3 de agosto de
2017. Jueves.
PLAN
IDÍLICO
Sabiduría del vidrio, en la Catedral de Sibenik. Croacia. F: FotVi |
-El domingo, en la misa,
se leía un trozo del libro primero de los Reyes en el que se hablaba de un Dios
que se aparece en sueños a Salomón -entonces en los sueños había profecía y
poesía, y luz y misterio- y le propone un plan idílico como comienzo de su
reinado. «Pídeme lo que quieras que yo te dé», le dice Dios, y, hecho un
silencio, escucha la respuesta: «Concede, pues, a tu siervo un corazón que
entienda para juzgar y discernir entre lo bueno y lo malo». En vez de riquezas,
honores, conquistas, pide sabiduría práctica
para gobernar a Israel. Un corazón que entienda para juzga, dice. Juzgar: o
adivinar por dónde anda el bien que eleva y por dónde el mal que ennegrece y hunde.
Y pone suciedad y noche en las conciencias. Yo, mientras escuchaba esta
narración del libro de los Reyes, me preguntaba ¿qué político o qué ser humano
que buscara felicidad, si le ofrecieran el «pide lo que quieras que te lo daré»,
se inclinaría por la sabiduría y no por la fortuna, las distinciones, los
logros sociales, las apariencias? Me lo preguntaba y me lo sigo preguntando, sin
caer en la tentación de señalar a nadie, que podríamos ser yo mismo, o tú,
Diario, ya que muy pocos son los que tienen la sabiduría de pedir sabiduría si
te dieran a elegir entre todas las cosas bellas de la tierra. Aunque yo, Diario
-y perdona-, pediría sabiduría, pero con amor (20:01:46).