25 de mayo de 2021. Martes.
LA BALANZA
LA BALANZA
-En ocasiones, una lectura oportuna, eficaz, te saca de la decepción y
te pone en el camino de la esperanza. En un mundo tan injusto, tan torcido, tan
sinuoso, la esperanza, a veces, se te hace humo de cigarro ante los ojos. Parece
una ilusión, una biblioteca sin libros, un discurso sin palabras. Sin embargo,
leo en el libro del Eclesiastés –sabiduría inspirada–: «Otra cosa observé bajo
el sol: en la sede del derecho, el delito; en el tribunal de justicia, la
iniquidad; y pensé: “Al justo y al malvado los juzgará Dios”». Es decir, donde
tendrían que existir la igualdad, lo recto, lo legítimo, se hallan la
infracción, la transgresión, el delito; y donde la justicia: la perversidad, la
villanía, la corrupción. Pero, al final, será Dios el que coja la balanza y
pese las conductas: el trigo será separado de la paja, y evaluados. La paja, o la
vieja vida, la desconectada del bien, la
andrajosa y sin virtud, perecerá; y el trigo, el que cayó en buena tierra, y
dio fruto según sus posibilidades, se salvará. Frente a la orgía de injusticias
en el mundo: gobiernos corruptos, jueces ideologizados, mafias que todo lo
compran y lo venden, ebrios de ideología, frente a todo esto, están la justicia y la fidelidad de
Dios. Dice Isaías: «Juzgará al pobre con justicia […], y con el soplo de su
boca matará al impío». Entonces, Diario, la esperanza, en mis labios, se hace Adagio de Albinoni,
música serena, diáfana, estremecedoramente bella, y vuelve a mi corazón el
adviento de la espera, el que aguarda, el que vislumbra más allá de las apariencias. Me rescata la verdad (13:07:41).