10 de septiembre de
2017. Domingo.
ALFABETIZACIÓN
Enseñando a soñar, escribiendo. F: Googel |
-Dibujar con letras lo
que tenemos en la mente: o la alfabetización. Saber pintar letras, con
sustancia de luz y ensueño dentro, como relámpagos en la mano. Es un milagro. Alfabetizar
es llenar la mente y los dedos del potencial del dibujo como elemento visible
del saber. El saber, que se hace oculta inquietud y potencial poder en la
mente, salta al papel cuando se escribe, y así se transporta de un lado a otro en
las palabras escritas, en los libros que solo miran y callan, y así hablan. Se
instruye a los niños y a mayores en este arte de escribir y leer, para que, de
este modo, puedan ser más libres y más humanos, y aun un poco más altos, en
cultura. El escritor turco Orhan Pamuk, en su obra El libro negro, decía: «¿Qué es leer sino trazar en el silencioso
cinematógrafo de nuestra mente una a una las cosas que el escritor nos describe
con las letras?» Pero antes de leer, quedarse con el dibujo de las letras, como
el pintor se queda con los rasgos más significados de aquello que se dispone a
pintar. Una manzana, o un rostro de mujer, o los pasos de un mendigo. O la boca
de un mendigo, mordiendo una manzana. O un rostro de mujer, no enrarecido con
toda clase de pastiches. Dibujar cosas, en las palabras, como el pintor llena
el lienzo de líneas y matices, y hermosos misterios. En el día mundial de la alfabetización,
Diario, hago yo también mi dibujo de letras, pensadas y escritas, para que cualquiera
que lo lea se anime: es un modo de liberar la mente y el brazo, sin complejos, y
tratar así de seguir a Cervantes, que, como todo escritor, camina delante (19:42:10).