miércoles, 19 de mayo de 2021

 19 de mayo de 2021. Miércoles.
UN REY DESPÓTICO

Un buen corazón, salva a un bebé, en Ceuta. F: Prensa

-El mar y la pobreza, otra vez de la mano. El mar que es vida, también puede ser muerte, si no se le trata con respeto y prevención. Echar madres, niños, bebés al mar, como represalia política, aunque se sea rey, es de malnacido. Es un rey vestido de harapos, y coronado de indignidad. El rey de Marruecos. Me ha conmovido la historia del bebé rescatado por Juan Francisco, humano y generoso Guardia Civil de servicio; cuenta que el bebé «estaba helado, frío, no gesticulaba…» La madre llevaba al niño a la espalda, como una cruz bendita de pobreza. Lo terrible es que los pobres se valen de la pobreza para sobrevivir. Los echa al mar –el rey– con flotadores de juguete, con botellas vacías, con lo que fuera. Como si se tratara de sacos de miseria; la pobreza, como se ve, sosteniendo al pobre. Un flotador de juguete –no un yate imponente de rey–, puede salvar la vida del indigente; pero también provocar la tragedia. El rey malnacido se lava las manos, pero no con agua de mar, sino con agua que llega por griferías doradas a su palacio real. Allá, en Marruecos, un rey despótico, y acá –en este país de resignados–, un presidente con sueños de espejo, ambos incapaces de dar pasos hacia la armonía y el entendimiento, ambos dormidos en sus laureles de mezquindad y sordidez. Yo, si debo elegir, Diario, me quedo con el bebé recogido de las aguas del mar por los brazos paternales de un funcionario público. Es la debilidad recogida en brazos de un héroe: hermosa metáfora de Dios en un pesebre, o de la pobreza iluminada y glorificada, en el amor (13:27:53).

No hay comentarios:

Publicar un comentario