31 de agosto de 2019. Sábado.
LA
SED Y DIOS
Oro en el agua. Torre de la Horadada. F. Fotvi |
-«El correr de las
acequias alegra la ciudad de Dios». Es el salmo 46, que canta de esta manera
tan bella el hilo de vida que es una acequia en la que corre el agua, y en la
que se puede beber. Te arrodillas, metes el cuenco de la mano, atrapas un poco
de agua, y, mientras caen gotas por entre los dedos, sorbes un buche y tragas,
y, en el frescor que sientes en los dientes de la boca y la garganta al pasar
el agua, ves el cielo allí descendido, Diario, y a Dios, como un alivio, calmando
toda sed (18:44:57).,
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