27 de junio de 2021. Domingo.
LLANTO Y JÚBILO
LLANTO Y JÚBILO
-«Al atardecer nos visita el llanto, / por la mañana, el júbilo», canta el
salmo de la misa de hoy. Y sigue: «Cambiaste, Señor, mi luto en danzas». Pienso:
«La fragilidad de la tarde»; o la tarde hecha de transparencias y colores de
acuarela, con la timidez del pincel que no aprieta, que dice y no dice, que se
queda en una mancha de agua teñida, sólo matiz. En la tarde de la vida, nos
visita la nostalgia, que llora, con lágrimas, lo que nos queda en el recuerdo,
como una vieja película en blanco y negro de lo que fueron nuestros sueños y
quehaceres más hermosos. Pero llega la mañana, y el júbilo se hace risa en los
labios y luz en los ojos, como una pintura luminosa e impulsada hacia arriba por
el pincel del Greco. La pintura del Greco es ascensión –una salida clara de
sol– que escapa de la tierra y, al dar en el cielo, se hace gozo, danza festiva
de colores, dibujo visible del cielo invisible de Dios. En la mañana, y en mi
corazón, mi luto se ha convertido en danza, vals de palabras en los labios, oración,
arboleda verde de esperanza, donde Dios trenza pasos divinos, danza –¿por qué
no?– conmigo. Si Dios es Dios, y puede hacer todo, también podrá, si lo invito,
dar unos pasos de baile celeste, ¿o es demasiado para Dios? Yo creo que Dios
puede, ¿y tú, Diario? No seas incrédulo, sino fiel (13:14:10).
No hay comentarios:
Publicar un comentario