lunes, 3 de junio de 2019

3 de junio de 2019. Lunes.
CON RITMO DE ROCK AND ROLL

El clamor de los tulipanes, en Pamukkale, Turquía. F: FotVi

-Como un cervatillo en la espesura, alegre, confiado, saltó el primer lunes de junio en nuestras vidas. «¡Junio ya!», me he dicho; o sea, casi la mitad de la granada consumida, casi la mitad del año sobre mis espaldas ya. O un pellizco más que el tiempo le da a la vida: y así, grano a grano, mordiendo días, se acabará la granada. Sin embargo, ahí está el día, luminoso y calmo, latido y parpadeo, diciéndote que existes, que aún estás para contarlo. Y es lo que hago: contar que existo, que existes. Que aún nos visita la respiración. Que aún podemos decir luz, y casa, y letra, y poema, y niño, y madre, y amistad. Que aún tenemos capacidad de ayudarnos, de darnos la mano, de sonreír, de cantar un salmo. Aunque sea, Diario, con ritmo de rock and roll, o con ritmo de manos que hacen palmas y así se sacuden la tristeza, o con ritmo de pan que se parte y se reparte, y se mastica en la mesa común de la solidaridad –¡qué ruido más hermoso entonces!–, mesa en la que existan aún las miradas, y se rocen las manos, y, suprimidas para siempre las guerras, se hable de paz, como otro bocado más de pan, iluminada la boca (18:35:43).

domingo, 2 de junio de 2019

2 de junio de 2019. Domingo.
LA RISA DEL DOMINGO

Celebrando el domingo, en el jardín. Casa Sacerdotal. F. FotVi

-Se abre la rosa del domingo y nos deja su aroma y su belleza, y sus tristezas. El aroma y la belleza: o Dios y el rezo, la alabanza y la celebración, la lectura y la música, con los silencios que las acompañan. Y que tanto dicen. Y las tristezas: que son lo humilde, lo desechable, lo pobre, el niño con hambre y mirada grande, el padre, con las manos ocupadas en la esperanza, sin trabajo, y la enfermera que, como el buen samaritano, cuida del dolor ajeno. El domingo es misa y es un tizne de vida. O la plegaria y el encuentro con la realidad, con lo que llora, con lo que sufre. Con lo que ríe también. Quizá nos salvemos rezando, o quizá aceptando el dolor, que siempre llega como un hacha de verdugo, insistiendo sobre la vida. Pero yo me quedo con la risa del domingo, con su canto interior de alegría y celebración. Me quedo con Dios en una mano, consolando, y en la otra, con mi vida de anciano que aún sueña, y escribe versos, que luego tira. Como este, Diario, que he guardado: «Hoy he roto mi amor: te doy los vidrios» (19:45:32).

sábado, 1 de junio de 2019

1 de junio de 2019. Sábado.
SERÉ POLVO

Polvo enamorado, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Y llegó junio, con su azul rumoroso, marinero, y su calor dorado. Desde junio veo el año como una fruta que poco a poco fuera madurando, hasta que dé con sus horas y su tiempo en el suelo, y se la coman las hormigas, y los hongos la hagan su habitáculo. Ayer, al andar, me volvieron a saltar los gemelos, y el dolor se me hace espina en la pierna. Pero con el dolor, no pierdo la sonrisa. Ni la esperanza. Ni la mueca de sufrimiento, cuando el dolor me aprieta. Aunque, al fin, Diario, triunfa la esperanza; de tal modo que digo con el poeta, «seré polvo» (ceniza, residuo), «mas polvo enamorado» (18:26:48).

viernes, 31 de mayo de 2019

31 de mayo de 2019. Viernes.
TODO AZUL

Desde el cielo, todo azul. Isla de Lanzarote. Canarias. F: FotVi

-A Dios se le ha caído el bote de la pintura y lo ha llenado todo de azul. El cielo, el mar, la mirada de los niños, la pureza, la espontaneidad. El asombro. Esta mañana, todo azul. Todo sobrenada en el azul, como un pez en un acuario universal. Y yo, y tú, y el poeta, y el silencio entre las notas y el tiempo que hacen que suene la música (Mozart), y el otro silencio, el que queda tras decir las palabras, tan expresivo como el anterior, y tan sublime. Y la libertad, también azul, como el mirar de las madres o el fuerte pisar de los padres. Todo, menos como diría Fabrizio Andreella «la religión del impudor» en la que vivimos. No ha habido azul suficiente para embadurnar tal religión laica, perniciosa, vomitiva a la que la sociedad se ha inclinado. Pero el azul insiste, y, como la mancha de aceite, poco a poco, y reptando, se irá extendiendo, hasta que un día, Diario, lo invada todo, como un milagro de la mañana, como una pincelada de Dios, como un desgarro de la misericordia (también azul) de Dios (18:17:04).

jueves, 30 de mayo de 2019

30 de mayo de 2019. Jueves.
LA JAURÍA MÁS ZAFIA

Entre el caos, la vida, en el jardín. Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Hay veces, que, al despertar, me santiguo, empezando por el amén y terminando por el principio. Es decir, digo: «Amén», y, con la señal de la cruz, sigue todo lo demás. «En el nombre del Padre, del Hijo…», etcétera. Dar comienzo el día con el amén, es como firmar un cheque en blanco a Dios. Amén a la risa, amen al llanto; amén al silencio, amén a la claridad; amén al renglón torcido, amén al renglón rectilíneo; amén a todo, menos a la idiotez y a los que meten sus garras en la intimidad –preciosa y sagrada– de otra persona. Arrecia la tormenta y la impostura en las llamadas redes sociales. En ellas se alardea de todo, hasta de la miseria más indigente; más miserable. Tras el suicidio de Verónica, esa chica que se vio acorralada por la jauría más zafia y rencorosa, estoy pensando dejar toda esta farsa de vanidad y de apariencias, toda esta herrumbre que son muchas veces las redes, mal llamadas sociales. Deberían llamarse redes salvajes. Pues más que comunicar, dar noticias, ensanchar el conocimiento, en demasiadas ocasiones, degradan, envilecen, pervierten. Esas trampas. Ese circo de las risas y los llantos, con las vidas ajenas como excusa de representación, Diario, que mata y sin responsabilidad alguna posterior, que remedie la muerte, que corrija el descrédito, esas vidas destrozadas (17:57:20).

miércoles, 29 de mayo de 2019

29 de mayo de 2019. Miércoles.
SUBIR AL EVEREST

Muerte en el Everest, vanidad. F: Google 

-Se ve que es un placer ascender al Everest y morir en el intento. Hasta hace poco, subir al Everest era una hazaña, que pocos conseguían; ahora es un desmadre, y, cualquiera se pone en la cola –¡oiga, no se cuele usted!– para poder decir: «¡He pisado la cima del Everest!». Y, claro, si en la espera te aguarda la muerte, todo se hace humo, pedantería, aire. A veces, la soberbia de la vida juega estas malas pasadas. Es como el que se duerme con un cigarro encendido y arde la cama donde descansa. Hoy he visto las inmensas colas zigzagueando montaña arriba, y he sentido pánico, por las personas y por el entorno. ¡Cómo se lamentará el paisaje humillado por el pie del hombre! Y me ha venido a la mente, como un guiño de sabiduría, una sentencia del Eclesiastés: «Todas las cosas dan fastidio. Nadie puede decir que no se cansa el ojo de ver ni el oído de oír». Pero «¿No os cansáis de destruir la tierra?», podría seguir lamentándose la sabiduría. Y lo hace: «He observado cuanto sucede bajo el sol y he visto que todo es vanidad y atrapar vientos». En el Everest se atrapan vientos, Diario, y muerte, en la que el frío se acentúa hasta bajar la temperatura de menos cero hacia la nada, donde hasta los sueños se hacen carámbanos, es decir, nieve congelada que gotea ausencia, retirada, derrumbe (19:32:36).

martes, 28 de mayo de 2019

28 de mayo de 2019. Martes.
BENDICIÓN LAICA

La tolerancia es frágil, en Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Esta mañana cae en mis manos el Tratado sobre la tolerancia de Voltaire. Y cae como una bendición laica, como el dulzor de un dátil que voy a intentar gustar. Lo leo con delectación. Voltaire, el hombre que abrió las puertas a la Ilustración y clamó contra la superstición. La tolerancia, esa virtud tan inusual y, sin embargo, tan necesaria, está en entredicho. La sociedad no es muy dada a ser tolerante; por el contrario, se afana en la intransigencia y el fanatismo. El fanatismo siempre arde en la fogosidad y el delirio, y no en lo razonable. Se ha visto en estos meses de elecciones y mítines. Se eleva la voz, se cierra el puño, y se promete lo que nadie tiene, salvo el que habla, quizá. El que habla tiene sueños en la boca y los dice, sin pensar que tiene que despertar y que se va a encontrar con la realidad, que nunca es como la había imaginado. Dice Voltaire: «La religión fue instituida para hacernos felices en esta vida y en la otra. ¿Qué se necesita para ser feliz en la vida futura? Ser justo. ¿Y para ser feliz en esta? Ser indulgente». Es decir, ser paciente con los defectos ajenos, que siempre serán muy parecidos, si no iguales, a los que uno mismo tiene. A un servidor, Diario, siempre lo persigue el espejo de su conciencia, como una página donde se escribe su vida, tan deleznable unas veces y tan pura otras, o tan materia y tan música de Dios siempre (18:27:14).

lunes, 27 de mayo de 2019

27 de mayo de 2019. Lunes.
LAS MIGAJAS DE LA POLÍTICA

De desilusión también se vive, dice el refrán. El Roto. El País.

-Estuvieron (y se fueron) las elecciones, como un suspiro al despertar tras una larga noche de pesadillas. Si sientes miedo de haber dormido, es que has sufrido una alucinación, te ha rondado la tragedia. La pesadilla ha intentado sajarte –como en Un perro andaluz, de Buñuel– un ojo. Y mirar las cosas con un ojo sajado, es mala cosa, se te derrama turbia la visión. Han sucedido las elecciones y ha sido como si hubiera pasado un huracán: ha dejado alegrías y llantos. Hay quien gana pero pierde: o una mueca de chasco en la sonrisa. Como dice Gabriel Albiac: ha ganado el «adulto y deleznable» Sánchez; «o sea, el político». Pero deleznable –sigue diciendo–, no porque sea lerdo, sino por ser «inconsistente». (DAE). Nada de lo que dice tiene peso, firmeza, todo es líquido, voluble, posverdad sin verdad. Piensa en blanco lo que luego dice en rojo. Pero, a pesar de su osadía para decir y no decir al mismo tiempo, le felicito. Es un currante de la política; aunque se la trabaje en su beneficio. Y es que como dijo Heráclito: «Lo único permanente es el cambio». Y luego están los perdedores que dicen haber ganado: Casado, Rivera, y ese etcétera sin fin, donde se cobijan, Diario, todas las migajas de la política, los restos de pan y vino del destino, el ir tirando (18:03:33).

domingo, 26 de mayo de 2019

26 de mayo de 2019. Domingo.
LA PAZ DEL AMOR

Buscando la luz, en Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-«La paz os dejo, mi paz os doy», he oído esta mañana en la misa. Y a continuación: «Pero no os la doy como la da el mundo». Es Jesús el que así habla. El mundo impone la paz del que vence, pero con el silencio del vencido. Es una paz de humillados y dominadores. Es una paz turbia, trucada, artificiosa, que nunca acaba de ser paz; está fundada en la fuerza y no en el amor. Jesús nos da la paz del amor, la paz que no acosa, no derriba, no separa, sino que construye, la que hace puentes y no barreras, la que tiende la mano y da el beso de la reconciliación. Esta es la paz que libera, que nos hace Hijos y no esclavos, y que, a todos por igual, nos da el gozo del Padre e inunda de fiesta nuestro corazón. Luego, como buena oveja llevada al matadero, me he acercado a votar. Como oveja mandada, obligada por las circunstancias, escaldada. Pero no ilusionada, soñadora: son tantas las veces que nos han engañado estos iluminados sin luz, estos depredadores con atuendo de cordero, estos mantas con tan poco en la cabeza. O más bien, con pájaros en vez de ideas en la testa. En fin, que me he dicho, démosles otra oportunidad. No olvides, Diario, que llegaba de celebrar la misa y me había impregnado de la paz que nos viene de Jesús, el pacífico de Nazaret, el que no te pide la paz sino que te da la paz, y entonces yo he optado por darles la paz a estos chicos de la mentira y la monserga, de la soflama vacía, del caramelo envenenado (19:09:15).

sábado, 25 de mayo de 2019

25 de mayo de 2019. Sábado.
EL ÁRBOL DE LA VIDA

Celebrando la debilidad, en Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Quizá el fruto del Árbol de la Vida esté en la orquídea, en su flor, por lo que tarda en marchitarse. Hace semanas que se abrió la primera florecilla, y aún sigue ahí, vigilante y lírica, contemplando el mundo, y a mí. Me complace ser espiado por una flor que, siempre que la miras, parece estar sacándote la lengua, eso, sí, con dulzura de dátil. Es lengua de pétalo, frágil y maliciosa, de fina lencería. Admiro la fuerza de esta fragilidad. Ahora entiendo a San Pablo, cuando dice en la 2ª Carta a los Corintios aquello de: «Por eso me complazco en mi debilidad, porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte». Con la fuerza de la Gracia, añade, Diario (18:39:15).

viernes, 24 de mayo de 2019

24 de mayo de 2019. Viernes.
CRÓNICA DE UN DÍA DE LETRAS

Hecho Paseo de las Letras, para ser pisado. Molina de Segura. F. Luis Sanz.

-Ayer, en Molina, se podría decir con Leila Guerriero, escritora argentina, que «había una luz repleta de carácter, una luz sin dudas». Luz, que casi se podía acariciar, tan de carne era. Me daba el sol en el rostro y no lo podía espantar como a las moscas. Un pájaro, a poca distancia de allí, miraba y pensaba, hasta que se alejó dando benévolos saltos, despreocupado. Primero hablé yo, en un atril de hierro. La vejez delante, me dijeron: deferencia con los años, antes de la eternidad. Un servidor dijo dos o tres anécdotas, y una hermosa realidad: que mis padres Vicente y Francisca, me educaron en libertad, y yo, desde esa libertad, elegí ser cura y hacer versos, que dejé escritos en libros, que engrosaron la biblioteca de Borges. Luego Paco Illán habló de cosas e intolerancia, como siempre, con dureza en su lenguaje, y destellando su espada de soldado del Temple. Qué pena, dijo, que no esté en este Paseo de las Letras José María López Conesa, gran escritor, al tiempo que buena persona. Y así fuimos desfilando por el atril –de hierro– soñadores –escritores–, cada cual con su vida y su obra a cuestas: Antonio Ruiz, Javier Martínez, García de Saura, y José A. Jiménez. Al final habló la alcaldesa Esther Clavero, que, con su mirada verde y su sonrisa amable, dio las gracias y accedió a la sesión fotográfica. Todos, Diario, pusimos cara de foto, y, tras el fogonazo, cada cual se fue con su música –su amor a las letras– a otra parte; y con la advertencia de Rilke, suspendida sobre nuestras cabezas: «La belleza no es nada, sino el principio de lo terrible» (18:30:06).

jueves, 23 de mayo de 2019

23 de mayo de 2019. Jueves.
EL PASEO DE LAS LETRAS

Lloviendo azul, en Torre de la Horadada. F: FotVi

-Hoy he tenido que salir con un paraguas para que no me calara tanto azul como llovía del cielo. Un paraguas también azul, por lo que se confundía con la lluvia. Y no lo he podido fotografiar. Luego, viajo a Molina de Segura, con Francisco Javier Illán Vivas: celebramos que hayan puesto una placa conmemorativa con nuestro nombre en El Paseo de las Letras. Con otros cuatro escritores más. Como si seis hojas caídas de los árboles se hubieran posado allí. Seis hojas sabias, y con historias que contar dentro. Seguía lloviendo azul, pero vigilado por el sol, un sol bravo, que calentaba. Se han dicho cosas muy bonitas de Molina y de su Paseo de las Letras. Claro, en Molina, ya nadie me conocía. Se me hubieran preguntado «¿Quién anda ahí?» «Nadie». Como, hablando de los mexicanos, indicó Octavio Paz, en El laberinto de la soledad. Si no saben tu nombre, si no conocen tus pasos, si no intiman con un verso tuyo, y te preguntan: «¿Quién eres tú?» Pues tienes que contestar: «No soy nadie», y te diluyes en la nada, y te miran raro, y tú ríes mientras haces mutis por el foro, con un libro bajo el brazo, y cargadas de años las espaldas, de años y palabras. Nada: Nadie (20:06:06).

miércoles, 22 de mayo de 2019

22 de mayo de 2019. Miércoles.
EL CIRCO, LA PRENSA Y UNA MUERTE EJEMPLAR

Cactus florido, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Apelativos aplicados por la prensa tras el circo de ayer en el Congreso. «Bochorno», «esperpento», «circo vociferante y carnavalesco», «un parvulario en pleno recreo», «una burla», «choteo», «humillación». ABC. Para el País, todo fue normal y «Sánchez sienta las bases para gobernar sin los independentistas». Acusa a los constitucionalistas, por sus quejas ante lo que estaba sucediendo, de «estéril precipitación para mostrar severidad frente al independentismo». Para El País y sus habituales columnistas, todo es beberse un vermut con hielo, unas aceitunitas y una rodaja de limón. Y a eructar. Sin más. «La rendición del Congreso», «el show de los payasos», «más que una crónica parlamentaria hay que hacerla de sucesos» W. F. Flores. La razón. Y el Mundo: «Las seis peinetas de los separatistas a España en la sede de la soberanía nacional». Y a seguir riendo, con la risa y la complacencia de la presidenta del Congreso, la señora Batet, que todo lo daba por bueno, con tal de asegurarse su estipendio y su complicidad con Sánchez, el Gran Maestre de la cosa. Pasa, sin embargo, casi desapercibida la noticia de la muerte de una misionera (una más), degollada en la República Centroafricana: Inés Nieves Sancho. 77 años, y 26, trabajando en el país africano. Enseñaba costura, y, daba su vida, clase a clase, puntada a puntada, como un modo de predicar a Jesucristo. Descanse en paz, y que ella nos proteja, Diario, de tanta adversidad y desconcierto, de tanto circo político, de tanta pequeñez (18:41:25).

martes, 21 de mayo de 2019

21 de mayo de 2019. Martes.
EL CIRCO DE LOS TRILEROS

Pensamiento profundo, de El Roto, en El País. 

-Hoy se constituye el circo; es decir, toman posesión de nuestra voluntad en el Congreso los elegidos por el pueblo, que nunca se equivoca. Según esta máxima: el pueblo es sabio y circunspecto, humilde y laborioso, avispado y sagaz, y, a la hora de elegir, opta por los más ricos en virtudes y más desprendidos: elige a los mejores. Pero, todo esto, al revés, suena mejor. El pueblo es el pueblo, y, a veces, es sabio y tonto, y circunspecto e imprudente, y humilde y altanero, y solícito y envidioso, y, en la mayoría de las ocasiones, inexperto para tratar con trileros que enfervorizan con palabras, y, con palabras, engañan. Como aquellos predicadores del oeste, que, llenos de güisqui, enardecían a sus oyentes, y al final, para que pudieran salvar sus almas, les sacaban los cuartos. El menos malo de los sistemas de gobierno, la democracia, hay ocasiones en que, o por habilidad del político, o por la candidez de los votantes, el pueblo es engañado y expoliado, para perversión de la democracia, y para tristeza de los creyentes en el sistema. Hoy en la constitución del Congreso, hay gentes de buena fe, sinceros demócratas, y también, gentes sin escrúpulos, advenedizos, y hasta políticos presos que pretenden arruinar la democracia. Si todo se mezcla y se agita, sale un coctel amargo, y de difícil catadura, vomitivo. Este circo no es para niños ni para personas de buena fe; este circo, en vez de risa, produce asco y tristeza, hasta el punto de que, en el mismo Congreso, ha habido quien ha calificado esta sesión, en la que se ha constituido la Cámara, de «escarnio» y «bochorno. Por mi parte, Diario, con llanto -la tarde también se llueve- y pena, digo: «Hasta más ver, democracia», si es que te vuelvo a ver tal como te soñé, pura y honesta, y agitando alas de libertad, de equidad, y de fraternidad (18:30:34).

lunes, 20 de mayo de 2019

20 de mayo de 2019. Lunes.
UN ENGORRO MÁS

Vigilando, desde arriba. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Fichar para pasar al trabajo, un engorro más. Y va de engorros. Y de negocios. El negocio de Hacienda y el engorro del que tiene que fichar, que lo hace con el sueño aún pegado a los ojos y el dedo como punta de lanza de la desgana. Bosteza y ficha. Y se hace menos libre. Un servidor, cada vez que abre el móvil o el ordenador cree que lo están vigilando. Me siguen los pasos y las intenciones: si entro a un supermercado o a un restaurante, inmediatamente me preguntan qué me han parecido el servicio y la calidad de lo comprado. Se trata de ayudar al que pueda elegir el mismo local después de ti, dicen. Un acto de caridad; pero caridad malsana. Y me encojo, y siento miedo; y, como hacía de niño, cada vez que me cogían en alguna travesura, estoy por decir: «¡Yo no he sido!». Levantando los brazos y poniendo cara de circunstancias. Cada día estamos más cercados, siempre hay un ojo que nos vigila. Como los días, tenemos los pasos contados, y los sueños. Un ojo grande y perverso (que, además, no es amigo), nos controla; pues, en cuanto pueda, te va a sacar los colores. Como en la novela de Orwell, el Gran Hermano, el gran jefe, el guardián de la sociedad, el dios y juez supremo, acecha. Repito, tengo miedo; como el niño que, en la noche, cree ver fantasmas y grita, hasta romperse la garganta, pero sin encontrar a la madre que lo cobije, huérfano de seguridad, de ternura, sin regazo (18:49:10).

domingo, 19 de mayo de 2019

19 de mayo de 2019. Domingo.
FE EN LA VIDA

Siempre hay un rayo de luz, que salva. En Zakopane. Polonia. F: FotVi

-La democracia no cura la locura, ni volatiliza el odio, ni proporciona sabiduría. Ni da la paz interior. Por el contrario, en democracia, y en libertad, si te distraes, puedes acabar siendo un bípedo con cabeza de ser humano y hechos de animal feroz y sádico, que escupe la palabra fascista a cada instante y hiere con la boca como si soplara dardos envenenados al cuello del adversario. Es decir, un centauro liberado y de mirada arrogante y ensangrentada, y sin sentimientos. O con solo el sentimiento de la tribu; es decir, lo mío es mío, y lo que me pertenece a todos, si me dejan, me lo quedo también, excluyendo a todos los demás. Me estoy refiriendo a los nacionalismos, que toman fuerza en las dictaduras y se destapaban, hasta echar bilis, en las democracias, donde muerden. Pero hoy domingo, quiero celebrar, Diario, la beatificación de una mujer, Guadalupe Ortiz de Landázuri (Opus Dei), «santa de la puerta de al lado», y que nos anima a los desterrados hijos de Eva a seguir sus pasos, con fe en la vida y en la cruz, y en la ternura de Dios (19:27:53).

sábado, 18 de mayo de 2019

18 de mayo de 2019. Sábado.
ME IRÍA A VOLAR

La vida en vuelo, en Google. 

-Veo cruzar a los vencejos y pienso que me iría a volar –a soñar– con ellos. Por ahí, por los aires, tocando el cielo. Llenándome de azul y nubes. De misterios. Salvo cuando crían, los vencejos siempre vuelan. Entonces, se posan y aman, y nutren a sus crías. Están siempre en el aire, sin tocar el cansancio de la tierra, sus lugares feos e injustos, tan humanos –y deshumanizados–, a veces. Vuelan de Europa a África, y la recorren de norte a sur, para, pasado el invierno, volver a sus nidos. Me gustaría poder volar con ellos y contemplar desiertos, selvas profundas, ciudades inauditas, el amor y la guerra de los hombres, desde Tanzania a Murcia, donde –ahora– los contemplo piar en la orgía de sus vuelos, en sus juegos sin fin. Qué hermoso volar continuamente, Diario, sin detenerse en la monotonía de la vida, tan rústica y devoradora de ilusiones, y tan triste, si no tienes algún punto de inocencia en que embeberte y diluirte en su ternura; o volver a la niñez, donde fuiste tan feliz, y libre, y protegido, y donde tantos sueños construiste (18:44:28).

viernes, 17 de mayo de 2019

17 de mayo de 2019. Viernes.
IGNOMINIA

Algo se come el azul, desde mi ventana. Casa Sacerdotal. Murcia

-Dejo la cama, miro por la ventana, y se me llena la mirada de azul. El día –digo– es puro. En el cielo, no tanto en la tierra. En la tierra están la captura de Josu Ternera, una esquina de lo humano, el coco de los etarras. El que se manchó tantas veces las manos de sangre, que ya no se veían las manos, sino el rojo vivo de la ignominia. Entre las muertes provocadas por él, las de los niños de Zaragoza; niños en los que todavía los sueños no habían enfermado de mentiras, tan jóvenes eran, y la vida no les había hecho aún llorar sin el consuelo de sus padres. Niños aún cobijados en la ternura de la madre, como el silencio en la palabra que aún no se ha dicho, o el agua que todavía no ha mojado ni ha dado vida. Niñez, pues, agazapada y fresca, y no rota aún por la daga de la insidia y la zancadilla. En todo caso, niñez destrozada. Y luego está el beso de Carmena a Errejón –ante unas elecciones todo está permitido y jaleado–; es decir, lo nuevo se clava en la viejo, ¿cómo un aguijón de alacrán o como una lamida de la abeja en el polen? Perdón, no quisiera ofender, pero pregunto: ¿quién de los dos escupirá primero el beso? ¿O es este, en tiempo de elecciones, un sabor nuevo y deleitoso, aunque atrevido? No sé, Diario, pero el día que empezó de azul, ha terminado de marrón sucio, andrajoso (12:22:35).

jueves, 16 de mayo de 2019

16 de mayo de 2019. Jueves.
BELLA ILUSIÓN

Lo humilde, o la belleza, en el jardín. Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Salgo a andar y no se me reproduce el dolor en los gemelos. «¡Aleluya!». Cansado –me digo–, pero libre de dolor, y respiro como si hubiera corrido la Maratón Vallecana de San Silvestre. El caminar mueve (y conmueve) el corazón, y la mente, y aporta instantes para la meditación y la poesía. La poesía, ante todo, es contemplación, y apertura de la mirada al interior más íntimo, más espiritual de la persona donde se forman las palabras y el cómo decirlas: la sintaxis. Dios, al crear las cosas, iba poniendo las reglas para que, al decirlas, las entendiéramos. Dios, con las palabras, creó la sintaxis, y –en el hablar– fue la belleza. Y la belleza hizo posible la poesía. Las cosas que cualquiera ve pequeñas, insignificantes, rudimentarias, el poeta, al decirlas, las ve hermosas, les da una nueva dimensión espiritual que las hace dignas e ideales. Sublimes. El rumor del crecimiento del árbol, el silencio que queda –tembloroso– tras pronunciar una palabra, o el intervalo entre el trueno y el rayo, del que –como dice W. C. Williams, poeta –nace la primavera. Yo, Diario, me quedo con esa yema de rosa, que mañana será flor, pero que ahora, en este momento, es solo una bella ilusión del rosal, y del poeta (19:09:53).

miércoles, 15 de mayo de 2019

15 de mayo de 2019. Miércoles.
LA LUZ DE LA MAÑANA

Luz en las cosas, en mi habitación. Casa Sacerdotal. F: FotVi

-Doy gracias cada mañana por haber visto la luz. La luz, o el repliegue de la oscuridad, el esconderse de las sombras, la huida del horror. Y en la luz y con la luz se me hacen realidad las cosas, las palpo. Y así miro y toco el libro, el pan, la orquídea, la cosa amada, el silencio. Toco las cosas y, al hacerlo, las hago más mías, y yo más de las cosas. El tocar las cosas te hace verlas dos veces, y amarlas dos veces. Al despertar, yo me santiguo con la luz; de este modo, yo santifico la luz y la luz me santifica a mí. Dice el salmo 36 que en la luz está el manantial de la vida, y añade: «En tu luz, Señor, veremos la luz». En un mundo de tanta oscuridad, yo, Diario, te ofrezco la luz de la mañana, para que no te falte la luz el resto del día (18:55:33).