27 de junio de 2018.
Miércoles.
EUTANASIA
Cabeza anciana, y prodigiosa, de Alfredo Kraus, en Las Palmas de Gran Canaria. F: FotVi |
-Voy
por la calle y se me acerca alguien pidiéndome una limosna -su mano a la altura
de mi pecho- y los menos, exigiendo que sea legalizada la eutanasia. Es un
clamor general, un grito unánime, de pocos. Grito que rompe los oídos y, dando
en los semáforos, los hace estallar. ¡Queremos morir -dicen los escasos- en
aras de nuestra libertad! Libertad de expresión y libertad para morir. Los dos
grandes hitos del bienestar de la sociedad: poder llenar la boca de culebras y permitir
que, cuando uno no sea un esclavo productivo y rentable, le arrebaten la vida,
le echen al sumidero. En la España de ahora mismo: en esta de las pensiones en
el aire, del paro y del empleo basura, del desencanto juvenil, de la invasión migratoria,
del problema catalán (y vasco), etc., legalizar la eutanasia, ¿es una prioridad
social, es un anhelo irresistible del pueblo sin voz ni voto, es el deseo de la
mayoría de los que han sentido ya el frío de los años, o se trata de un
cortafuego, subterfugio, para tapar otros incendios? Tal vez sea eso, Diario; tal
vez (19:25:41).