25 de agosto de 2014. Lunes.
CON SUSPIROS
Atlantes de arena, en la playa Las Canteras. Gran Canaria. F: FotVi |
-Ayer marchó Candela, dio el salto, con suspiros (a sus tres años y meses suspiraba la despedida, crece en edad y
sabiduría)), dio el salto desde el aeropuerto de Alicante al de Las Palmas, con
todo un océano (el océano de la Atlántida, dicen) bajo las alas de su vuelo. La
Atlántida, donde Platón puso su fantasía hecha poema, o el poema convertido en
filosofía. De la sociedad ideal escribe Platón en su Timeo y Critias, o el
ideal de sociedad que él soñaba, y que halló en este continente mítico y quizá
sólo soñado, pero verdadero por irreal. Quizá la perfección sólo esté en la
utopía, o en lo irreal realizable. La justicia y la virtud como columnas de una
convivencia feliz; luego les vino a los atlantes la soberbia y el afán de expandirse (olvidaron la justicia) y se los tragó el mar, con Poseidón, el dios
de turno, irritado. Los dioses antiguos tenían estos cambios de humor, protegían
o no según se levantaran con buen o mal pie, ya saben: saltar de la cama con el
pie derecho o el izquierdo. ¿Y cuál es el bueno? Candela, pues, en Las Palmas y
que ya en la despedida le dijo a Javi, su tito, algo así como ahora, Javi, te
quiero poquito; pero si vas a Canarias te voy a querer todo; o sea: Javi ha de
ganarse el cariño de Candela, yendo a Las Palmas, donde ella florece. Una
declaración de amor preciosa, al tiempo que exigente. Candela, que todavía es poco
en edad, Diario, es mucho, sin embargo, en sabiduría y discreción, ya se ve (20:00:41).
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