rulfo, su
prosa áspera y exacta, terrible, llena de realidad y misterio, casi mística. Y
vuelvo alegre y lleno de Candela: su alegría, su inocencia, su sabiduría, su
bondad, su gracia, sus interminables zambullidas en el agua, sus eternas
sesiones de dibujos animados en la tele: Yoyo, Pepa Pi, Lazy Town, Maya,
Doraemon…, y sus alegres gritos de ¡libertad! Pero para libertad, Candela, la que
ahora tienes, la que no puede lastimarte, la que dices y queda en ti, con
ruido, pero ilesa; luego llegará la otra libertad controlada, la que apenas te
deja andar sin avisarte de que estás trasgrediendo alguna ocurrencia del
político de turno o del moralista arcaico e infectado de soberbia. Vive en tu
libertad limpia y no agorera, vive tu niñez de sueños y bellos augurios, donde
todo parece brotar de un lindo dibujo de la tele. Dile a Candela, Diario, que
su niñez de ahora es su libertad verdadera, su tiempo de la sorpresa, de la
fascinación, de sus risas desbocadas, de su hermosa locura de niña buena y avispada,
inventora de alegrías nuevas, de hazañas inverosímiles, luminosas, sin fanatismos, de libro que abres y lees por primera vez. Seducción (13:07:11).
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