27 de noviembre de
2017. Lunes.
RECUERDO
Destellos de luz, en la oscuridad. F: FotVi
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-27 de noviembre. Día del maestro. Recuerdo a mi hermano Francisco Javier -maestro-, siempre subido -como modo de andar e iluminar la vida-, a nubes de ilusión. Los sueños, le podían. Ejercía de soñador. De adolescente soñador. Por eso siempre iba un paso delante de los demás. En proyectos, en conocimientos, en magisterio. Lo mismo se ponía a la pizarra y solucionaba un problema matemático, que jugaba una partida de dominó con los excluidos de esta sociedad, los ancianos y menos considerados. O subido a una escalera, le daba luz y música a las fiestas del pueblo. Eso, sí: siempre con el entrecejo marcado por el enfado, porque no veía en los demás la ilusión, la avidez que él ponía en las cosas que hacía. Ayer hubiera cumplido 68 años, murió a los 52, todavía con la mente «poblada de alas», como diría Octavio Paz, poeta. De alas, de ideas libres, de nudos gordianos desatados con una voluntad de romántico idealista, de librepensador práctico. Javier, te amábamos, te seguimos amando, siempre en el lugar donde las lágrimas, si no las dominas, pueden aparecer en un despiste del recuerdo. En nuestro interior de catedral, que reza, te perpetuamos, como en un monumento de mármol blanco, donde se toca la pureza, donde aún nos habla tu vida; tu vida sabia y sencilla, creativa, persistente (17:51:46).