11 de enero de 2015. Domingo.
REZAR
HOY
Tristeza, en el jardín. F: FotVi |
-Yo, hoy, no me voy a lamentar ni manifestar por el terror yihadista
(islamista) acaecido estos días en París. Yo, hoy, voy a rezar; una vez dejada
atrás la noche y sus pesadillas, ya lo he hecho: rezar hoy al alba, en el
momento de la pureza de la luz, cuando el despertar sonoro de todo, también de
lo que clama sin oírse. El rezar no mata, y salva; al menos me salva a mí y, a
mi entorno, lo salva de mí. A mí, el rezar (no el miedo) me salva del odio y me
da la paz; paz que a mi vez intento trasmitir como el saludo o las miradas. ¿Ingenuidad?
Tal vez, pero la ingenuidad no mata ni contamina y es libro abierto de lo candoroso
y sincero, la otra acepción de lo ingenuo. Ya lo dijo alguien: «Rezad por los
que os persiguen». ¡Terrible ingenuidad! Y otro ingenuo: «No tengáis miedo», lo
decía el 22 de octubre de 1978 Juan Pablo II, en la plaza de San Pedro, y en el
momento en que iniciaba su feliz papado. Ah, y porque soy ingenuo y candoroso,
y sincero, y prefiero la paz y no la guerra, y porque defiendo la libertad de expresión,
he de decir (decirme) que «yo no soy Charlie
Hebdo», no lo soy; pero sí estoy con los que han muerto a causa de Charlie Hebdo; y, aunque hayan pretendido
ofenderme alguna vez con sus adiposos y procaces y procelosos dibujos, con sus
gracietas de sal gorda, rezo por los asesinados a manos de una barbarie, que
nunca se justificará, y menos poniendo como causa (o escusa) la fe. Y aún más:
no tengo nada que perdonarles a los fallecidos, porque, aunque hayan insistido
en hacerlo, a mí no me han ofendido nunca, ni creo que a ningún creyente de
bien; también a una viñeta se le puede poner la otra mejilla. ¿Y será políticamente incorrecto decir que tal
vez los que por ofender hacen mofa de cosas que otros aman, y en las que creen,
y por las que darían su vida, en realidad solo acaban ofendiéndose a sí mismos?
No lo diré; pero no porque se trate de algo políticamente incorrecto -que en
determinados asuntos lo soy (políticamente incorrecto) y lo quiero seguir
siendo-; sino por deferencia a los fallecidos en la redacción del Charlie Hebdo, en París. Lo «políticamente
correcto» me lo salto yo (y con ser bajito) a la pata coja y no me causa ningún
respeto lo que digan estos o aquellos, sobre todo si estos o aquellos son
adictos al barato anabolizante de la recurrente y mal llamada progresía (ya sea
de derechas o de izquierdas), o a su vacío intelectual; para los muertos, sí, todo
el respeto, por los que rezo (18:53:08)