sábado, 20 de septiembre de 2014


20 de septiembre de 2014. Sábado.
ENFANT TERRIBLE
Enfant Terrible, en Capadocia. Turquía. F: FotVi
 
-Aunque de una noche relativamente fresca, ha amanecido el sol, o «el señor hermano sol», como lo llamaría el de Asís. Y lo ha hecho lúcido y con alguna ínfula todavía veraniega. Tanto, que en el ínterin de la mitad del día, ha dejado caer su nota musical de rock and roll, ardiente y sudorosa, y playera, si se tercia; el «enfant terrible», o «enfant gâté» (que diría un francés), Diario, de esta tierra de luz y sed, y agonía, a veces (20:52:24).

viernes, 19 de septiembre de 2014


19 de septiembre de 2014. Viernes.
RUIDOS CONFUSOS
 
Ruido blanco, en el jardín. F: FotVi
 
-Y fue como oír colocar el empedrado en una calle. Ruidos confusos, pero insistentes, como los de Cortázar en su relato Casa tomada. Ruidos que empezaron en la boca y acabaron instalándose en el cerebro; allí golpeaba todo y, a causa de estos golpes, todo huía, también los pensamientos. Tanto que parecían haberse replegado al fondo del cerebro, donde los olvidos y las pesadillas, y el miedo. Yo, tendido, y con la boca abierta, sólo adivinaba a ver una mano armada de instrumentos relucientes que maniobraba en la boca, un confuso dialogar de monosílabos y palabras sueltas (había cuatro personas conmigo en el quirófano), y un aspirador de líquidos (saliva, sangre, agua, supongo) que sostenía una chica de azul.  Chica, que no era precisamente mi ángel azul. Yo veía cabezas con mascarilla y la luz cenital y blanca, amortiguada, de una lámpara circular en lo alto. Cerraba los ojos y oía más los ruidos que venían de la boca y se movían en la cabeza. Y volvía a abrirlos y ver la luz y las manos y rostros con mascarilla que se abalanzaban sobre mí. Y me refugiaba entonces en mis pensamientos, que pululaban al final del cerebro, y en estos pensamientos estaban Dios, la pregunta de cómo y si saldría de ésta, si fuera más largo no cabría en esta tumbona, la familia, amigos, los últimos versos escritos: «Cayendo tiempo abajo, / hasta hacerse inmortalidad, / o tierra nueva en la palabra eterna», cosas así, cosas del espíritu y del día a día, y el ay que me llegaba a los labios y no soltaba, me contenía, todo lo que se piensa en el dolor y un poco antes de la muerte. Pensaba todo, pero hecho cosa, es decir, de un modo intrascendente, para derivar los ruidos en la cabeza y que no me deslumbrara la luz cenital de la lámpara. Hasta que todo terminó, y a pesar de cinco implantes o clavos hundidos en las encías, felizmente. Me llevó y me devolvió a casa un amigo, Luis, y me dispuse a comer purés (de Iván y Carmen) y yogures, que pasan por el gollete, como el sol por el cristal, sin romperlo ni mancharlo. Ayer, Diario, fue un día duro para mí, pero esclarecedor: aprendí a valorar, en mí, el dolor de los otros, sobre todo el dolor de la inocencia, el de los niños, por el que pido a Dios cada día (20:06:38).

martes, 16 de septiembre de 2014


16 de septiembre de 2014. Martes.
AUTOESTIMA
 
Pequeña verdad, en el jardín. F: FotVi
 
-No lo vi nunca diciendo verdades, pero sí mentiras conclusas, obvias, letales, e inconclusas, o mentiras que se debatían entre la verdad y la mentira, borrosas, como un paisaje entre nieblas, indescifrable, mentiras capciosas, o la mentira que no lo parece pero lo es. Se dicen verdades o mentiras a medias, para que, como la botella medio ocupada por un líquido, pueda verse o medio llena o medio vacía, según se trate de una visión risueña o taciturna de la vida. Decir mentiras o verdades a medias es enfermedad frecuente en ciertos colectivos, como el de los políticos; en otros, es menos frecuente, pero también se da, hasta en el colectivo de los eclesiásticos. Es lo del vómito de los tibios -ni frío ni caliente- a que se refería Jesús de Nazaret en el asunto de la fe. De entre los políticos que he conocido en la democracia, Zapatero (el ZP de la sonrisa siniestra) ha sido el que más mentiras y medias verdades ha dicho; es mi particular opinión. Le sigue el «no se sabe si sube o baja» Rajoy, el que «donde dije digo, digo Diego», o el mentiroso tras la excusa del «me lo dejaron tan mal…» Sin embargo, durante su tiempo de orgía presidencial, ZP una vez dijo una verdad: la derecha, vino a decir, veta y vota en contra todas las leyes que el PSOE trae al Parlamento (se trataba en este caso de la Ley del Aborto, o la Ley del Derecho a matar de las madres, una de tantas leyes de ingeniería social que se aprobaron en su día), pero cuando llega al poder, las absuelve y las acepta sin quitar ni poner coma, así son de coherentes. En este caso ZP dijo verdad y Rajoy añadió al cúmulo o tropel de sus mentiras, una más. La reforma de  Ley del Aborto del PP no se llevará a cabo en esta legislatura; es decir, se la dejará estar: les quitaría votos, dicen. No importan las vidas, si, segarlas, da votos. Acertó ZP, oráculo de la verdad, en este caso. Siempre que puede, o lo dejan los votos, el político, de ordinario, es mentiroso convulsivo, y reincidente. Y lo peor es que me mienten con mi aquiescencia, con mi voto les digo que sí, seguid engañándome; salvo esta vez, Diario, que, cuando llegue la ocasión, me ahorraré el voto y me lo gastaré… en autoestima (12:31:30).

domingo, 14 de septiembre de 2014


14 de septiembre de 2014. Domingo.
DESGANA
 
Voluntad de ascenso, en el jardín. F: FotVi
 
-El calor me pone al pie de los caballos de la desgana; y desganado, poco se puede hacer. La desgana es un cincel o pluma que se detienen o una mirada sin fijación, sin interés, errante. Es el escoplo en la mano del artista sin dar el golpe, o la pluma sin letra que perpetuar en el papel; en este caso, ambos, escoplo y pluma, sin historia que contar, sin nada que decir. Tragedia. En la desgana, los brazos caen y las miradas se pliegan, y los conceptos se deshilachan. Estoy triste como un cenicero sin ceniza por no haber brasa de cigarro que sacudir; en la desgana, salvo ella misma, todo es nada, nada de mancha, que no deja ver nada. La mancha cierra, tapona, no deja ver lo que hay tras ella, al otro lado de su borrón. Una letra escrita es una mancha, pero domesticada, que diría Chesterton; no así la mancha del tintero, por ejemplo, que es algo salvaje y vive en la selva de lo indescifrable. La desgana es un cansancio, pero espiritual; se cansa el alma y se envilece la voluntad y, con la voluntad, el cuerpo, que baja su autoestima. Pero aún rezo, Diario, por lo que pido a Dios que me saque de esta agonía, cosa que parece concederme; pues el hecho de denunciar mi propia desgana, ya es un dato de que mi oración es escuchada. Me vuelve la esperanza (20:22:37).

viernes, 29 de agosto de 2014


28 de agosto de 2014. Jueves.
HASTA MÁS VER
 
Humilde claridad dorada, en el jardín. F: FotVi
 
-Toda despedida es dolorosa y más si se hace sin pañuelo que flamee al viento y desde una plataforma virtual. Por un tiempo, me despido en mi Web oficial y en El bosque apócrifo de Mi Diario, del que vengo ocupándome, en internet, desde el año 2008, todos los días, con la fidelidad, salvo en tiempos de viaje o fuerza mayor, de los equinoccios o los solsticios; es decir, siempre. Mi Diario, o ese blog desde el que salto, tanto en mi Web como en El bosque, del G+ al Facebook, esos mundos de correrías cibernéticas, de acrobacias técnicas, que hacen que lo se escribe vaya bastante más allá del libro y de uno mismo y que salte por los espacios siderales y se haga universal, ensanchando así las culturas y el modo de acceder a ellas: o, si se quiere, en la reducida pantalla de un ordenador, la Biblioteca universal y latente de Borges, la de Babel, con sus veinte anaqueles e infinitas galerías hexagonales, llena de tomos enigmáticos y de libros impenetrables. Sin embargo, este milagro del mundo y sus palpitaciones en internet, a la vez que asombra, asusta. Y asusta precisamente por ser milagro y por abarcar tanto; los milagros primero extreman la abertura de los ojos, sus rendijas luminosas, extasían, oiga, los abren como platos, para luego caer en el susto y el pánico, en los miedos que da el poder. Siete años, pues, alimentando, lactando, mimando Mi Diario, diciéndole lo que sentía, mis pensamientos, mis dudas, mis afirmaciones, lo que creía creer (mi fe en Dios, en la Bienaventuranza y buena noticia del Evangelio, en Jesús de Nazaret, en la persona humana aún salvable, en la Tierra como hallazgo maternal, en la luz, en la oscuridad para sentir más la claridad…), lo que me disgustaba (nunca mis fobias: no creo tenerlas), mis lecturas, todo aquello que ha ido conformando lo que soy; como digo en mi Web: soy, ante todo, «persona», nada menos, o «un ser libre entre otros muchos seres libres en abierta complicidad con ellos por vivir y dejar vivir», y todo desde el don que se me ha dado, el don de ser sacerdote y la conciencia de habérseme dicho: ama y crea, que es en lo que estoy y lo que he intentado hacer siempre, a cada instante, con mejor o peor resultado, pero siempre con la intención del corredor; o sea: llegar a la meta, aunque sea el primero; o, no. Diario, decirte a ti y a mis lectores (13.563 hasta este momento, ¿muchos, pocos?; pero en todo caso, 13.563) que me voy; me voy, pero, si Dios y la Virgen Santísima quieren (enseñanza puntual de mi madre, que nunca olvido, es como un seguro de esperanza), para volver. Me voy para volver; ah, y volveré cualquier día, y sin avisar; eso, sí, de un modo intermitente y libre, no obligado, estad atentos. Pues, hasta más ver, Mi Diario, mis Lectores, y que la belleza y la verdad (y no el miedo y lo oscuro), nos acompañen siempre (19:53:57).

miércoles, 27 de agosto de 2014


27 de agosto de 2014. Miércoles.
JAMES FOLEY, PERIODISTA
 
Blanco sobre negro (o inocencia), en el jardín. F: FotVi 
 
-Una muerte injusta, la de James Foley, periodista, como tantas otras, y aterradora. De rodillas ante su verdugo y la cabeza agachada, con la humillación injustificada y bárbara del que se siente vigilado tras una máscara por unos ojos crueles y el arma homicida en la mano izquierda del verdugo, sin duda no tan cruel el arma homicida como el que la sostiene. Humillación esta, en todo caso, sin causa, o por una causa innoble y falaz, inverosímil, propia de otros tiempos de oscuridad y hechicerías, te impongo esta fe, y la aceptas, o a la hoguera, al suplicio. Ya sucedió: fe (o ideología) la que yo impongo, o la cruz. O la guillotina, o la silla eléctrica, o todos los Auschwitz de todos los tiempos. Esta vez el infiel ha pagado con la decapitación, que es un modo de hacer que las ideas rueden por el polvo y escarmienten así de ser ideas libres, distintas, esclarecedoras quizá de bellos sueños aún por explorar, hermosas ideas decapitadas, sin ojos para ver, sin palabras con las que arrojarse al vacío después de ser pensadas, las ideas, sin labios desde donde arrojarse a hacer sus vuelos, sin oídos con los que oírlas en el irse, sin lágrimas, sin risas, todo decapitado, todo se ha ido en el filo de un cuchillo. El terror por el terror. James Foley ha muerto por ser occidental e infiel, y ser creyente, pero no de lo del otro, y eso es causa de decapitación, y sin juicio previo, ni siquiera sumarísimo. Antes, la cárcel, las dudas, los miedos, el llanto, quizá un vuelo de esperanza, «unos días estoy fuerte, y otros flojo”, la dulce compañía de los amigos, «repetimos historias y reímos para romper la tensión», y el rezo, la oración, porque de Dios, a veces, también se vive, «cuando rezo, realmente siento que puedo tocaros, incluso en esta oscuridad», dice James a sus padres; o sea: de Dios, a la familia, tocándola, como en la noche oscura se toca a Dios, y, de ésta, vuelta a Dios de nuevo; si en la oración se roza a Dios en las palabras, su invisibilidad (él es Palabra que se hizo humanidad, se hizo carne, se encarnó), también es tacto para aquel que, en la oscuridad, busca asirse a los recuerdos. Rezar para tocar, Diario; hermosa revelación (20:17:40).

lunes, 25 de agosto de 2014


25 de agosto de 2014. Lunes.
CON SUSPIROS
 
Atlantes de arena, en la playa Las Canteras. Gran Canaria. F: FotVi
 
-Ayer marchó Candela, dio el salto, con suspiros (a sus tres años y  meses suspiraba la despedida, crece en edad y sabiduría)), dio el salto desde el aeropuerto de Alicante al de Las Palmas, con todo un océano (el océano de la Atlántida, dicen) bajo las alas de su vuelo. La Atlántida, donde Platón puso su fantasía hecha poema, o el poema convertido en filosofía. De la sociedad ideal escribe Platón en su Timeo y Critias, o el ideal de sociedad que él soñaba, y que halló en este continente mítico y quizá sólo soñado, pero verdadero por irreal. Quizá la perfección sólo esté en la utopía, o en lo irreal realizable. La justicia y la virtud como columnas de una convivencia feliz; luego les vino a los atlantes la soberbia y el afán de expandirse (olvidaron la justicia) y se los tragó el mar, con Poseidón, el dios de turno, irritado. Los dioses antiguos tenían estos cambios de humor, protegían o no según se levantaran con buen o mal pie, ya saben: saltar de la cama con el pie derecho o el izquierdo. ¿Y cuál es el bueno? Candela, pues, en Las Palmas y que ya en la despedida le dijo a Javi, su tito, algo así como ahora, Javi, te quiero poquito; pero si vas a Canarias te voy a querer todo; o sea: Javi ha de ganarse el cariño de Candela, yendo a Las Palmas, donde ella florece. Una declaración de amor preciosa, al tiempo que exigente. Candela, que todavía es poco en edad, Diario, es mucho, sin embargo, en sabiduría y discreción, ya se ve (20:00:41).

domingo, 24 de agosto de 2014


24 de agosto de 2014. Domingo.
DARLE A LA CAZA ALCANCE
 
Dándole a la caza alcance, desde el jardín. F: FotVi
 
-Ayer escribí; hoy he escrito; mañana, no sé. El tiempo. El ayer pasó, se hizo ocaso y desapareció en la hora 00:00 de la media noche, huyó, con la Luna bajo el brazo, tras vestirse de oscuridad y dudas; el presente está, lo toco, lo siento, lo vivo, es mi lazarillo, pero hasta la hora 00:00 del otro día que ya se acerca; el mañana, sin embargo, ni siquiera sé si está, o estará, porque ido el hoy, quizá sea el mañana uno de los cien pájaros volando a los que nunca se les da alcance. O tal vez, sí; como San Juan de la Cruz, que, tras un amoroso trance, le dio a la caza alcance. Espero, Diario, tras un amoroso trance (¿cuál?), darle a la caza del mañana alcance (21:00:35).

sábado, 23 de agosto de 2014


23 de agosto de 2014. Sábado.
LICENCIADOS EN BANALIDAD
 
¿Nudo gordiano?, en el jardín. F: FotVi
 
-No sé a dónde vamos; pero sí dónde estamos. Estamos ilesos de sabiduría y licenciados, por lo menos, en banalidad y déjeme usted en paz que estoy tratando de dar una cabeza, es la hora de la siesta. Europa y el mundo occidental, sesteando. Mientras otros afilan los cuchillos, y los califatos. Alianza de civilizaciones, se dijo un día, como si alguien pudiera firmar un acta en nombre de esta o aquella civilización. ¿Y qué es civilización, y qué es una alianza? Descríbeme qué es una cerilla, y por qué al rozarla violentamente sobre una superficie áspera, escabrosa, y, mientras es destruida, se hace luz, claridad, llama de colores de pequeño sol poniente. Una cerilla es…; una civilización es… Lo tengo en la punta de la lengua, ahí, donde saltan los sonidos y se hacen palabras, pero no me sale. Tengo pasmada la respuesta en la punta de la lengua. Lo que en un sitio llamamos civilización, en otro puede ser barbarie; o al revés. ¿Qué es más bárbaro, matar con el ave voladora de un cohete en este nuestro mundo más próximo (Gaza, Israel, Siria, Ucrania, Irak…) o con el aguijón envenenado de una cerbatana en la umbrosa Amazonía? Los cohetes matan en racimo; la cerbatana de un modo individual y certero en el gollete (casi nunca -o nunca- de un niño). La muerte, sin embargo, es la misma; es quedarse sin más en el pasmo de no saber jamás qué ha pasado. De pronto, sin aliento, sin conciencia, viajando por el confín sin fin de la nada, o accediendo con asombro a la eternidad, que, según creencias, es esto o lo otro, hasta dar tal vez con el cielo de Dios, donde quizá bullan ángeles alegrando con arpas de diez cuerdas y fugas de Bach la gloria de Dios y sus invitados. El cielo, o vestirse de blanco y estar siempre en fiesta de primera comunión; es decir, cubrirse de amor sin preguntarse qué es y evitar así que te haga témpano o atabal el frío de la nada. ¡Qué ingenuidad! ¿Eh? Pero así es mejor, porque vestirse sólo de muerte y de nada da espasmo, si es que la nada permite que en su helor se pueda sentir nada, ni siquiera a ella misma. Y esto es lo que hay, Diario: el futuro, neblinoso, puzle de un mundo en ruinas, y el hoy, algo así como una madeja de vómito desesperado de tragedia griega, con el coro (el pueblo) lamentándose, pero sin la esperanza del héroe que venga a salvar al coro (19:04:04).

jueves, 21 de agosto de 2014


21 de agosto de 2014. Jueves.
OTRO MODO DE SOÑAR
 
Dibujo de risa, quizá, en el jardín. F: FotVi
 
-«Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar; hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja». Cuando Julio Cortázar escribía estas líneas (Rayuela, 1963) debió verse un Leonardo da Vinci dibujando su Gioconda particular, irónica, dulce, con una boca que sonríe y no sonríe, una boca de aire y sueño, una boca de árboles y pájaros, y un arroyuelo de agua fresca que va de comisura a comisura, lo que su dedo ideó para darle forma, su forma, a lo que ya existía; o hacer irreal lo real, Diario, que es otro modo de soñar y evitar así que la fe en el ser humano se arruine (20:30:53).

miércoles, 20 de agosto de 2014


20 de agosto de 2014. Miércoles.
LA RISA DEL PEZ
 
Oyendo la mar, en la caracola. ABC. F: FotVi
 
-En el ABC de aquellos tiempos, año 2002, y cuando los maestros de la viñeta (Mingote, Mena, Martín Morales…) hacían de su capa del dibujo un sayo estremecedor de poesía y ternura, Mena trazó un tríptico donde se ve a Cándido (su único personaje de miles de historias sin par) observando una pecera con un pez entristecido, cabizbajo, mustio como un labio sin beso, o un beso sin réplica. Es un decir. En el segundo recuadro del tríptico, Mena hace echar a Cándido (con gafas y un pelo huérfano en la calva en forma de caño de fuente), hace echar, digo, una caracola en la pecera, que llegada hasta el pez (tercer recuadro) y colocándosela éste en el oído (dicen que las caracolas llevan el fragor del mar dentro), oye el mar, todo el mar, y ríen entonces el pez, y Cándido, por la risa del pez. El simple hecho de oír el mar, ha convertido en oceánica a la pecera y hecho sentirse libre al pez, y, por la risa del pez, también feliz a Cándido. Pez, que, como diría Dios en un uno de sus salmos (Dios, el poeta), soñaría desde entonces en «trazar sendas por el mar», el pequeño mar océano de su pecera con caracola, y sueños nuevos, quizá. ¿Que por qué cuento esta historia? Por nada en concreto, Diario; o quizá por evitar la rutina de contar siempre la misma trágica historia de horror y muerte, que cada día se inventa el hombre en su afán de destruirse a sí mismo en todo aquello que rompe, porque se mal ama a sí mismo (21:27:11).

martes, 19 de agosto de 2014


19 de agosto de 2014. Martes.
EL PROFETA SE LIABA
 
Olivo de paz, en el jardín. F: FotVi
 
-Habla Dios al profeta y le pregunta que por qué asunto guerrean esta vez los hombres, si por la sal, por el agua, o por el rapto de la bella Helena por Paris, el troyano. El profeta queda asombrado por la pregunta, y tarda en contestarla, o no la contesta. Dios debiera estar avisado de estas cosas, se dice. Pero, entre muchas, el profeta baraja o juega qué respuesta dar. Siempre es la misma estulticia humana, piensa; aquella vez fue por Helena, otras, la rivalidad por la hegemonía (esa cosa) entre Atenas y Esparta, hubo una que duró cien años entre Francia e Inglaterra, por el asunto común de vete tú que esto es mío, o quítate tú que me ponga yo, luego las hubo de religión, 30 años luchando por algo tan fútil como la Reforma y su contraria la Contrarreforma, y la Primera Guerra y Segunda Guerra, mundiales, en la Segunda (Hitler, Churchill, Roosevelt, Stalin), se luchó, dicen, por salir de las tiranías, etcétera: el profeta se liaba sobre qué respuesta dar a Dios. Y se liaba, porque una de las causas más graves y sañudas en las guerras actuales es el nombre de Dios. ¿Yahvéh («el que es» o «el yo soy») o Alá (simplemente «Dios»)? Los unos luchan por Yahvéh y una tierra donde vivir y los otros por Alá y una tierra donde vivir. Pero aquí mandan las iras, las obcecaciones, el odio que nunca cicatriza. En vez de palabras, Diario, hay cohetes, y se muere por causas perdidas. Y, de por medio, Dios, como tantas otras veces. El Dios que es amor, envuelto en guerras. Las espadas no se han vuelto podaderas, como anunciara Isaías. El profeta, pues, calló y Dios comprendió; en su silencio, el profeta calló y Dios, que lee en los corazones, entendió, y se entristeció. Dios, sobre todas las cosas, escruta y entiende los silencios (20:27:37).

lunes, 18 de agosto de 2014


18 de agosto de 2014. Lunes.
SEÑAS DEL HOMBRE
 
Una vez pinté algo, y salió esto. F: FotVi
 
-Hoy, falto de argumentos, quizá, sin palabras a las que agarrarme, sin sentirme apenas yo, solitario como un grano de uva que no hace racimo, dulce pero inútil, casi tétrico, Diario, te regalo este poema antiguo, tan antiguo que es actualidad en mí, y me conmueve. 

Ser hombre es este barro que se mueve
por el alfar de Dios, en primer plano,
este dolor tan ciego y tan cercano,
que quema a sol y al tiempo duele a nieve. 

De la savia de Dios nace y se llueve
este barro que llega a ser humano
brote de amor, florido en labio y mano,
que en mano tiembla lo que el labio bebe. 

Ser hombre, geométrica belleza
en la trampa del barro encarcelada,
sin boquete -no importa que pequeño-
 
para escapar del cerco sin pereza;
escapar como azor con prisa alada,
y ser barro una vez, mas luego sueño.
 
De mi libro Casi amor o cántico, y solo como orientación (20:31:44).

domingo, 17 de agosto de 2014


17 de agosto de 2014.
¿O NO?
 
Candela, y sus estudios. F: FotVi
 
-Esta vez ha sido sin vuelta atrás y hasta el próximo verano, cuando retornen los futuros ardores y hayamos o no salido de la crisis. Con un abrazo chillado de Candela, la familia se ha despedido hasta el año que viene («si viene para mí», he dicho yo), que, al modo de las Coplas de Jorge Manrique por la muerte de su padre, «cómo se viene la muerte / tan callando», que diría él, empiezo a orientarme ya por pesimismos y ciertas melancolías casi hipocondríacas. Sin embargo, a mi contestación pesimista de «si viene para mí», el zumo de naranja y la vitamina 86 + D del «actimel» del desayuno de cada  mañana me han contestado: “Que vendrá». Y, si ellos, además de la media pastillita de Blokium-Diu para la tensión, me dicen que vendrá, creeré que el año que viene (D. M.) llegará también para mí. ¡Lo creo a pies juntillas! (¿O, no, Diario?) (20:37:43).

viernes, 15 de agosto de 2014


15 de agosto de 2014. Viernes.
ROSA HURTADA
 
Rosa hurtada, en el jardín. F: FotVi
 
-Ayer, día ventoso y con llovizna de fino cristal, es un decir. Mengua, pues, del calor ambiental y subida de la temperatura familiar, que, a causa del buen-mal día, según se mire, se recoge más bajo techado, como en un escenario de otoño pasajero. No habrá chimenea encendida, pero sí más palabras cruzadas y más miradas para unir. Lo digo por un servidor, que ha vuelto al disfrute de la familia, y, hoy, con más intensidad: ni playa (descansará el mar, se sentirá más mar y menos bañera de promiscuidad), ni chiringuito, ni sombrilla para dejar pasar la brisa, si es que se digna salir del mar y hacerse contexto de la arena y la mosca incómoda, que merodea por el borde de la caña de cerveza que refresca hasta la gota de sudor que desciende frente abajo del bañista eufórico. Admiro el mar cuando resplandece solitario, ermitaño de su íntima belleza. El mar, en invierno, es otro mar, con más cadencia musical en su belleza, y menos arrastre de detritos, o mugre. Es más ballet que lugar de consumo y vertedero, menos sentina de feas y contaminantes inmundicias. ¡El mar limpio, o la patena del mar! Y, hoy, día de la Asunción, vuelta del calor ambiental, y el del espíritu. Los cristianos celebramos a la Madre de Dios en su absorción por el cielo; absorbida, asunta, elevada al cielo. Antes fue casa de Dios (o Jardín de Dios, si se la llama Carmen) en su vientre; ahora ella es joya perfecta en la casa de Dios. «Llena de gracia», la llamó el poeta Dios al principio de todo; para poder llamarla luego el poeta humano (G. Diego), en su Asunción, «Rosa hurtada». Eso es, Diario: María, el orgullo de nuestra raza, rosa hurtada por Dios, para su recreo y esplendor de su gloria, gloria a la que aspiramos (20:04:35).

miércoles, 13 de agosto de 2014


13 de agosto de 2014. Miércoles.
EUROPA TEME
 
Amor, en el jardín. F: FotVi
 
-El olor a santidad es lo que queda del paso de un santo por la vida; morir en olor de santidad, se dice, o quedar en el buen olor de las obras. En el caso de la muerte de cualquier santo, el fallecido huele a obra bien hecha. San Pablo define al santo como el que creyó y por eso habló; creyó y hablo, y, hablando, amó, hasta el extremo. Quizá no atisbe el olfato humano el olor de las obras, pero sí lo nota el olfato del amor, que nunca falla y que se refugia en la intimidad del alma y de la conciencia humanas. El alma y la conciencia son la concha donde se enclaustra el atento olfato del bien, o del amor. Miguel Pajares, sacerdote católico, misionero, hombre de Dios, por tanto, ha muerto, y lo ha hecho «en olor de santidad». Creyó y habló, y pudo amar, hasta dar la vida. Su cruz ha sido el Ébola, ese malévolo virus, que mata en África y asusta al mundo occidental, mundo donde reside la ciudad alegre y confiada, que todo lo fía al progreso y a la técnica, olvidando, casi de continuo, lo esencial. Como aquella ciudad alegre y confiada de Benavente que se fiaba de la sabiduría de sus próceres, y en los que creía, tozuda e irresponsablemente, a pies juntillas, hasta el caos final. Ahora, el caos y la muerte están en África, ahí mismo, y Europa teme, y quizá en ese temor esté el principio del fin del caos que es la miseria y la desesperación que de ella emana. El padre Miguel Pajares, su muerte, su santidad, Diario, tal vez sea el aldabonazo que necesitaba el mundo para mirar a África y darle amor, con justicia (20:45:32).

martes, 12 de agosto de 2014


12 de agosto de 2014. Martes.
¿A GUSTO DE TODOS? ES DECIR
 
Lluvia, en el jardín. F: FotVi
 
-Por lo de la queja de que nunca llueve a gusto de todos, un día se dijo Dios: «Desde ahora voy a hacer que llueva a gusto de todos», y llamó al CIS y a otras empresas de consulta, para que hicieran sondeos sobre la propuesta. Se trataba de preguntar, democráticamente, cuándo, cómo y en qué lugares, para satisfacer al respetable, debía o no llover; es decir, consultar a tipos de aldea y de ciudad, mendigos y ejecutivos, cómicos  y equilibristas (no a banqueros y a políticos, pues ellos siempre controlan la lluvia, caiga o no caiga, a su gusto), taxistas y perros solitarios, poetas y hacedores de sueños, como el cineasta o el escritor, es decir. Y, tras recorrer todos los caminos y culturas, tierras de bosques y flora, desiertos con dunas y oasis, pueblos libres y esclavos, paganos y creyentes, iglesias, sinagogas, pagodas, mezquitas (salvo a los ateos, por lógica), no encontró unanimidad ni en los individuos ni en los colectivos; además, muchos de estos colectivos, países, ideologías, religiones, estaban en conflicto, guerreando entre sí y con sus fantasmas; guerras de intereses, en todo caso. A veces, en estas guerras aparece el nombre de Dios, pero como excusa o telón de fondo de la sordidez humana. Dios no es revolución ni es guerra, es trascendencia en el amor, y palabra, que, como la lluvia y la nieve que se precipitan de los cielos y riegan la tierra, germina en el ser humano y lo hace dar fruto, unas veces como diez y otras como cien, el fruto del amor siempre; aunque, como suele ocurrir con la lluvia, esta palabra caiga más de una vez en terreno baldío y se pierda; pero, en todo caso, se pierde como amor no correspondido, y amor, al fin, gozoso. No obstante y a pesar de todo, y luego de las encuestas, Dios sacó una conclusión aproximada del gusto de las gentes, y se dijo: aquí lloverá tanto y en estas fechas y allí cuanto y en determinados momentos. Y llegó el día, y se dijo Dios, por fin lloverá más o menos a gusto de todos, y dando un gran suspiró de satisfacción (un suspiro grande, digno de Dios), se dispuso a abrir las compuertas de las fuentes de la lluvia, las abrió, y llovió: y se alegraron la fauna y la flora, el desierto y el trópico, los silencios del poeta y el viento, y sobre todos, los ríos y las charcas donde beben los pájaros y el cordero y los insectos. Dios creyó haber dado, más o menos, en el clavo esta vez; pero, ¡oh sorpresa!, Diario: tampoco en esta ocasión llovió a gusto de todos, pues hubo un cura que dijo: «Vaya, esta lluvia nos ha impedido sacar el santo». Es decir (19:55:57).

domingo, 10 de agosto de 2014


10 de agosto de 2014. Domingo.
UN SIGLO DE TRES DÍAS
 
Como plegarias, en el jardín. F: FotVi
 
-Domingo, y en el exterior de la Ermita de San Blas, en Santiago de la Ribera, junto al Mar Menor, 40º; es decir, un calor de asfixia, de infierno de Dante sin Dante. Y, sin embargo, la iglesia, llena, y la celebración, festiva. Recordamos las palabras del papa Francisco: y rezamos por la paz. En las lecturas se nos aparecen personajes como Elías, el tempestuoso, el que se rio de los profetas de Baal e hizo llover fuego del cielo para quemar la ofrenda del sacrificio, el perseguido, además; otros personajes, Jesús y los suyos, y Pedro, en plan estirado y provocador, y falto de fe: «Si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua»: otro Elías, que luego, como aquél, hallaría la fe y la salvación en la humildad: «¡Señor, sálvame!», sin humos ya y vuelto a la realidad (irracional, a veces) de la fe. Y, entre golpes de abanicos y niños que hacen de niños (es decir, van, vienen: viven) y silencios y plegarias, se va haciendo la eucaristía, que nos lleva, actualizándolo, al misterio de la cruz y de la resurrección. El calor interior es más intenso que el exterior: se nota en los ojos que miran y en las manos, que, de vez en vez, se juntan y, acompañando a las palabras, rezan. Cuando predico, todavía me entran nervios, pero más si me graban; y hoy me han grabado; cuando más tarde me oigo, oigo a otro, y en el otro, perversamente, me critico a mí mismo, y no soy muy benevolente. Mejor que las palabras caigan en el alma de quienes las oyen, den su fruto, y que luego se las lleve el viento. La familia, con Candela, se marchó el jueves, y a tres días vista, Diario, parece un siglo; un siglo de tres días, que los hay (20:46:26).

sábado, 9 de agosto de 2014


9 de agosto de 2014. Sábado.
LÁGRIMAS DE USAR Y TIRAR
 
Espinas (o sufrimiento), en el jardín. F: FotVi
 
-En un adiós o despedida, lo más íntimo y sensible de uno queda en el pañuelo (o sonador), dijo el sabio. Se refería a las lágrimas. Ahora, en vez de pañuelo, se usa el clínex, que al ser desechable, y al tratarse de lágrimas, serían lágrimas de usar y tirar. Lágrimas en un clínex, o lágrimas efímeras, como un parpadeo. El clínex es la traducción fiel de lo que es y significa la posmodernidad; la posmodernidad, o ese modo «light» de ver las cosas, estado de semi-somnolencia ante lo eminente y aventajado, ya sea asuntos que atañan a la filosofía, a la educación, a la teología o envoltorio de la fe, a la política, al trabajo; es decir, a todo lo que suponga esfuerzo o brío en cualquier actividad que no sea festiva; o …«las cuestas abajo yo me las subo», que diría el refranero. Subir cuestas abajo es lo que hace nuestro mundo posmoderno. La modernidad, que trajo la comunicación, la razón, la industrialización, y un determinado progreso, hasta en valores humanos, se ha convertido en un «cuesta abajo que se sube». La posmodernidad es un refresco «light»: que sea sin alcohol. Y para contemplar la tierra nueva y los cielos nuevos, Diario, las drogas, ese otro modo light de ser feliz y destruirse, con consciencia también «light», por irresponsables (21:56:53).

jueves, 7 de agosto de 2014


7 de agosto de 2014. Jueves.
CELEBRACIÓN AGITADA
 
Felicitación a la familia, en el jardín. F: FotVi
 
-Un servidor, habitante solitario durante todo el año de un espacio en la Torre de la Horadada, un espacio entre el Pueblo Latino y la autopista A7, he vivido estos días en la celebración agitada de lo familiar. La familia más directa de un servidor es corta, con la brevedad de sus cincos miembros, por lo que la elevo, sin exagerar, a la categoría de piedra preciosa única. Somos cinco de familia, como las vocales; vocales con las que se forman todas las palabras y sin las que sería imposible saludar o decir amor, o sencillamente gracia. Somos cinco vocales, pero, de entre todas, sobresale una, constante e influyente, y abierta, que es la A, o Candela. Es la A del vocabulario familiar que llena todo nuestro Diccionario de bullicio y de vida, la que de la A, a la Z, es ala y es zafiro, y mar y ave, y todo el caudal de su río de letras que dice cosas e inventa historias, y que hace las palabras y las dice, y las representa. Con el padre de Candela, sin embargo, ya no somos cinco vocales, sino seis; o sea: cinco minúsculas y una mayúscula: la I de Isra. Pero, aunque seamos seis, todavía formamos una familia corta, por lo que no es difícil caber todos en el corazón de cada uno. Nos apretamos un poco, y ahí estamos todos, en cada corazón, casi latiendo al unísono, y dándonos aliento el uno al otro, o un boca a boca fantástico. Durante una semana, pues, he dejado de ser habitante solitario y me he convertido en ermitaño con familia, afortunado. Hasta hoy: día en que se ha acabado el gozo de la fiesta familiar; pasan los días de vacación y llegan las obligaciones, y la proximidad se hace distancia, aunque siga el amor. Me pongo la mano en el lado del corazón, Diario, y me noto a Candela ahí latiendo, de veras, es la vocal, que de la A, a la Z, llena todos mis silencios de palabras (21:10:36).