domingo, 14 de enero de 2018


14 de enero de 2018. Domingo.

FORTALEZA

Despertando, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Me despierto liberado y con ganas de abrir los ojos y ver. Abro los ojos, respiro, echo las sábanas atrás, y, girándome, pongo los pies en la alfombra. Bostezo y me santiguo, es mi costumbre. Era la costumbre de mi madre, que irradiaba serenidad. A pesar de los momentos de dolor y pérdida de hijos. Fue lavandera, y nunca la oí quejarse a Dios. Daba gracias, como el niño llora o la mosca molesta. Siempre tenía, como un trozo de pan o una sonrisa que pronunciar, un Ave María en la boca. En casa, hacía ella todo y además rezaba; los rezos le nacían en la boca y le corrían por todo el cuerpo como un signo de fortaleza. Le daban seguridad y encendían su fe en la vida y en el trabajo, y en el amor a todos. Por eso, al despertar, y después de bostezar, me santiguo, y así, Diario, ando todo el día cerca de mi fe y santificando mi trabajo (18:43:30).

sábado, 13 de enero de 2018


13 de enero de 2018. Sábado.

DEPENDE

Sol apagado, en Murcia. F: FotVi

-Con un sol desvalido y triste, esta mañana me puede el desencanto. Y, desencantado, dejo de cabalgar por facebook. Quizá vuelva o quizá, no. Depende de cómo brille el sol de la ilusión: o con lomo erizado de tigre o apagado como una libélula aterida. Si como lomo erizado de tigre, volvería, si como libélula aterida, me tocaría esperar. Esperar, Diario, que es virtud de sabios y de santos (18:30:44).

jueves, 11 de enero de 2018


11 de enero de 2018. Jueves.

TEJER REFLEJOS

Reflejos en el río, en Murcia. F: FotVi

-¿Qué es la poesía? Según Octavio Paz, tejer reflejos y destejerlos. Reflejo es un instante de luz que pasa, o un estar y no estar en la luz, o un darte la luz e irse, sin dejar señal de que te ha tocado. El reflejo no mancha, y, al contrario que la estupidez, el reflejo te mira y se va, sin dejar huella. La estupidez te mira y te unta. Como con pintura negra. Chorreteado. La estupidez te arrebata la sabiduría y te deja en paños menores, sin cultura. Con la estupidez no piensas, no eliges, pierdes baba, y se te caen los calcetines. Y con los calcetines caídos, te los pisas y caes. Caes en la inanidad, en lo vano e inservible, en lo roto. Te empobreces. Según el diccionario, reflejo, en su acepción séptima, significa la capacidad que tiene alguien para reaccionar rápida y eficazmente ante algo. O en una milésima de luz (intelectual), captar un problema y tratar de solucionarlo. Es hacer poesía: tejer y destejer reflejos: en lo político, en lo social, en lo económico, en lo judicial y aún en lo eclesial o religioso. J. F. Kennedy dijo: «Si hubiera más políticos (jueces, pastores -ejemplo: M. Hernández-, obispos, albañiles, economistas, banqueros, alguaciles, amas de casa…) que hicieran poesía y más poetas que hicieran política, el mundo sería un lugar un poco mejor para vivir». Si supiéramos distinguir entre silencio y palabra, entre flor y cansancio, entre persona y amigo, entre Dios y teología, entre macroeconomía y una casa donde vivir, entre robar y pobreza, entre amor y cansancio, entre ave y cadenas, entre libertad y una jaula de oro; si supiéramos ver eso, seríamos poetas, y podríamos tejer y destejer reflejos, y hacer de nuestra vida un poema tras otro, como un Quevedo, o un Shakespeare, o un Cervantes, y la mayoría de las personas grandes que en el mundo han sido. Ser poetas, Diario, o ser libres con ensueños, y alas, y horizontes abiertos donde poder perderse, y hallarse (12:32:25).

domingo, 7 de enero de 2018


6 de enero de 2018. Sábado.

¿REYES O TÍTERES?

Reyes hacia Belén. F: Internet

-Hoy, día de Reyes, me arrodillo ante el pequeño Belén del amor y, con los Magos, adoro al Niño Dios, que ha nacido en mi fe. Mi fe, que, con los Magos de Oriente, se ha vestido de Navidad y de adoración, con regalos. Ellos le ofrecen oro, incienso y mirra; ricos presentes, ¿y yo qué le ofrezco? Le ofrezco mi mirada, absorta y asombrada, y gozosa, por poderle ver así, tan cerca, tan humano, y tan niño. Tanto, que ríe, y gorjea, y patalea. Y, mientras, aquí, en la realidad del día a día, la fea e interesada controversia de si deben ser Reyes o «drag queen», o si matronas o guerreros del antifaz, si buitres o palomas. Y todo por no querer estos mandones políticos hacerse como niños (como Unamuno, que pedía: «Agranda la puerta, padre, / porque no puedo pasar; / la hiciste para los niños, / yo he crecido a mi pesar.»); sino que lo que persiguen es conseguir que los niños se hagan como ellos, niños mayores, con sus prejuicios, sus iras, sus arrebatos de insensatez, sus carencias intelectuales, sus intenciones perversas. En todo caso, ¿en qué quedamos? ¿Reyes, con una tradición y un parpadeo de ilusión y ensoñación para los niños; o simplemente títeres que actúan, confusos, sabiendo que hacen un papel que no les corresponde en estas fechas de fe y estrellas, y de un Dios que se hace Niño, y que llora y ríe, y recibe regalos, como abrazos? Porque los regalos -leo en internet- «se envuelven y se abren»; pero «los abrazos -continúa- se abren y nos envuelven». Los abrazos se abren y nos envuelven. Yo, Diario, prefiero las cabalgatas de los Reyes Magos, porque iluminan los ojos de los niños y se prestan más al abrazo que al regalo; o al regalo con abrazos, signo de la Navidad (12:16:33).

viernes, 5 de enero de 2018


5 de enero de 2018. Viernes.

NUBARRONES

Esta noche, llegará la ilusión, por entre nubes. En Murcia. F: FotVi

-Cinco de enero y sin llover -quiero decir, por estas tierras de luz y sequedad, y de asombro por ver una gota de agua convertirse en una onza de oro, vegetal; no parece que estemos a punto de dar carpetazo a la Navidad. Unas navidades sin lluvia -y sin nieve-, son navidades casi fallidas. Menos mal que nos ha nacido el Emmanuel (Dios-con-nosotros), que es la otra lluvia de Dios sobre la tierra, la de la gracia. O la otra gran nube (sin rayos, sin truenos, sólo con relámpagos de amor) sobre la tierra. Pero hay otra gran nube que amenaza nuestras vidas: la de los populismos (a derecha y a izquierda), que oscurecen nuestro horizonte de negros nubarrones, famélicos por hacer el mal, ávidos por destruir. Nubarrones que son como aves de mal agüero. En lo político, en lo social, en lo económico, y aun en lo religioso, que no suele entrar en política, pero sí sufrir sus consecuencias. Por ejemplo, queriendo liquidar tradiciones y cabalgatas de ilusión, con magos (y magas) que no llegan de oriente, sino del carnaval. Y así los niños, absortos -sin saber de qué va-, viven dos carnavales, el de la Navidad y el del Carnaval de carrozas y charangas, pero sin estrella y sin Niño divino al que adorar, solo con descaro y murgas, que oscurecen el juicio y, a veces, hasta la estética. Aunque también, a veces, sean deslumbrantes en belleza y arte, y dignos de ser admirados. Pero yo abogo por que la Navidad sea Navidad, y el Carnaval, Carnaval, sin intercambios mal intencionados y cutres, sin arbitrariedades molestas. Yo, esta noche, Diario, soñaré que los Reyes Magos me dejan en el balcón un libro nuevo que editar -Y atrapé el viento, quizá- y un poco de humildad para que, siendo viejo como lo soy, no me crea joven y sin dolencias, aunque los sueños los tenga intactos y veloces, y pueda subirme a ellos y cabalgar, con don Quijote y Sancho, en un Clavileño volador, cogiendo estrellas y «desfaziendo entuertos». ¡Ah, qué más quisiera yo! Pues lo quiero (13:30:54).

1 de enero de 2018. Lunes.

LA MANO

En las manos anda el misterio, en Las Canteras. Las Palmas. Gran Canaria

-Se me duerme la mano, y no escribo. ¿Pero es la mano o es lo que dicta a la mano lo que hay que escribir, la mente, lo que se duerme? Quizá se me haya secado la mente. Aburrido. Problema: iré al podólogo, para que me diagnostique el mal que padece la mente (19:03:07).

domingo, 31 de diciembre de 2017


31 de diciembre de 2017. Domingo.

DOCE GOLPES DE RELOJ

Luces y sombras, en el año 2018. F: FotVi

-Con un pañuelo al aire, despido este año 2017. Se va pilotando este artilugio que llamamos tiempo, como un espejismo. Visto y no visto: un espasmo. Todavía ando con el último grano de uva del año 2016 en la boca y ya me contemplan desde el plato -como ojos de buey rendido- los 12 de este 2017. Uvas, que son un momento de dulzor y un más dilatado ejercicio de paciencia: eliminando huesos y hollejos, contrariedades estas de sabor más amargo. Doce golpes de reloj y doce uvas, sin atragantarse; así medimos el tiempo, que siempre está yéndose, y nunca vuelve la vista atrás. Nada vuelve, salvo los recuerdos, que siempre andan bullendo y dando con los nudillos en el lugar que ocupan detrás de los ojos. Para despertar a los ojos, y al sentimiento, y, a veces, llenarlos de alguna lágrima encendida. Decía Platón en el diálogo Timeo, que el tiempo es un imitador de la eternidad, o la imagen móvil de la eternidad. Moviéndonos en la eternidad, como esas tormentas de nieve que se agitan dentro de una esfera de cristal. Esta noche, entre aleluyas tristes y plegarias laicas, con los ojos llenos de sueño y vidrio, despediremos al viejo (2017) y recibiremos al niño (2018). Y Dios, poblando nuestra fe, con luces de esperanzas nuevas (y alguna vieja); y el amor, Diario, insistiendo en el costado, sin desfallecer, porque el amor, como dice la Escritura, es la atadura perfecta, que no esclaviza (18:13:05).

sábado, 30 de diciembre de 2017


30 de diciembre de 2017. Sábado.

SED FELICES

Caminos en el cielo, en Murcia. F: FotVi

-Cuando el mundo no era, la palabra existía. Y se agitaba sobre el caos, y lo iba conformando cosas, con nombre. Y es que las cosas no son tales hasta que no son dichas. Como por ensalmo, dices tierra y la tierra aparece ante tus ojos, real e identificada, madre y pedazo de pan sobre la mesa. Sorbo de vino. Bosque. Pájaro, pez. Libertad. Es la razón por la que cada vez suelo decir -por Navidad-: «Sed felices, si así os parece». Primero, decir la palabra, para que esté, para que asome, por si ha dejado de existir; por si ha quedado perdida en un recodo del camino de la vida; por si te duele en los ojos verla escrita en el recuerdo. Primero el verbo, «sed», estad, vivid: y luego «felicidad», por si no la recordabas, por si había huido de ti. «Sed felices», digo; y el epílogo: «si así os parece». Para no importunar, para dar libertad, alas. Sin ataduras. Si quieres. Eso digo en Navidad. Y también en el nuevo año. En el año que viene, vuelvo a repetir: «Sed felices, si así os parece». Que 2018 sea, Diario, un año de deseos cumplidos, de luces que alcanzas, de esperanzas halladas, sin dudas, abrazadas (18:36:13).

viernes, 29 de diciembre de 2017


29 de diciembre de 2017. Viernes.

SILENCIO ENAMORADO

Contemplando silencios, en el atardecer. Murcia. F: FotVi

-Amo el tiempo, en el que vivo, y el espacio, por el que me muevo. Vivir y morir en el tiempo, ‑o instantes (un soplo, un relámpago), que no se repiten- y quedar en el espacio. Se muere en el tiempo y quedas en el espacio. Solo que -tras la muerte- quedas deteriorado: hay más esqueleto que pensamiento. Pero es lo que queda de ti, tus mondos y áridos huesos, que te invisten de una cierta eternidad, pero sin sueños. Eternidad fría y estática, enterrada, muda, sin palabras, sin sucesos. Finaliza el año, se acaba el tiempo, y quedan los recuerdos: los de los otros. Pues los de los muertos se van con ellos, y descansan en la paz de la ceniza. Que como dice el poeta y pensador sirio Adonis: «La ceniza, / que ha devorado a los muertos, / no se acuerda de ninguno». Los vivos, sin embargo, sí recuerdan; hasta que también se hacen ceniza, o polvo de defunción, silencio; pero -y glosando al terrible Quevedo-, silencio «enamorado». Los recuerdos son silencio enamorado. Silencios que rezan o callan, pero que suelen decir una verdad: que todos soñamos con la  inmortalidad; no nos sirven, pues, Diario, ni el tiempo, ni el espacio, solo nos valen los sueños (17:55:02).

miércoles, 27 de diciembre de 2017


27 de diciembre de 2017. Miércoles.

ASOMBRADAS

Atardecer, esta tarde, desde mi octavo piso. En Murcia. F: FotVi

-Últimamente me he dedicado a fotografiar atardeceres. Me asomo al balcón, y, desde una altura de ocho pisos, miro al poniente y allí contemplo cómo se caen los colores de la paleta de Candela y lo embadurnan todo de rojos, naranjas, azules, morados, fucsias, negros, amarillos de color limón, y belleza. Se desangra el cielo de discreta hermosura. Como con pinceladas de Velázquez o Dalí, o del Greco y Picasso. Pinceladas, en todo caso, celestes, me digo; y entonces, miro más arriba, al cielo infinito. Y siempre hay una paloma que lo cruza rauda, como un aleteo de paz, como una línea blanca de un bello dibujo en el azul inmaculado. Al atardecer, miro al cielo y luego bajo los ojos y los pongo en el suelo, donde casi todo es gris y turbio, azaroso y perturbador. Huracanes en Filipinas, que matan y destruyen; golpe de humor en Cataluña, con el advenimiento de una nueva comunidad independiente dentro de la misma Cataluña, que se llamaría con el nombre operístico y bufo de Tabarnia, resueltamente cachonda, en su acepción de divertida y bromista; revueltas en Perú, por la amnistía a un depredador de vidas humanas, Fujimuri, que ha pedido perdón, sin convencer; y llega Bruno, no el santo de Bolonia, sino el temporal “de escarchas polares y nieve”, como lo describe Raúl del Pozo, en el Mundo, y que de norte a sur azota a España, salvo al sureste, donde el sol es un rey, coronado e inclemente. Y perverso, a veces. Yo, cuando me aburro o me duele ver la tierra herida, mancillada, me refugio en la contemplación de la naturaleza, y la fotografío, la detengo, para inmortalizar el instante de placer que me proporciona observarla y hacer así que, librándome de otros horrores y calamidades, perdure feliz en mis retinas, asombradas (12:10:47).

lunes, 25 de diciembre de 2017


25 de diciembre de 2017. Lunes.

MAMÁ NOEL

Papá Noel, leyendo, en mi mínima biblioteca, en Murcia. F: FotVi

-Anoche, fui feliz cenando con mis amigos -¡mis amigos!- de la Casa Sacerdotal. Eran las ocho y media y ya estaba todo preparado. Dos señoras se sacrificaron por nosotros. Dos ángeles con gorrito de Papa Noel. ¿O eran mamá Noel? Pero entramos en el comedor y -con los villancicos- nos aguardaban también trece gorritos de Papá Noel. Con su bolita blanca, que, al ponérnoslos, nos llegaba hasta la oreja, donde se oía la Navidad. Y no os engaño, no soñaba: se oía la Navidad. La Navidad está en cualquier detalle que una y hermane, ya en las miradas, ya en los gestos. Rezamos y disfrutamos de unos manjares -líricos y reducidos, nos podían alterar la anciana salud de la mayoría de los comensales-, que nos llevaron al final de una noche feliz, por navideña. Yo, entonces, pensé en los mutilados del placer de la cena familiar: o por carecer de familia o por faltar la cena. Me acordé de los desheredados, de los desplazados, de los descartados, de los carentes de paz, de los niños que no tiene lunas con que hablar, ni -como dice el poeta- caballitos de cartón en los que galopar. Me acordé de los pobres de la calle, pues ellos son, cuando se tapan con hojas de periódico y duermen en cualquier portal del belén de cualquier ciudad, el nuevo Nacimiento del Jesús de hoy, que sigue naciendo en lo menos digno de esta sociedad, pero donde, sin embargo, Dios habita. En la pobreza, o esa joya de la corana de Dios, y de su reino de la cruz. También se vive de nostalgias, y, sobre todas, de la nostalgia de Dios, que siempre aparece en lo más disminuido y humillado, en lo más derrotado. En la noche santa, pues, Diario, cenamos pan y fraternidad, y alegría comedida, pues los años cuentan, y nos contienen (13:15:04).

domingo, 24 de diciembre de 2017


24 de diciembre de 2017. Domingo.

SUEÑO DE PROFETA

Rica de pobreza, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Hoy luce el sol, y la noche se hará recogimiento, se contraerá silencio. Recogimiento que acogerá las palabras del profeta: «cielos, destilad el rocío; nubes, lloved la liberación». Habrá Rocío que riegue y Lluvia que libere a los oprimidos, a los caminantes sin caminos, a los ricos de pobreza. El rocío se hará Niño y la lluvia -también Niño-, Libertad. Y, como se abre un pan, con cuidado, con manos de padre en la mesa de la familia humana, se abrirá la tierra, y brotará la salvación; y a su lado, como una humilde pero bella florecilla, rozándose las raíces, prestándose la humedad y los minerales, germinará la justicia. La justicia, la perseguida, la derribada, la desplazada, la humillada, la ultrajada en cada iniquidad que se comete en el mundo; y, sin embargo, también la soñadora, la que vuela en cada ala abierta de esta noche santa, y en la que los cielos destilarán rocío, y las nubes, liberación. ¡Qué hermoso sueño de profeta! ¡Qué hermosa realidad soñada, Diario! (17:46:09).

jueves, 21 de diciembre de 2017


21 de diciembre de 2017. Jueves.

NUBES NEGRAS

Nubes negras, en el cielo de Murcia. F: FotVi

-Miro al cielo y anda nublado. Nubes blancas, con el vientre negro; mal presagio, si son imagen de lo que sucede por aquí abajo; o bueno, si nos trajeran la lluvia. Que parece que no. Hoy es el día en el que da su primer paso el invierno, ese viejecillo achacoso y con tos, vestido de harapos, que a veces disimula su senectud, cubriéndose de nieves. Harapos del mundo; o la historia envejece. Hoy, elecciones en Cataluña; como una pesadilla. Despiertas y te ves corriendo por un paisaje desolador. Te asedian los lobos; de sus fauces caen ladridos ardientes, y baba de ira. ¿Quién ganará, los lobos o la serenidad, la cordialidad, la humanidad? Bellas y turbadoras interrogantes, Diario, que no despejan el clamor de las nubes negras (19:11:33).

domingo, 17 de diciembre de 2017


17 de diciembre de 2017. Domingo.

LEGAJOS DE NUBES

Andando por las nubes, en Murcia. F: FotVi

-Morir es el desenlace más triste y árido de la vida. Sin luz en los ojos y paralizadas las manos, quedas a merced de la nada, esa cosa oscura e inexplorada que te lleva a los extremos: o a la nada sin nada (Nietzsche) o a la nada con final feliz: la vida eterna (Cristianismo). Y allá, en el fondo de su telón oscuro -y si te acompaña la fe-, se encuentra Dios. Es decir: Dios o la nada. Y te dices: ¿qué elegir? ¿Morir de muerte eterna, o morir transitando por la esperanza? Transitar por la esperanza debe ser como andar por un legajo de espesas nubes, por el que se caminara sin sentir. Yo prefiero transitar por intrincados legajos de nubes -la esperanza-, que caer como un fardo en la nada más descarnada, sin palabras y sin manos por las que transite la amistad, y el gozo de tocar. Hoy se nos dice en la liturgia de la misa: «Estad alegres». ¿Y por qué? «Porque el Señor está cerca». Tan cerca, Diario, que se puede tocar en nuestros actos de fe y de esperanza, y, sobre todos, en los del amor (17:59:20).

miércoles, 13 de diciembre de 2017


12 de diciembre de 2017. Martes.

EL SUSTO DE LAS CADENAS

Pájaro libre, en una pintura de Anna Wi. F: Anna Wi

-Al ser humano le gusta tanto prohibir como al perro lamer heridas o al gato rozarse con las piernas de su mascota, el amo sumiso del mismo. Y prohíbe, no el fuerte, sino el débil. El fuerte, en todo caso, razona y manda; el débil, usurpa y exige. Prohibir es cortar alas, malograr sueños, creer más en desiertos que en verdes praderas. Ir con el susto de las cadenas en vez de con la claridad de las manos abiertas. Prohibir es impedir, estorbar, reprimir, paralizar, y mil atrocidades más. Como la de poner máscaras, sellar bocas, imposibilitar salidas. Prohíbe el que se siente inseguro, el pequeñito con bigote (o barbilampiño) que se aúpa en los puntas de los pies para parecer más alto. O el grandullón que pretende asustar con sólo la mirada. O el débil que con un fuerte vozarrón intenta intimidar al hablar como el gallo de canto acatarrado en el gallinero. Todos los tiranos son ridículos, como un Charlot haciendo hermosas gansadas en su película de barberos y dictadores -El gran dictador-, y de lágrimas redentoras al final. Al final se salva: «la codicia -dice él, que no quiere ser emperador- ha envenenado las almas», y pide el amor y la fe universales. No prohibir, sino abrir puertas, llenar de bondad los ojos, dejar libres los pies para ir y volver y las manos extendidas para darlas a quien uno quiera. Y sobre todo, Diario, libre el corazón, para poder amar sin cortapisas ni temor alguno; que Dios es amor, y no cólera, y da su mano al que ama (11:47:05).

lunes, 11 de diciembre de 2017


11 de diciembre de 2017. Lunes.

INQUIETA ESPERA

Abriéndose la tierra, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Domingo y adviento, o tiempo de inquieta espera. Si se espera, es que hay fe en alcanzar lo que se espera. La fe y la esperanza siempre van de la mano. La fe impulsa a la esperanza y la esperanza da alas a la fe. Y el amor, al acecho. Decía Fray Luis de León que «el amor verdadero no espera a ser invitado, antes él se invita y se ofrece primero». Ayer, domingo II de adviento, se juntaron la espera, el amor que se ofrecía, y la fe que los inspiraba. Así se explica este deseo de Isaías, el profeta que ponía palabras poéticas a la inspiración de Dios: «Cielos, destilad el rocío; nubes, lloved la liberación; que la tierra se abra, que brote la salvación, y junto con ella germine la justicia Yo, el Señor, lo he creado». Como se ve, todo es deseo y esperanza, y fe en el porvenir, y amor que germina en justicia. La justicia, que como diría el salmista, se besa con la paz. ¿Y todo por qué? Porque la justica mira desde el cielo, y se hace lluvia de liberación en la tierra; la justicia, o el germen de Dios en la tierra. Donde no hay justicia, no está Dios. Por eso en el nacimiento de Jesús se pide que germine la justicia en la política, en la sociedad (a veces aberrante), y hasta en la religión. Sin justicia -sin Dios-, Diario, se secan hasta los oasis del desierto, en la iglesia, y aun en la fe más exquisita (13:03:42).

sábado, 9 de diciembre de 2017


9 de diciembre de 2017. Sábado.

ÍNTIMOS SECRETOS

Blanco en llamas, en el jardín. F: FotVi

-Día de la Inmaculada. O uno de los poemas más bellos y sorprendentes que jamás se hayan escrito. La inspiración es de Dios, el amanuense e inspirado es Lucas, un médico nacido en Antioquía, que conoció a María y al que ésta le reveló sus más íntimos secretos. Le cuenta cómo la visitó el Ángel y le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Y María se lo creyó y el Señor la habitó. Y así pudo decir el poeta: “Como miga de pan, / de tu carne de trigo, / María Nochebuena, / un Hijo te ha nacido». Y el poeta de Dios: “Y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales, y el acostó en un pesebre». Y los ángeles poetas cantaban: «Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra». Y así, la Poesía de Dios se encarnó en la tierra, y habitó en la Palabra. Y, en un vientre poesía, el de María, la Palabra se hizo evangelio; o sea: se hizo paz, amor, cruz, humildad, sencilla plegaria, vida, renglón recto por donde nos viene la luz, y la gracia, y la sabiduría. Pero antes de que la Palabra se hiciera carne, la carne de María fue purificada, preventivamente fregada, fue oxigenada del pecado de Adán. Es decir, antes de su crucifixión, ya la sangre de Cristo empezó a lavar, a embellecer, a pulir la habitación -el seno de María-, en la que había de residir -con vida de feto- durante nueve meses. La limpió de telarañas, la ungió «con óleo de alegría», la revistió «con oro de Ofir». Con cuidado de orfebre, la cinceló joya preciosa. Para su Hijo, Diario; Dios amanecía así en el momento de la concepción de María (18:25:52).

jueves, 7 de diciembre de 2017


7 de diciembre de 2017. Jueves.

GATITOS SOLITARIOS

El árbol, soñando ser Luna, en Murcia. F: FotVi

-Pintaba, le quitaron la escalera y quedó colgado de la brocha. Pataleando en el aire. Aunque, al poco, se lo tragó el vacío. Porque la brocha pinta, pero no sostiene. Le ha pasado a un tal Puigdemont, que andaba por Bruselas pintando y subido a la escalera, y ahora va de caído y sin brocha a la agarrarse. No hay amor que cien años dure. Con la supresión del juez Llarena de la euroorden de detención, Puigdemont ha quedado compuesto y sin argumentos para seguir huido, se le ha hundido el circo. Ahora, o es durante toda su vida el holandés errante, que huye de la justicia, o vuelve por Navidad a la cárcel, su paraíso -cuando sea juzgado- más divertido, quizá. Mientras, como no llueve, la contaminación va tomando posesión de las grandes ciudades. Se va amotinando en avenidas, monumentos, pulmones. La gente apenas puede respirar, y no ríe, se ahoga. Hay quien usa mascarilla, y da la sensación de estar en un quirófano de muerte. O ser algo -un animal- que no puede morder. O que se va mordiendo a sí mismo, hacia adentro. Sus pulmones y sus tripas, como un virus maligno que los devorara. Y la gente, por Navidad, compra y vende; quizá venda menos sueños y venda más quincalla, objetos que, pasado el tiempo, no sirvan para nada. ¡Sueños! O realidades hechas sueños que se tocan, que se besan, como la del amor, como la de la familia, como la de la paz; sueños, Diario, que siempre, por Navidad, nos llenan de ilusiones, y que alguna vez se cumplen. O no. Pero que, por unos días, nos hacen ser más humanos y menos belicosos, y más niños en nuestro corazón de niños grandes, perversos, a veces, pero siempre ilustres ilusos que persiguen nubes y acarician utopías, como si éstas fueran tiernos gatitos solitarios, mansos, sublimes, acicalados (11:29:29).

martes, 5 de diciembre de 2017


5 de diciembre de 2017. Martes.

EL PATITO FEO

Todo movible, en el río. Murcia.

-Los lunes son el patito feo de la semana. Yo lo pasé releyendo El proceso, de Franz Kafka: ese asombroso e intrincado relato de incongruencias y de sospechas, de argumentos frustrados. Es la novela en la que todo sucede y nada sucede, como en un ejercicio de magia: nada por aquí, nada por allá, y, de pronto, aparece la carta o el sentimiento perdidos, para, al momento, acabar por perderse otra vez. En el relato todo es ley -paternidad- que se equivoca, que atosiga, que envilece. Y que, al fin, condena, sin entender el porqué de la condena, que nunca llega. Y entre los tira y afloja de la política, ahí están Puigdemont, fugado, Junqueras, en la cárcel, y el resto de la fracción del separatismo, sacando no se sabe de dónde seiscientos mil euros para dejar la celda. «¡Seiscientos mil euros: o una flor en el sombrero!» La política llueve euros, que, plantados, crecen como hongos, o como un bosque de flora carnívora. Flora, por supuesto, comestible, y que te come, si la metes en tu estómago. Te come poco a poco, primero el hígado, luego el cerebro, y al fin la conciencia, dejándote parapléjico de ideales y de ética. (Dios no está en ellos, aunque digan que rezan). Falta ética -o moral- en el mundo, y sobra política. O buena política, Diario, la que no hacen los polichinelas, o lobos, o fantasmas que nos asaltan y tratan de destruirnos emocionalmente, sin conseguirlo -o consiguiéndolo-, a veces (18:13:41).

viernes, 1 de diciembre de 2017


1 de diciembre de 2017. Viernes.

Y FUE LA FIESTA

Versos, música y Obispo, en Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Y fue la fiesta, la función. La fiesta del sacerdocio ministerial y jubilado en la Casa Sacerdotal. O la ancianidad sostenida por un paciente bastón y una sonrisa, en los labios, de bondad. El otro bastón. Todos casi postrados, y, sin embargo, con miradas -alguna casi oscurecida- limpias e iluminadas. No eran miradas turbias y vagas, sino llenas de alas. Miraban y casi no veían, pero volaban. Presidiendo, el Obispo don José Manuel y el Arzobispo emérito de Burgos don Francisco. Y los demás, cubriendo el aforo. Eduardo, seminarista, cantaba, José Alberto, le acompañaba al piano, y un servidor, con clergyman, recitaba versos de mis poemillas de Navidad. Y Paco Illán, decía cosas de mí, que la sala escuchaba sin pestañear y yo, aturdido. En todo caso, fue una mañana tensa de versos y canciones, y encendida -llameaba- de emociones. Como una Navidad precipitadamente adelantada. Todos postrados a los pies de un Niño, que sabía y no sabía: «él sabía que era Dios, / pero no por qué María / ni el pañal ni su calor. / (…) // Sí sabía y no sabía: / sabía de Dios su amor, / pero no por qué Belén / ni la noche ni el pastor. // No sabía que era hombre, / hasta que el pecho le dio / María, y, en su regazo, / aunque Dios, hombre se halló». (Ah, el Niño y Candela me sonrieron). La sala se llenó de aplausos y de alguna lágrima, la que alguien se quitó de en medio con la mano del revés. Disimulando; como el que se libra de una mota de ceniza en el ojo. Es decir, llorar y reír: una bella contradicción, que alivia, Diario, de tanto pesimismo y caos como hay en el mundo. Un pequeño rumor de paz (18:56:22).

jueves, 30 de noviembre de 2017


30 de noviembre de 2017. Jueves.

CON CLERGYMAN

Y ardía la nieve, en el jardín. F: FotVi

-Hoy me he vestido de funcionario; es decir, me he puesto el clergyman. Funcionario sacro, desde luego. Hoy concelebraré misa y recitaré -con voz cascada- unos versos -o poemillas- navideños; poemillas los llamo por reflejar la grandeza humilde de la navidad; como un volteo de campanas sin campanas, que, sin embargo, se oyen. En la Navidad hay campanas y niños, o almas limpias, que se oyen. (Y ardía la nieve). En Navidad, como dice el salmo, se oye la gracia de Dios, para los que escuchan los silencios y entienden el lenguaje de las lágrimas, o el de la inocencia. Para los que escuchan, y no para los que hablan. O no siempre para los que hablan. Escuchar, Diario, ¡qué gran silencio! (18:17:01).

miércoles, 29 de noviembre de 2017


29 de noviembre de 2017. Miércoles.

CACHARRO OXIDADO

Oh Navidad, en un Belén italiano. F: FotVi

-Llueve un poco, como para darle de beber a un verderón. Bebe el verderón y se agota el charco. La alegría del pájaro que bebe, es una alegría efímera, breve, pues ha de volar y perseguir el próximo acontecimiento del agua, en cualquier otro charco del camino. Yo, hoy, también me lluevo por la nariz: un resfriado cargante me ha cogido de frente y me hace estar a cada momento con el pañuelo intentado remediar el goteo. Lo siento, porque mañana, en la presentación del libro Oh Navidad, he de recitar unos versos y tengo la voz de cacharro oxidado. Pero todo se andará, Diario: espero poder decir, por lo menos, ¡Oh Navidad!, y alegrarme así en el gozoso centelleo de la palabra, en su relámpago de luz (19:08:17).

lunes, 27 de noviembre de 2017


27 de noviembre de 2017. Lunes.

RECUERDO

Destellos de luz, en la oscuridad. F: FotVi

-27 de noviembre. Día del maestro. Recuerdo a mi hermano Francisco Javier -maestro-, siempre subido -como modo de andar e iluminar la vida-, a nubes de ilusión. Los sueños, le podían. Ejercía de soñador. De adolescente soñador. Por eso siempre iba un paso delante de los demás. En proyectos, en conocimientos, en magisterio. Lo mismo se ponía a la pizarra y solucionaba un problema matemático, que jugaba una partida de dominó con los excluidos de esta sociedad, los ancianos y menos considerados. O subido a una escalera, le daba luz y música a las fiestas del pueblo. Eso, sí: siempre con el entrecejo marcado por el enfado, porque no veía en los demás la ilusión, la avidez que él ponía en las cosas que hacía. Ayer hubiera cumplido 68 años, murió a los 52, todavía con la mente «poblada de alas», como diría Octavio Paz, poeta. De alas, de ideas libres, de nudos gordianos desatados con una voluntad de romántico idealista, de librepensador práctico. Javier, te amábamos, te seguimos amando, siempre en el lugar donde las lágrimas, si no las dominas, pueden aparecer en un despiste del recuerdo. En nuestro interior de catedral, que reza, te perpetuamos, como en un monumento de mármol blanco, donde se toca la pureza, donde aún nos habla tu vida; tu vida sabia y sencilla, creativa, persistente (17:51:46).

domingo, 26 de noviembre de 2017


25 de noviembre de 2017. Sábado.

SALVARSE

Luz entre las sombras, en Torre de la Horadada. F. FotVi

-Hoy podría hablar de muerte, de ruina, de odio, de balas airadas, de tiniebla espesa en las almas. 305 muertos, de golpe, como un fogonazo imprevisible, diabólico. Satán vestido de yihadista perverso, luctuoso, poniendo bombas y pegando tiros, contra el rezo, contra los que se inclinan -hermanos todos- ante Alá. Los muertos los ponen los sufíes; los que matan, los suníes. Y todos, con la cabeza tocando el suelo, salmodiando al mismo Alá, el de las misericordias. Se dice que los sufíes ponen la mística, los suníes -por ahora- las bombas. En una mezquita humilde, al norte de Egipto, y en hora de oración, estalló la muerte: 305 sufíes, víctimas de sus hermanos encolerizados. Mientras unos rezaban -vivían-, los otros, mataban, sin piedad. Y todos tratando de honrar a Alá, el mismo destinario de las palabras de unos -la oración-, y los gestos perversos -las bombas- de los otros. Y yo me pregunto: ¿qué aceptará este Alá de devotos y asesinos, la oración de unos o las bombas de los otros? ¿Quién será feliz en el cielo de las huríes, el místico o el guerrero? ¿Quien reza, o quien mata? ¿O, simplemente, Alá quedará inerte, impasible, con una mano en la barbilla pensando qué hacer o qué decisión tomar? Alá, por el que se mata y se muere, rezando: unos, con palabras; otros, con la creencia de que derramando la sangre de los que rezan o inmolándose ellos, se salvan. En el islamismo, Diario, la salvación se puesto muy cara: o matas o te matan, para salvarte (18:18:41).

viernes, 24 de noviembre de 2017


24 de noviembre de 2017. Viernes.

LUCES LEJANAS

Mirando el horizonte, en Las Canteras. Alfredo Kraus. F. FotVi

-Me digo: soy libre, y miro el horizonte, y lo veo asequible; pienso: puedo llegar a él y desentrañarlo, y tocar su corazón, y amarlo; desde aquí, desde mi balcón, lo siento, lo sueño, lo intento hacer realidad -latido- en mí. En la libertad, todo es lejanía ferviente, efusiva, revolucionaria, tiempo de alas. Lejanía que te parece poder tocar y decir. Utopía. Pero, una vez allí, caes en la cuenta de que en aquel horizonte hay paisaje, luz, personas, problemas, tiempo: quizá no todo tan hermoso como te pareció desde lejos. Pero, con desilusión de gato escaldado, levantas la vista y ves que hay otra lejanía que te llama otra vez, pues siempre hay otro horizonte al que acudir más allá del último alcanzado, otro horizonte al que atrapar y morder, y desear. Porque, como diría Octavio Paz, en la lejanía siempre «hay un comienzo de himno como un árbol», que te hace cantar y seguir, sin desfallecer. La vida, Diario, es un peregrinaje de luces lejanas, que te llaman, que te atraen como la llama a la polilla, con furia de locura (18:08:08).

miércoles, 22 de noviembre de 2017


22 de noviembre de 2017. Miércoles.

DARDOS ENVENENADOS

Un instante de lluvia, en mi balcón. Murcia. F: FotVi

-Sigue el sol y sigue la ruina. Mientras se cuartea la tierra. La tierra, hasta este mes de noviembre, suelta fuego por el suelo agrietado de los embalses. Estos embalses mudos de agua, pero calientes de desastre, escupen fuego por sus grietas. Y, entre tanto, seguimos con lo de Puigdemont en Bruselas, y Rajoy, Iglesias y Sánchez, en Madrid. Todos tirándose dardos envenenados. El veneno de las palabras, tomado en sucesivos y ligeros sorbos de idiotez o cólera, mata tanto o más que el cianuro. Solo las palabras dichas con amor, Diario, salvan e iluminan, y aun difuminan el mal (18:05:23).

lunes, 20 de noviembre de 2017


19 de noviembre de 2017. Domingo.

CUERDA FLOJA

En la cuerda floja, de la línea. F: FotVi 

-Ando por la línea de escribir, como un funámbulo por el alambre. De este punto a aquél, me digo, y miro hacia el allá, y tanteo con el pie. Vibra el alambre. Sufro de miedo. No pienses en la caída. ¡Hice esto tantas veces!, te dices. Doy el primer paso, se comba la línea de escribir. Dudo; pero sigo. Oscila el contrapeso. No lo miro, solo sé que está, como alas, a mis lados. El escritor es un volatinero que aletea palabras sobre la cuerda floja; y para el que siempre existe el peligro de caerse. Y de morirse; o solo quedar herido, o salir ileso. Es un volatinero que, aunque alguna vez se caiga, si no muere, sigue adelante. Hasta llegar al final de la cuerda, donde se halla el éxito; nunca el fracaso. Porque, aunque no haya nadie aplaudiendo o silbando, siempre está el escritor, el equilibrista, que ni se aplaude ni se silba, pero que sigue escribiendo, subido a la cuerda floja, explorando luces y sombras, metiéndose en las entrañas de las palabras, y en las de la persona humana, para decir lo que ve y contarlo. Contar una mala acción o una acción de bondad y libertad, de éxtasis. Todo cabe en el funambulista escritor: la luz, la piedad, la guerra, la traición, la fantasía, el hombre, la nada; y con el poeta Adonis, inquirir: «¿Debo preguntar cómo acabará este mundo o cómo ha empezado este infierno?» O con los versos, Diario, de otro poeta: «¿Si digo una palabra, si la digo / alta y azul, anuncio el mar?» Caminando por la cuerda floja (13:04:36).

viernes, 17 de noviembre de 2017


17 de noviembre de 2017. Viernes.

EL INSULTO

Palabra sin gajo, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Se ha de tener mucho odio, arañas negras, palabras podridas en la boca y pocos dientes, para lanzar un insulto contra alguien. Para masticarlo y decirlo. Y muy poco pudor. Quien profiere insultos, es como el que cría sapos en su interior y los echa por la boca para que croen, para que charleen. El insulto, dice el Diccionario-, ofende y avasalla, humilla. La palabra -ese don divino que se nos ha regalado, esgrimida para trasmitir suciedad y roña, y tizne, en la cara del otro. Como un salivazo hediondo y cínico, perverso. Se puede discrepar, pero no insultar. El que insulta demuele sus argumentos, derriba su autoridad, se hace pis en su propia boca. No insulten ustedes, Rufián, Iglesias, políticos todos. No insulten, hablen, simplemente eso: hablar, decir, y, si quieren ofender, háganlo con un verso, verso que no entenderán sus adversarios, y ustedes se habrán salvado. Parafraseando a Adonis, digamos que, aunque no te lo propongas, podrías pensar que lo que dices del otro, te lo dices a ti mismo. Y, en todo caso, Rufián, Iglesias, todos los demás políticos, piensen con Pere Gimferrer, que «todo» -las palabras, los gestos, la luz, las sombras, esto, lo otro, lo que quema, lo que muerde- «todo es un pacto de irrealidad». Cuando vosotros no estéis, el mundo seguirá caminando: con sus risas, sus angustias, sus cinismos, sus verdades, sus cóleras, sus tiznes, su santidad, sus infiernos. Y es que el insulto, como hoja de ruta a seguir, Diario, como cencerro que solo avisa de que por allí transita un buey, rumiando ira o quizá  bondad -¿quién sabe?-, nunca ha resuelto nada, salvo divertir a los dioses o a la plebe, otra especie de dios pequeño y frágil: dios menor este, tierno, desvalido, y tan huérfano de afecto… (12:04:49).

miércoles, 15 de noviembre de 2017


15 de noviembre de 2017. Miércoles.

SIETE VELAS ENCENDIDAS

Para Candela, desde el jardín. F: FotVi

-Hoy Candela ha cumplido siete años, como siete velas encendidas en el candelabro del tiempo. Pero a la vez que se encienden siete velas -que lucen, hablan, hacen historia-, se apagan otras siete. Candela cumple años, y con los años, abre libros, suma y recta, juega, oye hablar a la luna, se asombra, pero, al tiempo, pierde años. Candela, esta pérdida de años, aún no la nota; con los años crece y se fortalece, y la sabiduría y la gracia la van invadiendo, como el agua de riego en un campo de trigo, lentamente, hasta ser cosecha, y, luego, blanco pan. Pan en la mesa luminosa de la vida. Candela, felicidades, porque todavía llevas puestas las alas de la inocencia, y de ti se podría decir aquello de: «doblo la página del día, / escribo lo que me dista / el movimiento de tus pestañas». Con Octavio Paz, y, en el día de tu cumpleaños, te felicito de este modo tan cercano y tan cierto, Candela, nuestra pequeña maravilla. P. D. Perdona, Diario, que no me dirija hoy a ti directamente; mañana será otra día, con otro sol y otros asuntos por los que transitar; eso, sí, con rosas -y alguna espina, quizás- en el movimiento de las pestañas de Candela, ¡gorjeo! (12:01:59).

martes, 14 de noviembre de 2017


14 de noviembre de 2017. Martes.

PALOMA CANSADA

Paloma pensativa, en mi balcón. F: FotVi

-Me levanto con la mente clara y las piernas menguadas, inciertas. Doy pasos difíciles. Pero como toda paloma cansada, insisto en volar, sin importarme el dolor y sí la rabia, mi afán por extenderme en el vuelo y abarcar los cielos, abrazándolos. «Así enciendo mi llama», que diría el poeta libanés Adonis. La llama de volar utopías, aunque parezcan imposibles; la llama de hacerme con el tiempo y su declive, intentando dominarlo, aunque, al fin, me destruya. Me adentro en la mañana y compruebo que casi todo sigue como lo dejé el día anterior: Puigdemont en Bruselas, con su casco prusiano -el pelo- impidiéndole pensar, y sus discípulos, confusos: mediocres paladeando la mediocridad. Siguen las lágrimas de Buffon, que han conmovido al mundo -dicen los que buscan hacer de cualquier cosa una tragicomedia-, por quedar Italia eliminada del Mundial. Como si lloraran las ruinas del Aventino y toda la historia de Italia por tal calamidad. La frivolidad arruinará el mundo. Mientras, el planeta todo está en peligro, lo dicen los sabios que vigilan su decadencia, y esto no nos conmueve, las lágrimas las dejamos para llorar la imbecilidad. La estupidez, decía el pensador Zygmunt Bauman, mueve a las masas, con sacudidas de oleaje. Menos mal que el cielo está azul, Diario, y el anticiclón no deja que haya lluvias torrenciales de estulticia. Celebración, pues (18:35:49).