lunes, 8 de mayo de 2017

8 de mayo de 2017. Lunes.
COLOFÓN

Flor y espinos, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Esta mañana, en San Juan de Ávila, luego de la misa, y como colofón del acontecimiento, decía yo:
«Vengo a deciros, con muchos nervios y unos pocos versos, «la palabra luminosa de la ofrenda: gracias». (María Zambrano).
Gracias.
Señores Obispos, compañeros, amigos: estamos celebrando los 25, los 50 y los 60 años de sacerdocio de unas personas que han hecho de la Palabra y de la ofrenda la razón de sus vidas. «La palabra se hizo carne -dijo San Juan-, y habitó entre nosotros». Él, Jesús, incendió la palabra y nosotros hemos cogido el relevo, y, con humildad «y perdonados» -como diría el papa Francisco-, seguimos en la tarea de dar un poco luz a este mundo nuestro que en tantas oscuridades anda.
Hoy celebramos esto: nuestra perseverancia en este menester, en esta labor hermosa, aunque difícil. 25, 50, 60 años de palabras, de signos (sacramentos), de aleluyas y tristezas, de luces y silencios. Casi toda una vida. O toda una vida.
Y, ahora, como una acción de gracias; como una eucaristía de versos por nuestros muchos años de sacerdocio, os leo este poema, que he compuesto para vosotros, amigos. Y que he titulado:

      Quejas de amor de un corazón enamorado.

Ya estoy, Señor, de tu dolor servido,
que un trago de tu copa yo he gustado;
los clavos de tu cruz me han traspasado
manos y pies, y en ella estoy rendido.

¿Por qué tu amor así me ha sorprendido,
dejándome sin pies y maniatado,
sin libertad, Señor, mas tan librado?
¿Tan celoso es tu amor y tan crecido,

que así mi corazón retienes preso?
No huiré, Señor, que solo en tu ternura
amores y delicias mi alma halla.

Mas no cargues mis hombros con el peso
de tanto amor y tanta galanura,
por si mi corazón no puede, y falla.

(Aplausos, y fin) (20:28:49).

domingo, 7 de mayo de 2017

7 de mayo de 2017. Domingo.
ESPADAS DE DOS FILOS

Cosas que no pasan, ruinas Basílica de San Juan, Éfeso. Turquía. F: FotVi

-Domingo y luz extrema, con pájaros de mal agüero planeando sobre el horizonte. (Elecciones en Francia, y miedo en las almas). El sol ya empieza a soñar que quema; es un soñador que pone ante ti playas y cremas, y el vermut con hielo y una oliva pinchada a un palillo, ah, sabiendo a sorbo y bocado gloriosos. Saboreo el dulce sabor del líquido y mastico el pequeño cuerpo de la oliva ensartada, con fruición. Y sueño. Mañana, sin embargo, será otro día, Diario; en la iglesia de San Juan de Ávila, en Murcia, celebraremos unos pocos los 25, los 50 y los 60 años de ser curas, ese tiempo que pasa como una flecha de indio, y que, como la abreviatura de vida que va de capa caída, te deja viejito y aminorado, pero celebrando a Dios, y esperando que, cuando ocurra, ese mismo Dios te mire con ojos de misericordia y no con ojos de espadas de dos filos, airadamente (20:49:20).

sábado, 6 de mayo de 2017

6 de mayo de 2017. Sábado.
BOCADO LLENO

Diez voces, en Molina. F: FotVi

-Ayer festejamos a la poesía, como arma arrojadiza de la belleza. En Molina, donde yo nací y no crecí. Crecí por otros mundos más universales y cosmopolitas, más enciclopédicos. Mi vida, así, se ha parecido más a una biblioteca que a una máquina de escribir. He leído más que he escrito. La biblioteca, o la abundancia violenta, desmedida, frente a la máquina de escribir con su teclear tardo e igual, monocorde, íntimo, pero seguro. Aunque me han servido ambas para seguir en el camino y no perderme en él, con referencias y notas a pie de página. Decía que ayer, y gracias a Paco Illán -poeta él-, en Molina, agasajamos a la poesía, con lectura de poemas de diversos autores. Leer poemas es como morder palabras -con gula- y que sepan a palabra; es decir, que sepan a belleza sin engolamiento, a luz, sin encandilar, a vida, con acíbar, pero con el suave dulzor de la esperanza. Sus aleteos. Como dijo el poeta: en las palabras «todo son credo, amor y ensueño, y boca, / sin verdades, quizá, pero con alas». Diez voces distintas, Diario, pero limpias y verdaderas, y sabiendo a fruta mordida con fruición, bocado lleno, colmado, desparramándose por las comisuras (19:53:42).

viernes, 5 de mayo de 2017

5 de mayo de 2017. Viernes.
RED

Tortura, en Vilna. Lituania. F: J. Giner

-Hay palabras nuevas que causan pavor. Como red. No sé por qué la palabra red me produce escalofríos como de ser algo que atrapa. Pienso en el pez, en el pájaro, en cualquier otro animal, aunque sea humano, que caiga en su enredo, en su tinglado hostil. Digo red y me viene a la mente la palabra malla, útil de cuerdas y alambres que pesca y caza, que cerca y abraza, y que te hace estar tras una maraña de hilos bastardos que te quitan la libertad y el aliento, te someten, te atan. Salvo la red que recoge el pelo, y que deviene en llamarse redecilla, la palabra red me aterra y me hace mirar alrededor por si me observa la araña. Su maligna visión múltiple. Red y redes. Ahora denominadas redes sociales; o conjunto de equipos informáticos conectados entre sí que intercambian información. Información verdadera o falsa, idílica o perturbadora, que te dé o quite la vida, que te haga más sabio o más adicto. O más desoladoramente tonto. No importa. Lo trascendental, ahora, es entrar en las redes y hacerte noticia viral. Es decir, virulento, tóxico. Da igual ir de gala o en pantuflas, desnudo o con tirantes, libre o tirano. Lo sustancial es que algo tuyo -tu narciso, tu ego, tu ombligo, tu títere-, se haga cosa purulenta y que, aunque sea por un día, se vuelva gloriosa excrecencia viral. Caer en la redes -aunque se adjetiven sociales- es caer, Diario, en la trampa de las vanidades y en el ridículo del instante estúpido y servil, lacayo, en todo caso (17:14:26).

lunes, 1 de mayo de 2017

1 de mayo de 2017. Lunes.
PIEDRAS RODADAS

Piedras poéticas, en mi Biblioteca. F: FotVi

-Por fin, hay una editorial que se atreve con Piedras rodadas, y lo edita. Es la Editorial Línea Impar. En su colección Veloz Quietud. Le doy las gracias y lo celebro, pues es difícil y expuesto hoy en día publicar poesía. Gracias, Pepe Criado, editor.
Y esto es lo que dice del nuevo libro el catedrático Francisco Javier Díez de Revenga en su didáctico y excelente prólogo:
Advertirá el lector que Vicente García Hernández, en este su nuevo libro de poemas, Piedras rodadas, acoge como motivo central de su poesía a la palabra, porque está convencido de que la palabra es la vida y con la palabra se puede recrear todo un mundo interior, el del pensamiento, el de la inteligencia, con el que explicar el destino y el papel del ser humano en el mundo y en la naturaleza, conviviendo con los demás y caminado hacia el final y hacia la inmortalidad.
Con el júbilo consiguiente, le doy la bienvenida al libro y al editor, y, no faltaría más, al autor, que es el que lo ha imaginado y dado a luz en las letras. Esa luz humilde y vacilante, que sin embargo, a veces -y porque toca el misterio-, Diario, deslumbra. Laus Deo (10:50:31).

domingo, 30 de abril de 2017

30 de abril de 2017. Domingo.
LO QUE SÉ DEL AMOR

Hablando de sus cosas, en Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Ida la lluvia, vuelven a cantar los pájaros, eufóricos, con el pico encendido. Ahora que es el tiempo -primavera-, echan venablos tiernos y dicen todo lo que aman. Hacen un poema y lo lanzan, como dardo que ha de dar en la otra ladera, la de la hembra, que, confusa y disimuladora, baja los ojos, como en las películas de Walt Disney sus sabios animales, y aguarda. Yo camino y los oigo, y pienso: ¡qué coral más excelsa! Salgo a las 12 y camino pensativo, con diferentes cosas del mundo en la cabeza. Como en una jaula, dan estas cosas -corrupción, 1 de mayo (fiesta del trabajo, sin trabajo: 18.0% de paro), el arte (teatro, poesía, novela, en decadencia, o con una mínima ascensión de llama en algún lugar o candelabro), la pobreza en el mundo (y en mi mundo más cercano, como causa de vergüenza), la añoranza del mar (sus suaves amaneceres, las lentas y meditativas caídas de sol en el Mar Menor, el solemne alimentarse de los flamencos y demás aves marinas, y su regocijo por vivir), el hambre en el mundo (170 millones de niños con inadecuada nutrición, y 800 millones de personas con hambre), la maldición tumultuosa de la política (aquí y allá, en casi todo el mundo, herida por el arpón pavoroso de lo podrido y la carcoma de la avaricia), los populismos y nacionalismos (o la tabla ardiendo a la que agarrarte porque todo lo demás falla: principios, valores, democracia, sensibilidad social, raíces), dan estas cosas, digo, en sus barrotes, los de la jaula, y se hieren y nos hieren, y, a veces, nos hacen desfallecer. Pero miro al cielo, al otro reino, al de la paz, la justicia, el amor, y veo que me indica una salida: me embarcaré en la utopía -digo- y nadaré contra corriente, y, con Emily Dickinson, diré: «Todo lo que sé del amor, es que el amor es todo lo que hay», y sigo mi camino. El canto de los pájaros, Diario, me anima a soñar (19:12:51).

viernes, 28 de abril de 2017

28 de abril de 2017. Viernes.
FOTO

Rezando, entre la multitud. En Venezuela. F: ABC

-Me quedo con una foto en la que unas monjas rezan por la libertad de un pueblo, que padece persecución y hambre, y mano dura por parte del libertador de turno. Usar la oración y no un destornillador o una piedra como armas arrojadizas, es una original y hasta lírica manera de hacer algo distinto y útil. Rezar no alborota, pero puede salvar. Al menos te salva de la desesperación, de la impotencia de ver que gritas y no te oyen. A veces, se oye más lo que dices en silencio que lo que vociferas airado. Ya decía Mario Benedetti que «hay pocas cosas tan ensordecedoras como el silencio». Y más, si es silencio que reza, porque no es necesario usar palabras, solo dibujar en tu deseo lo que deseas y dejarlo avanzar hacia su destino, que casi siempre es Dios. Rezar por la libertad, es ya ser libres, aunque haya un tirano al otro lado de la oración. En Venezuela, y en tiempos de apremio, Diario, es saludable rezar por la libertad (20:15:12).

jueves, 27 de abril de 2017

27 de abril de 2017. Jueves.
CRISTAL BRUMOSO

Negro nubarrón, en Torre de la Horadada. F: FotVi

-Un negro nubarrón, y empieza el cernerse de la lluvia. Sobre Murcia. Es una lluvia fina y pequeña, como puntas de alfiler modestas, pero insistentes, que te dan en la cara y te hacen bajar los ojos. Unas gotas inseguras en las pestañas, te hacen bajar los ojos. Miras y ves como a través de un cristal brumoso, sin claridad. «Abre bien los ojos, mira», clamaba Julio Verne; pero no puedo, me lo impide la cortina de esta suave lluvia. Miro y veo árboles que parecen hombres que se lo llevan todo. ¡Tienen tantos brazos! Se llevan el oxígeno y hacen leyes para no devolverlo; se atiborran de oxígeno y de leyes, y apenas nos dan un poco para poder decir que vivimos y así ir muriéndonos entre la vileza de unos y el silencio esclavo de los más. Morirnos de silencios, como el que, en una obra de teatro, hace mutis por el foro y se va sin volver la vista atrás. O volviendo la vista atrás, pero con lágrimas en los ojos; que las lágrimas, Diario, no hacen ruido, y, sin embargo, hay veces que queman. Y es que como bien dijera Edmund Burke, filósofo irlandés, ya en el siglo XVIII: «El dinero es el sustituto técnico de Dios», y el dinero empaña la vista y la oración, y depone a Dios de ser Dios, creando a cambio monstruos velados, con disfraz (19:33:29).

miércoles, 26 de abril de 2017

26 de abril de 2017. Miércoles.
LA CIÉNAGA

Siempre llega la primavera, en el jardín. T. de la Horadada. F: FotVi

-Me aterran las noticias verdaderas que parecen mentira. Y las mentirosas que parecen verdad. Corrupción, según leas en este o en otro medio, no lo es y sí lo es, y muy grave o un simple resbalón de quien iba distraído, y, como tal, dio con sus huesos en la ciénaga. No todos miden la corrupción del mismo modo: unos son más inexorables, más feroces que otros. Los hay que muerden y no sueltan la presa: «por mucho menos -dice Antonio Lucas en El Mundo-, en cualquier país civilizado, el PP de Madrid pasaría a ser  una formación ilegal». Es decir, en Madrid todos los del PP son sumidero y cloaca. Ni uno se salva, todos nadan en el caldo efervescente de la pudrición. Y es posible que tenga razón, que al estercolero no le quepa ni un inquilino más. Pero algo habrá que se redima, aunque sea un devoto de la ética, un humilde servidor de lo políticamente incorrecto, un servidor de la honradez. Alguien habrá que sepa el séptimo y lo ponga en práctica. Se trata, según Lucas, de que «todo salte por los aires”. Y después, ¿qué? ¿La guerra, la contrarreforma, el caos? Démosle un poco de esperanza al que aún llora en el Muro de las Lamentaciones y es justo, y bienintencionado y puro, y busca hacer las cosas según la ley del más débil, que es la más digna. Los hay, Diario, que lloran y, entre lágrimas, desean hacer el bien, y se ponen manos a la obra, y trabajan, y luchan, y construyen -orfebres valiosos del minuto a minuto- el día a día en que estamos y vivimos, y por los que aún soñamos (19:59:53).

martes, 25 de abril de 2017

25 de abril de 2017. Martes.
COMO EL ÁRBOL

Ser árbol, en San Goar, junto al Rhin. Alemania. F: FotVi

-Si me pongo a pensar -y lo hago, pensar- salgo del árbol que soy y, además de hojas, descubro que soy idea, y palabra, y que, relacionando la palabra con una cosa, la recreo. Y de este modo, soy un pequeño hacedor de cosas. Un pequeño diosecillo lírico y timorato, añoso y niño, con primaveras y otoños, e inviernos gélidos. Como el árbol, callo en invierno, y apenas respiro, para no molestar al aire, y para que se afiancen en mí, con poco, las raíces. Luego, en primavera, saldré con más brío y aliento, y, con las hojas, daré frutos, y vendrá una boca y me morderá, y, entre sus dientes, dirá las palabras que ha mordido en mi fruto. Dirá pan, y libro, y geranio, y luna, y amistad, y quizá diga paz, y, si le sale del corazón, habrá paz allá donde la diga. Dirá ¡paz!, y estallará la paz, como estalla un vuelo de palomas en la plaza donde juegan niños. Decir palabras, y dejarlas que se hagan árbol allá donde caigan, un poco más allá de ti, como parte de ti, pero libres, porque las palabras que dices, nunca vuelven a ti, ni deben, porque vueltas a ti, morirían. El fruto cogido del árbol, Diario, nunca más vuelve al árbol (20:16:48).

domingo, 23 de abril de 2017

23 de abril de 2017. Domingo.
DESGARRO Y PAZ

Paz, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-«La paz sea con vosotros»; es la frase de la resurrección, la que dice Jesús antes de enseñar las heridas de los clavos en sus manos y la de la lanza en su costado. El otro certificado de su realidad actual. En un primer instante de desconcierto (las puertas cerradas, miedo, calambres y dudas, el hecho de andar perdidos los apóstoles), Jesús se aparece y les deja la luz, el centelleo de su resurrección: la paz. Como una gota de rocío venida de la noche trágica. En el amanecer, el rocío de la paz, nada de odio, nada de cruz (un recuerdo ya), sólo la paz. «Mi paz os dejo, mi paz os doy». La paz que nace de una cabeza coronada de espinas, de unos agujeros en las manos, y de un desgarro en el costado. Después vendría lo de Tomás, «trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado…» Pero antes, la paz, porque como diría Juan Pablo II: «la paz no se escribe con letras de sangre, sino con la inteligencia y el corazón». No con odio, sino andando por el camino de la paz. Gandhi. Y un poeta, que también dijo: «se hace camino al andar». Primero la paz, Diario, luego la cruz, como recuerdo místico de un acontecimiento de desgajo y muerte, y glorioso sin embargo (19:42:24).

sábado, 22 de abril de 2017

22 de abril de 2017. Sábado.
MAL SUEÑO

Saliendo del sueño, en el jardín. F: FotVi

-Me levanto con el final de un mal sueño insistiendo en la cabeza, dándome con los nidillos en la sien. Y parece que todavía sigo dormido, tan en descampado estoy, tan sin caminos. Un ciempiés anda en el envés del ojo y yo trato de echarlo de ahí con parpadeos, pero se queda. Merodeando por mi cerebro, insiste como un alfiler hurgando en la herida. En la herida del miedo. Quizá, mi sueño trate de la realidad malsonante y pícara, descarada, en la que nos movemos cada día. Esta realidad de muerte y corrupción con que nos dormimos y despertamos cada mañana, como ofuscados, sin un asidero ético o moral al que agarrarnos. Casi todo parece estar podrido, como una plaza grande donde se vendiera productos pasados, podridos. Con moscas que zumban, y arribistas que venden la mercancía como si fuera una ganga. Es decir, te levantas, afeitado, ducha, un zumo, contemplas el cielo, te alegra su belleza azul, la noticia de las aves, el rumor de los árboles, y vas y miras la prensa: atentados, muertes, corrupción, mentiras, política perversa, análisis de la situación interesados, y te desmoronas por dentro, y explotas y acabas diciendo: Señor, ¿por qué habré despertado de este mal sueño? Porque sales de uno, Diario, y te metes en otro, más destructivo y espinoso, más letal y triste, más real (20:22:01).

jueves, 20 de abril de 2017

20 de abril de 2017. Jueves.
RESPIRAR MAR

Respirando mar, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi
-Ayer volví sobre mis pasos y recalé en San Pedro del Pinatar. Una vez más, me acerco a San Pedro para respirar un aire nuevo, como una artimaña; o, al menos, para respirar otra clase de aire: el aire de levante, salpicado con gotas de mar que te dan en el rostro y te hacen pestañear y, si las gustas, paladear la sal, que dan sabor a la vida. Échale un poco de sal a tu vida: y viene el mar y te la da, en el aire. ¡Ah!, respirar mar -en el aire-, como antídoto contra la contaminación. Hoy también corre un levante tajante en Murcia, pero es más espeso, más sucio; en vez de mar, este aire porta contagio de humos, y papeles que vuelan hasta enredarse en las piernas, y que hacen que las plumas de las aves acuáticas, en el río, se alteren como si estuvieran desaseadas, greñudas. Volver y acariciar la nostalgia, como si se acariciara una pluma que ha escrito grandes historias, o un osito de peluche de cuando eras niño y llevabas la inocencia en el fondo de los ojos; allá, donde se instalan los asombros. En la nostalgia, Diario, se recuperan los sueños que tal vez solo has imaginado, o que tal vez ideaste en otro tiempo (19:24:29).

martes, 18 de abril de 2017

18 de abril de 2017. Martes.
SABIO, HUMANO

Bella fragilidad, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-No sé qué palabra emplear para dirigirme a él, si llamarle padre, o amigo, o abuelo. Como se ve, tres palabras entrañables, tan cercanas que inflaman si las dices y por las que corre un cierto aire de familiaridad educada, casi lírica, ciertamente urbana. Yo le llamaría padre, porque, con sus palabras, su sencilla bondad, su serenidad venerable, actúa como un padre que fuera a salir de viaje y te dejara sus consejos. O amigo; llamarle amigo, con el que descansas charlando, o en la cervecería o en la biblioteca, y hablas de libros, de filosofía, del tiempo, y de cosas sencillas, como del placer de beberse una cerveza o el sencillo gesto de pasarle el brazo por el hombro, en señal de complicidad respetuosa. O abuelo, por los 90 años que cumple, y por su figura un poco cansada y tímida, que sonríe y no renuncia a hablar con sabiduría y mirándote a los ojos, para no perderse nada de tu interior, ni de tu geografía facial. ¿Cómo llamar a Benedicto XVI? ¿Padre, amigo, abuelo? Lo llamaré Benedicto XVI, papa él, que engloba lo de padre, también lo de amigo, y lo de abuelo. Su voz pausada, su mirar humilde, su sonrisa benevolente, dan pie, Diario, a tutearle, y a llamarle padre, y amigo, y abuelo, todo unido a la admiración y al respeto que de él emanan, como un olor de santidad sin pedestal, modesta, y humana; tan humana, que parece saber a cielo. Feliz cumpleaños, papa Benedicto XVI, padre, amigo, abuelo, sabio, santo…, y humano (19:46:30).

lunes, 17 de abril de 2017

17 de abril de 2017. Lunes.
SOL DE JUSTICIA

Al final, la luz, en Kaymakli, Turquía. F: FotVi

-Ayer, domingo luminoso, en el espíritu. Íbamos de celebraciones. Habían terminado los desfiles procesionales del prendimiento y el dolor y daba comienzo el de la palabra y las aclamaciones. El cielo, sin embargo, apareció pesado y gris, diluyéndose así el aleluya -la palabra- en niebla. La palabra estaba ahí, pasando gozosa de boca en boca, con destellos de luz en los labios, y sobre todo en los ojos. Aunque sin poder mirar directamente al Sol. El Sol de justicia que celebrábamos había resucitado. Un Sol, que se eclipsó el viernes y había vuelto a la vida el domingo, como el que se hunde en el agua y sale con la boca abierta respirando ahogos. Buscando oxígeno. Jesús resucita y atrae hacia sí todas las cosas, dice la Escritura: también las malas, las injustas. Camina con las señales de los clavos en las manos y el agujero de la lanza en el costado. Resucita, pero sin dejar a un lado las fracturas de la cruz. Se adelanta y muestra las heridas. Son su carta de presentación: así firma Jesús su resurrección; y así se irá al Padre, con su humanidad dolorida en la que su ha instalado, ya para siempre. Es decir, Cristo, se lleva consigo la cruz del mundo: Siria, Alepo, los migrantes, los perseguidos, los que lloran, los que viven y mueren en la pobreza, todos los señalados en las bienaventuranzas; pues, Diario: «Si él abre -dice San Juan en el Apocalipsis -, nadie puede cerrar; si él cierra, nadie puede abrir» (20:15:55).

sábado, 15 de abril de 2017

15 de abril de 2017. Sábado.
SEPULCRO

Campanas de gloria, en Éfeso. Turquía. F: FotVi

-Día espléndido y callado -y santo- el de este sábado, en el que descansa Dios en el sepulcro escavado en la roca. La roca, cuidadora del cuerpo de Dios, como la ostra que vela por la perla, hasta que ésta amanezca joya. O en la muerte del pobre: Dios también es enterrado en la roca de la muerte del perseguido, o el desterrado, o el emigrante. El Papa habló de vergüenza al contemplar ese martirio de seres inocentes que se pierden en el mar o que andan erráticos, perdidos, por Europa, tirando de los niños y con solo la esperanza como equipaje, esperanza que a veces la suelen dejar o frente a una alambrada o en el camino de ir hacia ninguna parte. Es la caída en el sepulcro del desaliento, de la impotencia, de la desmoralización. Y ahí estuvo y está Jesús, hasta que llegue el día de la justicia, de la resurrección. Mañana, la noche se hará día, y el sepulcro, Diario, quedará vacío, llenando de luz y brillo el acontecimiento humano, del que forma parte quien se dice Hijo del Hombre y de Dios (20:42:55).

jueves, 13 de abril de 2017

13 de abril de 2017. Jueves.
LA TRADICIÓN

La vida, en primavera. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Jueves Santo, o unas rebanadas de pan, una copa con vino, y, tras unas palabras misteriosas, el sacramento. O el signo de una esperanza expectante: la de que, tras la muerte, hay vida. Todo ocurrió entre el maestro y sus discípulos, y en una tarde de miradas y silencios, de confidencias, y de traiciones. La luz, escasa, dejaba ver rostros contritos y a Jesús lavando los pies a sus discípulos, en aquella tarde de las despedidas. Y Judas marchando a consumar su traición. La palabra se hizo carne, dice San Juan, se encarnó, y la comemos en el pan. Esta tarde, dos sacerdotes y yo nos hemos reunido y hemos concelebrado. Sólo tres personas: sosteniendo la tradición. Como dice San Pablo: «Porque yo recibí del Señor lo que os he trasmitido», no por revelación, sino por tradición que se remonta al Señor. La tradición, pues, la llevamos en las manos y en las palabras, que hacen lo que dicen. Al pan le decimos: «esto es mi cuerpo»; y al vino: «este es el cáliz de mi sangre», y el pan es cuerpo de Cristo y el vino, su sangre. Y ahí estamos, Diario, comiendo el pan y el vino de la salvación, y lavando los pies en el día del amor fraterno, como es tradición desde que nos lo contaran los evangelios y nos lo dijera san Pablo en su carta a los de Corinto; todo ese tiempo, y sin dar un paso atrás, en la misma misión (19:44:58).

miércoles, 12 de abril de 2017

12 de abril de 2017. Miércoles.
RUMOR DE RAMOS

Rayo de luz, tras la tormenta. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Me da escalofrío -aunque sé que es ineludible- la muerte en sí misma; pero más, la muerte que ocurre sin esperarlo, como un fogonazo negro, terrible. Estás con la vida sintiendo las cosas, amándolas, y, de pronto, la oscuridad te da en los ojos y te los cierra, y quedas ciego. Quién sabe si tenías una oración en los labios o un sueño detrás de los ojos: todo queda interrumpido, parado, es lo que les ha ocurrido a los cristianos de las iglesias de San Marcos en Alejandría y de San Jorge en Tanta, Egipto. Rezaban y, de pronto, la muerte los ha dejado sin palabras, quizá con un «Señor» partido por la mitad, descoyuntado en la boca, muerto en la cruz del odio terrorista. Supongo, que, aun roto y mutilado, esta palabra «Señor» habrá llegado a los oídos de Dios sin trocear, intacta, aunque dinamitada. Pues Dios -dicen- escucha todo lo que sentimos, aun antes de decirlo. Porque todo lo que decimos con la boca, nace en el corazón. Como la semilla en la tierra. Lo que sale por los labios, es ya corazón hecho palabra, rumor del alma, silabeo interior. Cuando dices amor, antes, en el corazón, ya se ha producido el incendio, la hoguera amorosa. Dios, Diario, seguro que, con el rumor de los ramos, oyó la oración de los mártires egipcios, y los inscribió en el libro de la vida (20:01:23).

viernes, 7 de abril de 2017

7 de abril de 2017. Viernes.
ESE ALLÁ

La paz, su símbolo, en Murcia. F: FotVi

-Cuando alguien se despide, saca el pañuelo, echa una lágrima, y se va. Pero mirando a atrás. Y es que algo deja de sí mismo en ese allá de donde se marcha. El amor, que, como el pan, se puede partir sin sufrir mengua ni desdoro alguno, se agranda si se da partido, o rebanado. Yo me despido, por un tiempo, de facebook. Pero como El maquinista de la General, volveré para intentar rescatar ese ingenio, la máquina (la amistad), de las manos del enemigo, la vanidad. Y me voy para poder trabajar en otro proyecto, que, llegado el momento, revelaré. Es el secreto que dejo oscilando en el pañuelo de la despedida. Entretanto, me llena la cabeza de horror el nuevo atentado en Estocolmo. Tres muertos en un atropello provocado. Pienso en la vida y en la muerte, Diario, y, desencantado, vencido, me digo con el poeta argentino Héctor Viel Temperley: «No quiero ser tocado por los sueños», no sea que me lleven a un país donde, siendo posible la paz, no haya más que guerra y niños respirando ruina y silencios, y gas sarín. ¡Dios! (19:51:40).

jueves, 6 de abril de 2017

6 de abril de 2017. Jueves.
PREGÓN

Con la arena, robando el agua al Mar Menor. F: FotVi

-El domingo viajé de copiloto -y de cháchara amable- con Alfonso Pérez a San Pedro del Pinatar. Había concelebrado misa con mis compañeros de ancianidad e iba dispuesto a oír el Pregón de Semana Santa. Con Mari Carmen Pérez en el ambón. Y lo oí, atentamente, aunque con algún momento de distracción; siempre me sucede cuando escucho hablar a alguien más de veinte minutos. Y este duró una hora. Creo. Confieso que me distraje, y pensé entonces en los cerezos en flor del valle del Jerte y en las amapolas que, como puntos seguidos, alegran los trigales, quitándoles, con el rojo de su atuendo, la hermosa monotonía del amarillo. Con la brisa, doblan, a la vez, su cabeza trigo y amapolas. Como una reverencia a su propia belleza. De pronto oigo un gran aplauso: ha finalizado el pregón, y llegan los parabienes. También el mío, y rubricado con un beso. No me desagradó lo que oí: recuerdos, vivencias, emociones, desde la niñez, y todo motivado por una fe, quizá no teológica, pero sí llena de luz sencilla y un sentimiento de disponibilidad que abrillanta cualquier acción, aun la de la misma fe. Luego comimos: sin discursos. Y contemplé el Mar Menor, sus arenales y salinas, y -tristemente- los primeros bañistas, echados como morsas en la arena artificial. Este mar menor que crea belleza, no es, sin embargo, productor de arena, hay que echársela y sin hartura, con avaricia malsana; algún día, Diario, lo pagaremos (19:27:06).

miércoles, 5 de abril de 2017

5 de abril de 2017. Miércoles.
PÓLVORA Y FOBIA

Luna entre nieblas, en Torre de la Horadada. F: FotVi

-El terrorismo nos mira con sus ojos de odio, de desprecio. No tiene piedad ni hartura. Nos mira, nos señala, y caemos en sus harapos espirituales, que están hechos de pólvora y fobia, y delirio. La religión la convierten en ideología, la fanatizan, y ya no hay dios que los salve. Ni el dios por quien matan o extorsionan, y por quien se inmolan. Un paraíso, ¿dónde? ¿En qué cielo te van a recibir lleno de cólera y resentimiento? ¿Hay paraísos de sangre? ¿Y de cuerpos rotos y miembros distorsionados? 14 muertos y decenas de heridos en San Petersburgo. Una vez más, Diario, la locura se viste de horror para decirnos que la ignominia sigue activa y que no hay que dormirse, pues en cualquier momento nos puede tocar, y aplastarnos sin clemencia, dejándonos sin sueños, sin lejanías nuevas que ver y palpar, fenecida la esperanza (20:10:48).

lunes, 3 de abril de 2017

3 de abril de 2017. Lunes.
LA FEA REALIDAD

Mirada de Dios, si así os parece. El Roto

-Otra nueva catástrofe en Colombia, en Mocoa, en plena selva amazónica. Y en la que anda de acompañante de la tragedia la pobreza. La pobreza, o el cayado que ayuda a hacer espaciosos y graves los desastres. A hacerlos locura. Ya hay 250 muertos y decenas de desaparecidos. Y empieza a actuar la política, que dice: lloramos con vosotros (sin que se vean las lágrimas), arrimaremos el hombro (y, de momento, solo con las ayudas que les vienen de fuera). ¿Los auxilios del Estado de Colombia? Llegarán (o no). El tiempo dirá; mientras, la pobreza se arrastra por el lodo, llora contemplando la desolación, se aferra a la congoja. Y lo más pavoroso, los niños que han sucumbido, que se han ido con el agua y que no volverán. Y es que, además de pobres, eran niños, y tan frágiles que, el aleteo de un pájaro a su lado, los haría volar. La pobreza surca espacios de espanto en el sueño de los niños pobres; hasta que como en un Clavileño de fantasía dan con sus huesos en la fea realidad. Y se duermen en ella, para no despertar. En todo caso, sólo lo hacen en el recuerdo de la madre, y eso, si ellas no han sufrido también el triste destino de sus hijos. ¿Y Dios: en la teología o en la tragedia? Creo, Diario, que en la tragedia, consolando a la pobreza, nacida del egoísmo y las injusticias del hombre, y bendiciendo a los que aportan su ayuda: su moneda o su vaso de agua, o su palabra amable, alentadora (20:10:15).

sábado, 1 de abril de 2017

1 de abril de 2017. Sábado.
EL METICULOSO ORFEBRE

Esplendor, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Empieza abril, con el mirlo enfebrecido y los árboles llenándose de esplendor. Hablan los árboles y les contesta el mirlo. Canta la naturaleza. Ocurren poemas por doquier. Si te pones y escuchas, los oyes. Ya decía Dante Alighieri que la naturaleza es el arte de Dios. Y, en demasiados casos, el desastre de los humanos. Es decir, el meticuloso orfebre y el bárbaro destructor. Dios, el orfebre, y el hombre, el destructor. Escribía el papa Francisco: «No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental». Encíclica Laudato si. Si la sociedad se degrada, al tiempo degrada todo cuanto toca. Si nuestro corazón se torna frío, egoísta, gozador, iletrado, corrupto, insensible, todo lo corrompe, lo pervierte, lo envicia, hasta su destrucción. Lo decía, con tristeza infinita el Papa Francisco: «Necesitamos fortalecer la conciencia de que somos una sola familia humana», y «tenemos una sola casa en común». Casa común en la que están la luz, el árbol, el desierto, el ave, el manantial, el ínfimo y grande animal, las mareas, los acantilados, los corales, la inmensas montañas, las humildes colinas, el mar, las islas innumerables, y tú, Diario, y yo, y el silencio, donde hay escondidas tantas cosas, dichas y no oídas, o escuchadas aunque no se hayan dicho, y que están deseando ser voceadas y celebradas: eso si -antes- no las destruimos (20:01:22).

viernes, 31 de marzo de 2017

31 de marzo de 2017. Viernes.
ALMENDRA

El mar en los ojos, Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi 
-Se marcha el mes, y con él, un trimestre. Una lágrima por ello. O dos. ¿Qué que me queda de este mes que se va, de este trimestre?: un pañuelo de despedida en el aire y el recuerdo de los almendros en flor, en los ojos. Todo lo que recuerdas está en los ojos, y, si lo has tocado y te lo has llevado a la boca, en las manos. Como esa almendra salada que masticas, y que, con el sabor del mar dándote en el acantilado de los dientes, gustas. La almendra te trae el mar a la boca, para que lo silabees, y lo digas, y escuches sus lamentos, o sus cóleras. Decir el mar con una almendra salda en la boca, es un placer luminoso de pobres. En el bar, en el descanso del trabajo, en la tertulia. Como el humo, se va el tiempo; y no lo podemos atrapar. «Malgasté el tiempo -se lamentaba Shakespeare-; y ahora el tiempo me malgasta a mí». El tiempo, Diario, que, como un puñado de arena, se te va por entre los dedos, y tan angustiosamente veloz (19:38:08).

jueves, 30 de marzo de 2017

30 de marzo de 2017. Jueves.
OJOS ABIERTOS

Una lágrima, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-75 años, y apenas unas pocas plumas lo celebran. Celebrar una efeméride, es ponderar la Historia viviéndola al revés. Y si esa Historia es admirable, hace que estos pasos hacia atrás sean sublimes y luminosos, aunque sin salirse del destello de la humildad. Volver y rescatar la luz que te has ido dejando al paso, es labor de sabios, y de minuciosos y eficientes arqueólogos del pasado. Ser arqueólogo del pasado, con la ilusión del que hace volver la vida a sus manos, no todos lo pueden lograr. Se abre la tierra, un libro, se halla un vaso de terracota, y, si allí hay Historia, sale a la luz y deslumbra, y más si se trata de un hombre que en trozos de papel humilde escribió bella y comprometida poesía en lengua castellana. Sin belleza no hay poesía y sin compromiso, la poesía es flor de un día. «Sangre que no se desborda, / juventud que no se atreve, / ni es sangre, ni es juventud, / ni relucen, ni florecen», dijo el poeta, encendido por el clamor de lo que no muere, de lo que queda detrás de los ojos, en la tierra sensible de la Historia, donde él duerme ahora. Y donde se puede encontrar en sus palabras como rayos, en sus versos como nanas y cuchillos, la dulzura del piropo y la delgadez de la ternura. «En la cuna del hambre / mi niño estaba. / Con sangre de cebolla /se amamantaba». Él estaba en la cárcel, y el niño, su hijo, «en la cuna del hambre», o el seno bondadoso y benigno de su madre, donde se amamantaba con «sangre de cebolla»: la menguada y escasa comida de los pobres, entonces. Murió a los 31 años, con los ojos aún de niño abiertos, mirando todo con el sombro del que ve las cosas por primera vez; y, tras la muerte, no quiso cerrarlos, y murió, como él había pedido: «con la cabeza muy alta» y los ojos abiertos, para seguir haciendo versos iluminados en la otra vida. Así vivió y murió Miguel Hernández, Diario, llevándose en los ojos el drama de su pueblo, aterido de hambre y frío, y una soledad pavorosa (12:02:13).