3 de abril de 2022. Domingo.
BELLEZA Y EXPIACIÓN
BELLEZA Y EXPIACIÓN
-Domingo de cielo azul y cuaresma, de belleza y expiación. La luz nos
acompaña en este domingo de orar y sembrar. «Los que sembraban con lágrimas,
cosechan entre cantares», exulta el salmo 125. En el éxodo de la cuaresma, ya
se vislumbra la tierra de promisión, la que Dios nos regala en su Hijo
Jesucristo. Aunque aún estamos con las manos en la siembra, la esperanza nos da
alas. Ahora ayunamos, damos limosna, hacemos penitencia, nos llenamos de
pesares: estamos sembrando; pero después diremos: «El Señor ha estado grande
con nosotros, y estamos alegres». La cosecha se vislumbra copiosa, abundante, y
preparamos las herramientas para la siega. El amor de Dios nos espera al otro
lado de la cruz. Aún estamos en tiempo
de lágrimas, pero confiamos en el Señor que nos ha prometido que habitaremos
la tierra de la abundancia. Cortaremos el trigo de la gracia, y «la boca se nos
llenará de risas». Con llanto sembramos, pero reiremos al tocar el trigo y
verlo llenar nuestras manos, y derramarse por entre los dedos como agua de
bendición. Jesús sufrirá ofensas, espinas en la frente, clavos en las manos, sangre
manando, hasta vaciar el cáliz de su vida y llenar el de nuestra redención. Así
podrá decir: «Todo se ha cumplido». Hasta que la cosecha sea recogida –¡Aleluya!–
la noche «venturosa» de la resurrección. Entonces, podré decir con el salmo:
«Al ir iba llorando, llevando la semilla; al volver, vuelto cantando, trayendo
las gavillas». Las gavillas de la salvación, de las que todavía, Diario, nos
alimentamos (12:52:55).