22 de mayo de 2018. Martes.
JÚBILO
Envenenados, versos. De Paco Illán. |
-Ya se va
notando el clamor del sol en el cielo murciano. El sol rechina y fustiga, con
moderación aún, pero sin pausa. Y yo, en lo mío: leer, escribir y rezar; y no
laboro, porque ando de júbilo en júbilo; es decir, jubilado. O tratando de
gozar de todo lo que me va faltando. Pues al jubilado lo más que se le permite
es caminar media hora, y con cuidado, no vayas a tropezar y caer, y se te
astille la cadera con la que marcas el paso. Y hablando de lectura: acabo de
leer Versos envenenados, ese relato
escrito por Francisco Javier Illán Vivas, en el que los personajes se aman, se
matan, recitan versos, y, al final, hallan al asesino camuflado en un
endecasílabo de Luis Alberto de Cuenca. Una historia inquietante, negra, metida
en un paisaje murciano; paisaje que, al leer, lo vas tocando, gustando; quiero
decir, lo vas viviendo con los personajes de la novela, tan cercano es, tan
está ahí. Y hablando de versos, uno de Pablo Neruda; del poema titulado Los nacimientos, que empieza: «Nunca
recordaremos haber muerto». Nunca, Diario, verdad irrefutable, que estremece y…
hace reír (19:18:01).