sábado, 27 de enero de 2018


27 de enero de 2018. Sábado.

VUELTAS INFINITAS

Se cierra el día, desde mi balcón. Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Enciendo el ordenador y tarda un siglo -y un poco- en abrirse. El poco es lo que yo tardo en desesperarme; me desespero, pero sin entrar en cólera, sin desesperanza. Me desespero, pero esperanzado en que la ruleta de puntos blancos que da vueltas infinitas se pare y me muestre el interior de la computadora, donde guardo mis asuntos. Es decir, lo que escribo y lo que leo; o mi intimidad más aplicada, más afanosa. La computadora guarda lo que yo más amo: mis palabras y mi libertad, en las que hablan -lloran, ríen, dudan, hacen música- mis sentimientos. Mis sentimientos, que son el espejo más verosímil de mi alma. ¿O es mi alma en el espejo? Desde que me levanto: rezo, desayuno, trabajo, hasta que vuelvo a rezar, cenar y acostarme: todo está en ese bloc de luz y sombras, de paz y amor que es la computadora. Mis pasos, mis traspiés, mis dudas, mis certezas -pocas-, mis sueños, todo está ahí, esperando ser visto y celebrado, o condenado, por mis lectores. Por eso me desconcierta su retardado modo de entrar en materia cada vez que la cito a la tarea diaria del trabajo en común, con mis dedos y mi cabeza, y su memoria. A trabajar, le digo, y se resiste. Pero yo insisto y venzo; y al final, Diario, se abre a la esperanza en el papel caligrafiado. Es mi dry martini, goloso y dorado, de cada día (10:56:49).

viernes, 26 de enero de 2018


26 de enero de 2018. Viernes.

PESIMISTA

Belleza, en la tarde. Para un optimista. En Murcia. F: FotVi

-Qué es un pesimista: alguien que nunca mira de frente por si hay algo más allá que lo pueda encandilar. O el que se inclina más a decir no que a decir sí. O a decir sí, pero… El pesimista siempre tendrá un pero -y no frutal- que echarse a la boca. Lo muerde y el zumo se le sale por las comisuras, como si sufriera epilepsia, o miedo a estar allí y en ese momento. El miedo es una epilepsia del alma. La hace pobre y escondida, y la recluye en el hato del pesimismo. Ser pesimista es un modo de vivir al borde de la desesperanza, a punto de caer en la trampa de la incredulidad, como un muerto de desgana. O de dudas. Es como el que sufre de vértigo y se asoma a un balcón en una cumbre en la montaña. No le importa la belleza, ni la aventura de mirar, le importa su seguridad, su pobre mezquindad. Mira, pero sin ver; está, pero mirando a otra parte. Y he de decirte, Diario, que al pesimista ni le va la aventura, ni emigra con ensoñaciones como las aves, ni abre un libro para leerlo por si fuera un libro de humor y tuviera que reír, o tal vez llorar, o simplemente pensar. Es la vacilación infinita (19:15:31).

jueves, 25 de enero de 2018


25 de enero de 2018. Jueves.

ATRAPAR EL VIENTO

Atrapando el viento, en La Isleta. Las Palmas. Gran Canaria. F: FotVi

-Ayer estuve en San Pedro, y me volví con una joya bajo el brazo. La joya se llama Y atrapé el viento, una pequeña antología personal de mi poesía. Pero lo más llamativo y bello es la portada del libro. Candela, con el pelo suelto, tratando de atrapar el viento. O toda ella atrapada por el viento, que, desatado, libre, escapa por sus cabellos. Como un guepardo lanzado, Diario, indomable, salvaje, maravilloso  (18:15:01).

martes, 23 de enero de 2018


23 de enero de 2018. Martes.

PREGUNTO

Hilos de araña, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-¿Qué pasa con la minoría de edad que, cuando debiera ser lugar de luz y asombro, se ha convertido en lugar de maldad y vicio? En Bilbao, unos niños de catorce años, han apaleado y matado a dos ancianos para robarles. Todavía no han salido de la ternura y de la protección del hogar y ya han entrado en el mundo de la perversidad y la felonía. Aunque sean menores, ya son asesinos, verdugos de su niñez. ¿A quién culpar? Aquí dejo esto, Diario; pero sigo preguntando: ¿a quién culpar, a quien tachar? (18:22:31).

lunes, 22 de enero de 2018


22 de enero de 2018. Lunes.

ALELUYA INFINITO

Destellos de fe, en el cielo. Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Ayer fue domingo, o día pascual. Día de vida, de resurrección, de regreso. El día del «te habías ido» y «has vuelto», o «estás»; el resucitado estaba en el camino de Emaús, y cuando las lenguas de fuego, en el cenáculo, y junto al mar de Galilea. Estaba, y se le vio en la mesa, partiendo el pan; y en la tormenta, calmando las aguas de aquel lago interior, tan íntimo, tan vocacional; estaba, sobre todo, en el corazón de cada uno de los suyos, como un destello. Fue estar en el sepulcro en la noche; y en la mañana, ya no estar, entrando en la vida, según las escrituras que proclamaban a viva voz los discípulos. Y según las Escrituras, pasó -desde Galilea a Judea- haciendo el bien, y curando enfermos, y diciendo cosas nuevas -de Dios y de la vida-, y echando demonios, y así aliviaba a los poseídos. Que el demonio -que no existe- existe. Es lo que dicen las Escrituras, y la fe se fundamenta en pilares de fe y no en columnas de granito ni la opinión pública. Hay catedrales de granito, de roca, pero la fe se vive dentro del edificio, quizá en el interior de su cripta, donde habitan el silencio y el murmullo de los rezos, sin discursos ni votos. Fuera están la piedra y la belleza; dentro está Dios. Fuera se admiran los fastuosos arbotantes góticos y la incontinencia afilada de las torres que se elevan. Dentro, sin embargo, habla la fe; y el silencio: habla el Espíritu. Ayer, Diario, fue domingo, y yo lo viví desde dentro, donde, como un aleluya infinito, gozoso, estaba la pascua, salvando la alegría de vivir, y de soñar (18:17:37).

sábado, 20 de enero de 2018


20 de enero de 2018. Sábado.

LAS TINIEBLAS

Desgarro de luz, en el cielo. Mula. F: FotVi

-Como dijo el sabio: «Se me enciende una la luz en la cabeza y, bajo mis pies, se esconden -acechando- las tinieblas». ¿Y esto por qué?, dirás tú, inteligente ratón de biblioteca. Porque la luz siempre hace sombras, y, si te cae una luz desde lo alto, las sombras tendrán que refugiarse o bajo el calzado o bajo la barbilla o bajo los sobacos. Sin luz, no hay sombras, y sin sombras, no hay vida. La vida es un ir encendiendo luces y hollando sombras. A no ser que se caiga en la tiniebla total, y no haya ya más luz, sino sombra eterna. Sólo la fe es un punto de luz, pero allá en la lejanía de la esperanza. Solo como un eco, sin otras referencias; o con solo la referencia de la Palabra que se hizo hombre, Diario, y habitó -dicen- entre nosotros (19:04:29).

viernes, 19 de enero de 2018


19 de enero de 2018. Viernes.

FIGURA TRISTE

Lluvia sagrada, en el jardín. Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Salgo a la calle y me pesa el mundo, sobre la espalda. Cada vez me siento más hundido y más tardo al andar. La cabeza a pájaros; me da vueltas. Menos mal que no doy la sensación de ir emborrachado. Me mantengo erecto, sin embargo. Con la dignidad de un caballero, pero de figura triste. (Quijote). Hoy me toca ir a que me ausculte la enfermera; esta vez no será Susana, sino una chica joven, llamada Dama, la queme recibe. No dama de ajedrez, sino Dama de nombre, quizá sudamericano, que así la revisten de fantasía. Los sudamericanos, como García Márquez, imaginan un paisaje que podría ser el país de las maravillas y lo llaman Macondo. Donde sucede todo; y todo, de un modo soñador, absurdo, luminoso, mágico, terrible. Después de tomarme la tensión (13/7), pincharme en el dedo corazón (azúcar, 106), y pesarme (69,50 kilos), me dice que me autoriza a quitarme algún año, porque estoy muy bien. Desde ahora, empiezo a disimular años y achaques, manchas y arrugas, pero con sueños nuevos. Con aleteos nuevos de paloma nueva en los ojos. Por la tarde, veo la llegada del Papa Francisco a la Amazonía. Se cruzan las culturas, y se entienden, y el Papa las defiende. A Ambas. El colorido y la sabiduría amazónica con la sabiduría occidental, que tratan de ir de la mano, sabias ambas; pero aquella, perseguida por la idolatría del consumismo y la avaricia, y esta, tratando de acercar caminos, palabras; tratando de ser compatibles, de encontrarse y que puedan pervivir ambas. Ha sido la denuncia del Papa, que se ha dejado vestir de personaje amazónico, y hablar y sentir como ellos, y llorar, Diario, con ellos. Perfecto ejemplo de dignidad (18:20:08).

miércoles, 17 de enero de 2018


17 de enero de 2018. Miércoles.

ES POESÍA

Poesía, en el jardín. Casa Sacerdotal. F: FotVi

-Aseguraba Samuel Beckett, con voz profética, que podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía. Es decir, siempre habrá vida y luz, o caos vital: como una luciérnaga en la oscuridad que ilumine, y muera, o una rama de almendro que florezca, y se quiebre, o una risa de niño que gorjee, y -perdón- se haga caca. Todo es poesía. Aunque no haya palabras, habrá cosas que relumbren o que oscurezcan el sol. Como la espiga en el campo, o el alacrán bajo la humedad de la piedra. Hoy me levanto miércoles, después de haberme acostado martes. Poesía es todo lo que se ve con ojos de poeta, con emoción, con la sinrazón del poeta. Con angustia de poeta. También el mal; y la fealdad. O el bien y la bondad. Cuando Becker dice aquello de «poesía eres tú», no sabemos a quién se lo dice: si a una mujer, si a Satán, si al enano de la Corte. La poesía no está en el objeto, sino en la palabra que lo dice. La palabra y la pasión del poeta son los que hacen que cualquier cosa -un río, la habitación nauseabunda de Van Gogh, el estertor de un moribundo- sean poesía. O la sartén y el cazo, y el perro que levanta la pata y mea en la esquina de la calle, para su alivio y el del poeta, que lo ve y lo celebra. El poeta hace palabra -o luz, belleza- lo que es un simple proceder excrementicio del perro. Decía Baudelaire que la belleza es algo artificial, depende de la mirada del poeta. La mirada, que con las palabras, hace la belleza. Tejiéndolas y destejiéndolas como reflejos, según Octavio Paz. Ah, y es que la palabra, Diario, se hizo carne y habitó en la belleza, nutriéndonos de vida, de poesía, de esplendor, de libertad (11:38:56).

lunes, 15 de enero de 2018


15 de enero de 2018. Lunes.

INSTANTE DE VIDRIO





Gota de lluvia, en el jardín. Murcia. F: FotVi

-Esta mañana harineaba en Murcia. Es decir, lloviznaba. La mañana lloraba gotas de vidrio al contraluz. La lluvia colgada de una hoja del árbol y vista a contraluz, siempre es un instante de vidrio a punto de caerse. Harinear. Me lo ha dicho, en el desayuno, un compañero: «En la República Dominicana y otros países de Hispanoamérica llaman a este modo de llover -desmenuzado y disperso- harinear». Bella palabra, que he copiado: esta mañana está harineando en Murcia. Y paso a la prensa, dónde leo que es necesario y urgente, entre los políticos, un pacto nacional del agua. ¿Pactos entre los políticos? Tenemos agua pero mal distribuida, y mal negociada. Los políticos, Diario, jamás se pondrán de acuerdo; miran más por sus propios intereses que por los del pueblo, al que debieran servir y, sin embargo, lo desprecian, engañándolo y explotándolo sin piedad (17:57:42).

domingo, 14 de enero de 2018


14 de enero de 2018. Domingo.

FORTALEZA

Despertando, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Me despierto liberado y con ganas de abrir los ojos y ver. Abro los ojos, respiro, echo las sábanas atrás, y, girándome, pongo los pies en la alfombra. Bostezo y me santiguo, es mi costumbre. Era la costumbre de mi madre, que irradiaba serenidad. A pesar de los momentos de dolor y pérdida de hijos. Fue lavandera, y nunca la oí quejarse a Dios. Daba gracias, como el niño llora o la mosca molesta. Siempre tenía, como un trozo de pan o una sonrisa que pronunciar, un Ave María en la boca. En casa, hacía ella todo y además rezaba; los rezos le nacían en la boca y le corrían por todo el cuerpo como un signo de fortaleza. Le daban seguridad y encendían su fe en la vida y en el trabajo, y en el amor a todos. Por eso, al despertar, y después de bostezar, me santiguo, y así, Diario, ando todo el día cerca de mi fe y santificando mi trabajo (18:43:30).

sábado, 13 de enero de 2018


13 de enero de 2018. Sábado.

DEPENDE

Sol apagado, en Murcia. F: FotVi

-Con un sol desvalido y triste, esta mañana me puede el desencanto. Y, desencantado, dejo de cabalgar por facebook. Quizá vuelva o quizá, no. Depende de cómo brille el sol de la ilusión: o con lomo erizado de tigre o apagado como una libélula aterida. Si como lomo erizado de tigre, volvería, si como libélula aterida, me tocaría esperar. Esperar, Diario, que es virtud de sabios y de santos (18:30:44).

jueves, 11 de enero de 2018


11 de enero de 2018. Jueves.

TEJER REFLEJOS

Reflejos en el río, en Murcia. F: FotVi

-¿Qué es la poesía? Según Octavio Paz, tejer reflejos y destejerlos. Reflejo es un instante de luz que pasa, o un estar y no estar en la luz, o un darte la luz e irse, sin dejar señal de que te ha tocado. El reflejo no mancha, y, al contrario que la estupidez, el reflejo te mira y se va, sin dejar huella. La estupidez te mira y te unta. Como con pintura negra. Chorreteado. La estupidez te arrebata la sabiduría y te deja en paños menores, sin cultura. Con la estupidez no piensas, no eliges, pierdes baba, y se te caen los calcetines. Y con los calcetines caídos, te los pisas y caes. Caes en la inanidad, en lo vano e inservible, en lo roto. Te empobreces. Según el diccionario, reflejo, en su acepción séptima, significa la capacidad que tiene alguien para reaccionar rápida y eficazmente ante algo. O en una milésima de luz (intelectual), captar un problema y tratar de solucionarlo. Es hacer poesía: tejer y destejer reflejos: en lo político, en lo social, en lo económico, en lo judicial y aún en lo eclesial o religioso. J. F. Kennedy dijo: «Si hubiera más políticos (jueces, pastores -ejemplo: M. Hernández-, obispos, albañiles, economistas, banqueros, alguaciles, amas de casa…) que hicieran poesía y más poetas que hicieran política, el mundo sería un lugar un poco mejor para vivir». Si supiéramos distinguir entre silencio y palabra, entre flor y cansancio, entre persona y amigo, entre Dios y teología, entre macroeconomía y una casa donde vivir, entre robar y pobreza, entre amor y cansancio, entre ave y cadenas, entre libertad y una jaula de oro; si supiéramos ver eso, seríamos poetas, y podríamos tejer y destejer reflejos, y hacer de nuestra vida un poema tras otro, como un Quevedo, o un Shakespeare, o un Cervantes, y la mayoría de las personas grandes que en el mundo han sido. Ser poetas, Diario, o ser libres con ensueños, y alas, y horizontes abiertos donde poder perderse, y hallarse (12:32:25).

domingo, 7 de enero de 2018


6 de enero de 2018. Sábado.

¿REYES O TÍTERES?

Reyes hacia Belén. F: Internet

-Hoy, día de Reyes, me arrodillo ante el pequeño Belén del amor y, con los Magos, adoro al Niño Dios, que ha nacido en mi fe. Mi fe, que, con los Magos de Oriente, se ha vestido de Navidad y de adoración, con regalos. Ellos le ofrecen oro, incienso y mirra; ricos presentes, ¿y yo qué le ofrezco? Le ofrezco mi mirada, absorta y asombrada, y gozosa, por poderle ver así, tan cerca, tan humano, y tan niño. Tanto, que ríe, y gorjea, y patalea. Y, mientras, aquí, en la realidad del día a día, la fea e interesada controversia de si deben ser Reyes o «drag queen», o si matronas o guerreros del antifaz, si buitres o palomas. Y todo por no querer estos mandones políticos hacerse como niños (como Unamuno, que pedía: «Agranda la puerta, padre, / porque no puedo pasar; / la hiciste para los niños, / yo he crecido a mi pesar.»); sino que lo que persiguen es conseguir que los niños se hagan como ellos, niños mayores, con sus prejuicios, sus iras, sus arrebatos de insensatez, sus carencias intelectuales, sus intenciones perversas. En todo caso, ¿en qué quedamos? ¿Reyes, con una tradición y un parpadeo de ilusión y ensoñación para los niños; o simplemente títeres que actúan, confusos, sabiendo que hacen un papel que no les corresponde en estas fechas de fe y estrellas, y de un Dios que se hace Niño, y que llora y ríe, y recibe regalos, como abrazos? Porque los regalos -leo en internet- «se envuelven y se abren»; pero «los abrazos -continúa- se abren y nos envuelven». Los abrazos se abren y nos envuelven. Yo, Diario, prefiero las cabalgatas de los Reyes Magos, porque iluminan los ojos de los niños y se prestan más al abrazo que al regalo; o al regalo con abrazos, signo de la Navidad (12:16:33).

viernes, 5 de enero de 2018


5 de enero de 2018. Viernes.

NUBARRONES

Esta noche, llegará la ilusión, por entre nubes. En Murcia. F: FotVi

-Cinco de enero y sin llover -quiero decir, por estas tierras de luz y sequedad, y de asombro por ver una gota de agua convertirse en una onza de oro, vegetal; no parece que estemos a punto de dar carpetazo a la Navidad. Unas navidades sin lluvia -y sin nieve-, son navidades casi fallidas. Menos mal que nos ha nacido el Emmanuel (Dios-con-nosotros), que es la otra lluvia de Dios sobre la tierra, la de la gracia. O la otra gran nube (sin rayos, sin truenos, sólo con relámpagos de amor) sobre la tierra. Pero hay otra gran nube que amenaza nuestras vidas: la de los populismos (a derecha y a izquierda), que oscurecen nuestro horizonte de negros nubarrones, famélicos por hacer el mal, ávidos por destruir. Nubarrones que son como aves de mal agüero. En lo político, en lo social, en lo económico, y aun en lo religioso, que no suele entrar en política, pero sí sufrir sus consecuencias. Por ejemplo, queriendo liquidar tradiciones y cabalgatas de ilusión, con magos (y magas) que no llegan de oriente, sino del carnaval. Y así los niños, absortos -sin saber de qué va-, viven dos carnavales, el de la Navidad y el del Carnaval de carrozas y charangas, pero sin estrella y sin Niño divino al que adorar, solo con descaro y murgas, que oscurecen el juicio y, a veces, hasta la estética. Aunque también, a veces, sean deslumbrantes en belleza y arte, y dignos de ser admirados. Pero yo abogo por que la Navidad sea Navidad, y el Carnaval, Carnaval, sin intercambios mal intencionados y cutres, sin arbitrariedades molestas. Yo, esta noche, Diario, soñaré que los Reyes Magos me dejan en el balcón un libro nuevo que editar -Y atrapé el viento, quizá- y un poco de humildad para que, siendo viejo como lo soy, no me crea joven y sin dolencias, aunque los sueños los tenga intactos y veloces, y pueda subirme a ellos y cabalgar, con don Quijote y Sancho, en un Clavileño volador, cogiendo estrellas y «desfaziendo entuertos». ¡Ah, qué más quisiera yo! Pues lo quiero (13:30:54).

1 de enero de 2018. Lunes.

LA MANO

En las manos anda el misterio, en Las Canteras. Las Palmas. Gran Canaria

-Se me duerme la mano, y no escribo. ¿Pero es la mano o es lo que dicta a la mano lo que hay que escribir, la mente, lo que se duerme? Quizá se me haya secado la mente. Aburrido. Problema: iré al podólogo, para que me diagnostique el mal que padece la mente (19:03:07).

domingo, 31 de diciembre de 2017


31 de diciembre de 2017. Domingo.

DOCE GOLPES DE RELOJ

Luces y sombras, en el año 2018. F: FotVi

-Con un pañuelo al aire, despido este año 2017. Se va pilotando este artilugio que llamamos tiempo, como un espejismo. Visto y no visto: un espasmo. Todavía ando con el último grano de uva del año 2016 en la boca y ya me contemplan desde el plato -como ojos de buey rendido- los 12 de este 2017. Uvas, que son un momento de dulzor y un más dilatado ejercicio de paciencia: eliminando huesos y hollejos, contrariedades estas de sabor más amargo. Doce golpes de reloj y doce uvas, sin atragantarse; así medimos el tiempo, que siempre está yéndose, y nunca vuelve la vista atrás. Nada vuelve, salvo los recuerdos, que siempre andan bullendo y dando con los nudillos en el lugar que ocupan detrás de los ojos. Para despertar a los ojos, y al sentimiento, y, a veces, llenarlos de alguna lágrima encendida. Decía Platón en el diálogo Timeo, que el tiempo es un imitador de la eternidad, o la imagen móvil de la eternidad. Moviéndonos en la eternidad, como esas tormentas de nieve que se agitan dentro de una esfera de cristal. Esta noche, entre aleluyas tristes y plegarias laicas, con los ojos llenos de sueño y vidrio, despediremos al viejo (2017) y recibiremos al niño (2018). Y Dios, poblando nuestra fe, con luces de esperanzas nuevas (y alguna vieja); y el amor, Diario, insistiendo en el costado, sin desfallecer, porque el amor, como dice la Escritura, es la atadura perfecta, que no esclaviza (18:13:05).

sábado, 30 de diciembre de 2017


30 de diciembre de 2017. Sábado.

SED FELICES

Caminos en el cielo, en Murcia. F: FotVi

-Cuando el mundo no era, la palabra existía. Y se agitaba sobre el caos, y lo iba conformando cosas, con nombre. Y es que las cosas no son tales hasta que no son dichas. Como por ensalmo, dices tierra y la tierra aparece ante tus ojos, real e identificada, madre y pedazo de pan sobre la mesa. Sorbo de vino. Bosque. Pájaro, pez. Libertad. Es la razón por la que cada vez suelo decir -por Navidad-: «Sed felices, si así os parece». Primero, decir la palabra, para que esté, para que asome, por si ha dejado de existir; por si ha quedado perdida en un recodo del camino de la vida; por si te duele en los ojos verla escrita en el recuerdo. Primero el verbo, «sed», estad, vivid: y luego «felicidad», por si no la recordabas, por si había huido de ti. «Sed felices», digo; y el epílogo: «si así os parece». Para no importunar, para dar libertad, alas. Sin ataduras. Si quieres. Eso digo en Navidad. Y también en el nuevo año. En el año que viene, vuelvo a repetir: «Sed felices, si así os parece». Que 2018 sea, Diario, un año de deseos cumplidos, de luces que alcanzas, de esperanzas halladas, sin dudas, abrazadas (18:36:13).

viernes, 29 de diciembre de 2017


29 de diciembre de 2017. Viernes.

SILENCIO ENAMORADO

Contemplando silencios, en el atardecer. Murcia. F: FotVi

-Amo el tiempo, en el que vivo, y el espacio, por el que me muevo. Vivir y morir en el tiempo, ‑o instantes (un soplo, un relámpago), que no se repiten- y quedar en el espacio. Se muere en el tiempo y quedas en el espacio. Solo que -tras la muerte- quedas deteriorado: hay más esqueleto que pensamiento. Pero es lo que queda de ti, tus mondos y áridos huesos, que te invisten de una cierta eternidad, pero sin sueños. Eternidad fría y estática, enterrada, muda, sin palabras, sin sucesos. Finaliza el año, se acaba el tiempo, y quedan los recuerdos: los de los otros. Pues los de los muertos se van con ellos, y descansan en la paz de la ceniza. Que como dice el poeta y pensador sirio Adonis: «La ceniza, / que ha devorado a los muertos, / no se acuerda de ninguno». Los vivos, sin embargo, sí recuerdan; hasta que también se hacen ceniza, o polvo de defunción, silencio; pero -y glosando al terrible Quevedo-, silencio «enamorado». Los recuerdos son silencio enamorado. Silencios que rezan o callan, pero que suelen decir una verdad: que todos soñamos con la  inmortalidad; no nos sirven, pues, Diario, ni el tiempo, ni el espacio, solo nos valen los sueños (17:55:02).

miércoles, 27 de diciembre de 2017


27 de diciembre de 2017. Miércoles.

ASOMBRADAS

Atardecer, esta tarde, desde mi octavo piso. En Murcia. F: FotVi

-Últimamente me he dedicado a fotografiar atardeceres. Me asomo al balcón, y, desde una altura de ocho pisos, miro al poniente y allí contemplo cómo se caen los colores de la paleta de Candela y lo embadurnan todo de rojos, naranjas, azules, morados, fucsias, negros, amarillos de color limón, y belleza. Se desangra el cielo de discreta hermosura. Como con pinceladas de Velázquez o Dalí, o del Greco y Picasso. Pinceladas, en todo caso, celestes, me digo; y entonces, miro más arriba, al cielo infinito. Y siempre hay una paloma que lo cruza rauda, como un aleteo de paz, como una línea blanca de un bello dibujo en el azul inmaculado. Al atardecer, miro al cielo y luego bajo los ojos y los pongo en el suelo, donde casi todo es gris y turbio, azaroso y perturbador. Huracanes en Filipinas, que matan y destruyen; golpe de humor en Cataluña, con el advenimiento de una nueva comunidad independiente dentro de la misma Cataluña, que se llamaría con el nombre operístico y bufo de Tabarnia, resueltamente cachonda, en su acepción de divertida y bromista; revueltas en Perú, por la amnistía a un depredador de vidas humanas, Fujimuri, que ha pedido perdón, sin convencer; y llega Bruno, no el santo de Bolonia, sino el temporal “de escarchas polares y nieve”, como lo describe Raúl del Pozo, en el Mundo, y que de norte a sur azota a España, salvo al sureste, donde el sol es un rey, coronado e inclemente. Y perverso, a veces. Yo, cuando me aburro o me duele ver la tierra herida, mancillada, me refugio en la contemplación de la naturaleza, y la fotografío, la detengo, para inmortalizar el instante de placer que me proporciona observarla y hacer así que, librándome de otros horrores y calamidades, perdure feliz en mis retinas, asombradas (12:10:47).

lunes, 25 de diciembre de 2017


25 de diciembre de 2017. Lunes.

MAMÁ NOEL

Papá Noel, leyendo, en mi mínima biblioteca, en Murcia. F: FotVi

-Anoche, fui feliz cenando con mis amigos -¡mis amigos!- de la Casa Sacerdotal. Eran las ocho y media y ya estaba todo preparado. Dos señoras se sacrificaron por nosotros. Dos ángeles con gorrito de Papa Noel. ¿O eran mamá Noel? Pero entramos en el comedor y -con los villancicos- nos aguardaban también trece gorritos de Papá Noel. Con su bolita blanca, que, al ponérnoslos, nos llegaba hasta la oreja, donde se oía la Navidad. Y no os engaño, no soñaba: se oía la Navidad. La Navidad está en cualquier detalle que una y hermane, ya en las miradas, ya en los gestos. Rezamos y disfrutamos de unos manjares -líricos y reducidos, nos podían alterar la anciana salud de la mayoría de los comensales-, que nos llevaron al final de una noche feliz, por navideña. Yo, entonces, pensé en los mutilados del placer de la cena familiar: o por carecer de familia o por faltar la cena. Me acordé de los desheredados, de los desplazados, de los descartados, de los carentes de paz, de los niños que no tiene lunas con que hablar, ni -como dice el poeta- caballitos de cartón en los que galopar. Me acordé de los pobres de la calle, pues ellos son, cuando se tapan con hojas de periódico y duermen en cualquier portal del belén de cualquier ciudad, el nuevo Nacimiento del Jesús de hoy, que sigue naciendo en lo menos digno de esta sociedad, pero donde, sin embargo, Dios habita. En la pobreza, o esa joya de la corana de Dios, y de su reino de la cruz. También se vive de nostalgias, y, sobre todas, de la nostalgia de Dios, que siempre aparece en lo más disminuido y humillado, en lo más derrotado. En la noche santa, pues, Diario, cenamos pan y fraternidad, y alegría comedida, pues los años cuentan, y nos contienen (13:15:04).