1 de abril de 2022. Viernes.
SUEÑO DE LLEGAR
SUEÑO DE LLEGAR
-Amanece abril con sol y
nubes, y un poco de fresquito en el cóctel del día. Este fresquito es la pizca
de pimienta que echa el tiempo en el combinado para que se parezca a la vida,
que es sol y sombras, miel en la rosa y espinas en el rosal, destellos vibrantes, arrebatadores, y oscuridad. El trimestre que se ha ido,
ya es pasado; empezamos a vivir el futuro. El pasado es recuerdo, melancolía, a
veces; el futuro –indefinido, incierto– es esperanza, deseo, sueño de llegar. Como
dice San Pablo, es el atleta en la carrera. Se trata (sin olvidar el pasado, que
es base y fuste de la columna) de empezar la ascensión; si es que se busca subida,
elevación, tocar estrellas, y no caída. Caer en el abismo es fácil; evitarlo es
difícil, pero posible. Como advertía Juan Pablo II, el futuro comienza hoy, no
mañana. Lamentarse es debilidad, tomar decisiones es tratar de llenar de claridad el futuro que ya ha
comenzado en este instante. Y ser, como dice la poeta Raquel Lanseros, «orfebre
del instante». El futuro es poner la esperanza en el umbral de todas las
acciones y sus posibles conquistas. Sabiendo que la esperanza, Diario, es la luz
–¿Dios, la fe?– que alumbra cada paso que das; fe en tus pasos (18:11:13).
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