29 de agosto de 2019. Jueves.
MENTA
O YERBABUENA
Parecen alas, pero no vuelan. Torre de la Horadada. F: FotVi |
-La menta o yerbabuena
es una planta que ahuyenta a los mosquitos, quizá sea su olor dulzón lo que los
espante. No sé. Pero sí sé, que los mosquitos, son esos pequeños Drácula que
inhalan sangre y escupen picazón. Mientras beben, destilan horror, es su modo
de agradecer lo que saborean. Son unos desagradecidos. Como algunas personas –digamos
políticos, banqueros, dirigentes de empresa, los comparsas de las Cortes, los
que se cobijan bajo la flor marchita del independentismo, cualquier prócer narcisista
y caduco–, que nos chupan las ideas y valores, los sueños y los afanes, y nos
devuelven, a cambio, mentiras y postureo, consignas e ideología, nada que nos salve.
Nosotros les damos nuestro trabajo, nuestro tiempo, insistimos en lo positivo,
en lo que nos sabe a duda –a pregunta– en la cabeza, aquello que, a pesar de
los tropiezos, nos va salvando día a día. Ahí hay una ilusión, una utopía, la
llama de un horizonte nuevo, revuelta con todos los problemas que surgen cada
vez. Y vienen ellos, mosquitos de rostro humano, parásitos de guante blanco, y
nos chupan la sangre, ese don que nos inunda y nos mantiene en pie. Y Dios, que
anda por ahí, nos advierte que no creamos a estos mosquitos que siempre hablan con
la biblia de la promesa en la boca, y nunca cumplen lo prometido, eso, sí, chupan
hasta haber inventado la lividez, lo que marchita y envilece; es decir, nos
pasan la idiotez como picazón, como bisturí que raja nuestra esperanza, y así, Diario,
nos embaucan y nos roban y nos entontecen, con desconsideración y alevosía, sin
hartura (11:59:52).
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