20 de junio de 2018. Miércoles.
AQUARIUS
Solidaridad, en la maleza. Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi |
-Abro
los ojos y, tras bostezar, me digo: caminaré con el calor al hombro, como un
peregrino del cansancio y del sudar la gota gorda. Y tras contemplar, con toda la
parafernalia mediática y jaranera, el abrirse del Aquarius a esa hospitalidad
generosa y festiva, multitudinaria, quizá verdadera de Valencia, leo en uno de los
evangelios: «Cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante,
como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser
honrados por los hombres, porque ya han recibido su paga». El mismo día, en
otras playas del sur, arribaban cientos de personas, desnutridas, asustadas, con
la visión de la muerte en sus ojos, y no hubo música ni fotógrafos para ellas, solo
las manos cariñosas y casi maternales que las recogieron y las cubrieron de amabilidad,
de cercanía, tapándoles así las heridas y las soledades del mar, y el hambre de
cariño. Por cierto, Diario: una de las madres del Aquarius dio a luz en la
larga travesía, y le puso por nombre Cristo a su bebé (18:04:13).