7 de abril de 2018. Sábado.
ANIMALICIAS
Animalicias, en la librería. F: FotVi |
-Cuando
pienso con mente del mal agüero, casi siempre pienso lo peor, y acierto. El
pensar peor me lleva a pensar mal de casi todas las cosas. Y si digo casi, es
por no herir mi fe, que se fundamenta en la roca
que son las palabras graníticas del evangelio. Casi, para mi fe; pero quizá no
tanto para mi razón, que, sin embargo, hay veces que se identifica con mi fe. Hoy
me he levantado con mente de buen agüero y ha salido a Murcia, una Murcia festiva,
ditirámbica, de cerveza y parranda. Murcia de pito y sardina. Y en esta Murcia
de bullicio y fandango, la presentación de un libro, Animalicias, de Katy Parra. Un poemario sencillo, de octosílabos
iluminados, con gatos dormilones y familias orquesta, con hormigas y números con
vida -«el 1 siempre firme, / el 2 arrodillado, / el 3 como una m / que se hubiera volcado»-, y mucha sabiduría. Yo, que apenas
asisto a eventos como éste -mis años, Diario-, he pasado un buen rato, oyéndola
decir, sosegada y hermosamente, estos versos para niños, y para mayores con
corazón de niño; versos de romance y jitanjáfora -figura retórica- de un gato-gordo
y un perro-flaco, que, al final, resulta que sus dos corazones son un solo corazón,
con un mismo latido musical y mimoso, y aventurero (19:44:15).