viernes, 24 de junio de 2022

24 de junio de 2022. Viernes.
DESCANSAR ESCRIBIENDO

Volver a las andadas, descansar escribiendo. Casa Sacerdotal. Murcia

-Aburrido de no escribir, vuelvo a las andadas. He descubierto algo insólito y original, que lo que me cansa no es el escribir, sino el no escribir; sin  escribir, me puede el aburrimiento, el bostezo, los brazos caídos. Imagínense a alguien todo el día bostezando, y con los brazos caídos. Estar sin hacer nada, es como echarse al agua y dejar de nadar: te lleva la corriente. Si deseas sentirte vivo debes mover los brazos, y aun parpadear de vez en cuando. Me aterra aquella greguería de Ramón Gómez de la Serna, que decía: «Aburrirse es besar a la muerte»; o quedarse frío y sin pulso, mustio el espíritu. La muerte no aburre, es muerte. Voy a volver a descansar escribiendo, es el descanso más eficaz y productivo; es como el niño que juega, que, mientras lo hace, sueña e inventa, y no permite que le molesten las moscas. Cuando falta la imaginación, te asedia el aburrimiento. Lo peor es que se aburra la mente, que es, como diría Kierkegaard, la negativa desesperada de ser uno mismo. Hoy, fiesta de San Juan Bautista, arrinconado el aburrimiento y recuperada la actividad, vuelvo a ser yo mismo. El amor por contar las cosas y no dejarlas morir en el silencio del olvido, Diario, puede más en mí que cualquier otra cosa: es como gustar una dulce bebida –la paladeo– que me embriagara (12:14:09).

martes, 21 de junio de 2022

21 de junio de 2022. Martes.
DESCANSO

Florecerá más fuerte, en su tiempo. Jardín Casa Sacerdotal, Murcia.

-Pensaba yo ante el ordenador de qué escribir, buscando, en ese galimatías de ideas que se cruzan en la mente antes de ser escritas, la imagen y la palabra exactas que dijeran lo que deseaba expresar. Cavilaba yo y me preguntaba: «¿Política? ¿Escribo de política?»; sería interesante, con lo alterado que está ahora el parque jurásico de la política: unos lagartos alicaídos y otros masticando euforia. ¡Ah, Sánchez y su cohorte! Vivir de la mentira te lleva a embarrarte en su fango, y fenecer en él. La ciénaga de la mentira, si caes en su almarjal, tiene un final catastrófico. Y la euforia de los otros: excesiva, creo yo. ¿Pero para qué escribir de estas cosas terribles y absurdas? Y lo he dejado. Mas de pronto se me ha detenido ante los ojos, como una luz de aurora, la idea del descanso. «¡Ah, descansar!» «¡Voy a intentarlo!», me he dicho, como el que bebe un vino generoso. Y recordando el refrán que dice: «Quien a su tiempo descansa, rinde el doble y no se cansa». Voy a descansar un tiempo, Diario; voy a pensar líquenes y estrellas, a enhebrar silencios, a corregir defectos, a ensayar maneras nuevas de alabar a Dios, a rezar con pausas largas –contemplación–, a conversar conmigo mismo, a gozar con las palabras, sin tener que escribirlas: he descubierto que se saborean más con solo pensarlas, como el que se queda con el hueso de un melocotón dándole vueltas y vueltas en la boca, en un deleite sin fin. Saco el pañuelo, lo agito en alto, me despido, y digo: «Hasta pronto, amigos, Dios me entiende» (11:54:46).

lunes, 20 de junio de 2022

20 de junio de 2022. Lunes.
LA MONEDA HUMILLADA

Sentido común, en el mundo. Forges.

-Pasear por cualquier calle de nuestras ciudades, es coger la humillación y hacerla objeto de escaparate. El escaparte de la pobreza. Y sin disimulos, con toda clase de abalorios de derrota. Mal vestidos y con signos en el rostro de temor y decaimiento. A poca distancia uno del otro, se ven pobres, o derrotados, con la mano en actitud de recibir una limosna. Una mano extendida y vuelta la palma al cielo es mano que pide auxilio. Auxilio que no llega o lo hace a cuenta gotas de monedas de cinco y dos céntimos. Eso, sí: una moneda y otra, de más o menos peso, quizá sean el pedazo de pan que se espera, o el botellín de cerveza con que cantarle una nana al hambre. Los hay, pobres, de todo jaez o pelaje. Los hay negros, amarillos, blancos; melenudos y barbados, y barbilampiños. Lisiados y fuertes. Viejos y jóvenes, y aun casi niños. Y es curioso: los más niños, al tiempo que piden, juegan. Y, pintarrajeada su cara de trazos de suciedad, ríen. Desde su candor, le ponen buena cara a la pobreza. Pero la humillación sigue ahí: en las calles de cada ciudad, como signo de la afrenta de todos. Yo, cuando doy una moneda a un pobre, me resigno a pasar vergüenza; me siento más humillado que quien me alarga la mano y me pide una limosna o con la voz o con los ojos. Aterran más unos ojos que una mano pidiendo. La mano puede evitarse, los ojos, no. La mano queda; los ojos te siguen. Me gustaría ver a los trúhanes y cipayos de la política, de la banca, de la especulación, a la sociedad hipócrita del bienestar, recorrer las calles de nuestras ciudades y dejarse mirar por unos ojos de pobre que te siguen. Verían (si es que ven) que la democracia, así, es mentira. La democracia nunca puede ser humillación ni una mirada derrotada que te sigue hasta perderte de vista. Su humillación es nuestra humillación, aun en la moneda que damos. Menos mal que Dios, Diario, está al quite y mide el peso de la moneda que doy, el peso del amor con que la doy, y a veces sonríe (12:14:17).

domingo, 19 de junio de 2022

19 de junio de 2022. Domingo.
LA ESPIGA Y EL RACIMO

Vidriera eucarística, Capilla Casa Sacerdotal. Murcia. 

-El pan y el vino: o el alimento y la fiesta. Corpus Christi. «Esto es mi cuerpo; éste es el cáliz de mi sangre», dijo el Señor, y fue su testamento, rubricado, antes de irse, con la sangre de la cruz. Jesús no lo escribió, solo lo dijo y quedó en la memoria de los suyos, ligado a su fe, para alegría de los que viven la esperanza. Palabras estas que no son magia, sino aliento de Dios, que dan vida y contenido sacramental a lo que antes fueran solo trigo y uva. «Esto», es decir, «tú, pan, y tú, vino, sois carne –mi Carne–, y bebida –mi Sangre–, y todo lo que Esto es os lo dejo como herencia». Una herencia de pobres, pan y vino, y una mesa exigua, el altar, pero celeste. Acontecimiento de amor. La espiga y el racimo, desgranados, molidos y pisados, se unen en la masa y el lagar para ser viático y celebración: pan y vino, comida con comensales. Puesta la mesa, los comensales comen el mismo pan y beben el mismo vino de la unidad y del amor, y proclaman la muerte del Señor. «Cada vez que coméis de este pan y bebéis de la copa –dice San Pablo–, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva». Es el recuerdo del amigo que se va pero se queda en el rincón hermoso y tierno, bellísimo, del pan y del vino, donde la presencia de Dios siempre late, escuchando, amando. Esta mañana, tras la consagración, hemos dicho: «Este es el sacramento de nuestra fe», y yo, Diario, he añadido: «Y de mi esperanza, y de mi amor», y emocionado, me he acercado a recibirlo en mi boca, el otro sagrario de su permanencia entre nosotros (12:31:04).

sábado, 18 de junio de 2022


18
de junio de 2022. Sábado.
EL CEDRO

Cedros de telón de fondo, en la presentación de mi libro. Cigarralejo. Madrid

-Mal estaban las cosas para Israel, deportado a Babilonia y humillado. (Mal están las cosas para Europa –guerra de Ucrania–, para España, para el mundo). Cuando, desde la nube, surgió la voz de Dios que hablaba a Ezequiel. Y Ezequiel, con el oído atento, la escucha. No siempre es audible el Dios que habla. Más que nada por los ruidos externos –o internos– que nos cercan. Hay que purificarse de ruidos extraños para lograr oír a Dios. Ezequiel, liberado de ruidos –sus miedos, quizá–, oye a Dios y expone lo que ha oído. El rey con su pueblo no se han fiado del Señor. Ante la gran águila que era el rey de Babilonia, el rey de Israel busca otra águila en Egipto –el poder de Egipto– que lo salve. No confía en el Señor. Y el Señor se enoja. (¿Se puede enojar Dios?) Y entonces avisa que tomará de la copa de un alto cedro, de la punta de sus ramas, un ramo y él mismo lo plantará en una montaña elevada y excelsa. Echará ramaje y producirá fruto, y se hará un cedro magnífico. Un cedro que será casa de toda clase de pájaros. «Y todos los árboles del campo anuncia sabrán que yo, el Señor, humillo al árbol elevado y elevo al árbol humilde, hago secarse al árbol verde y reverdecer al árbol seco. Yo, el Señor, he hablado y lo haré.» (Ez 17, 22-24). Ante el fracaso del pueblo y sus dirigentes, Ezequiel, por medio de una parábola, invita al pueblo a la esperanza. A Dios le basta una ramita del alto cedro para hacer posible otro cedro magnífico –obra de sus manos– salvador y refugio de aves. Yo, Diario, pienso en Jesús de Nazaret y en su Iglesia: un grano de mostaza que se hace árbol y cobija toda clase de aves; es decir, salva y, con su Vida, da vida (11:52:44).

viernes, 17 de junio de 2022

17 de junio de 2022. Viernes.
UN OLVIDO IMPERDONABLE

Maravilla en el jardín, San Blas. La Ribera. Murcia.

-A poco de levantarme, me encuentro cansado, sin ánimo de nada. Como si se me hubiera llenado la cabeza de ausencias; es decir, vaciada la cabeza de ideas. «Es el calor, el de la noche y el del día», digo, y bebo un trago de agua, y parezco resucitar. Pero, al poco, caigo en la desgana y el desplome, me vuelven las ausencias. Son tantas las ausencias que hay veces que me quedo sin dada que decir. Pero las ideas, pienso, están ahí, en cada cosa que miro o toco, en el libro o en la orquídea que viste mi salón, o en esa diminuta araña que, desorientada, no entiende que haya algo traslúcido y duro, el cristal, que le impide salir al exterior, donde el aire, el aire que ella y yo respiramos, el aire por el que vivimos. El aire, esa realidad tangible que no vemos, pero que sigue siendo imprescindible para soñar y andar por la vida, y que aspiramos sin caer en la cuenta de su necesidad. ¿Cuántas veces damos gracias por el aire que respiramos? Un olvido imperdonable, que Chesterton, el converso, nos recriminaría, «pues el existir –dice– es ya una maravilla, aunque nos pasen cosas malas». El simple hecho, Diario y tan complejo, sin embargo de respirar y poder decir: «Amén», o «Amor», o «Dios»…, y reír (18:16:07).

jueves, 16 de junio de 2022


16
de junio de 2022. Lunes.
NO PIERDAS LA SONRISA

A punto de morir, ríe la rosa, en el jardín. Torre de la Horadada. Alicante

-Salto de la cama –lo del saltar es un decir–, primeros pasos vacilantes, respiración honda, me santiguo, y, con dudas, entro en el cuarto de baño: el espejo delata mi vejez, dejándome el consuelo, sin embargo, de una sonrisa resignada. O el aleteo de algo vivo en mis labios. No perder la sonrisa, aun en los momentos más difíciles, es un ejercicio de gimnasia espiritual, lírica, sacramental –unción casi– que salva. Yo me voy salvando en la sonrisa –quizás cansada– de cada mañana. Lo he citado alguna vez: «La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz», proverbio escocés. Recuerdo que alguien me dijo una vez: «Aunque sea envuelta en lágrimas, no pierdas la sonrisa». Cuando estoy a punto de llorar, o la desesperación me acorrala, hago un esfuerzo, sonrío y desarmo a las lágrimas. Las lágrimas se pueden enjugar y quedar en el pañuelo, no así las sonrisas que, si nacen de un interior limpio y libre, destello en la boca, nunca cesan. Y, como la luz del sol, siempre iluminan, aunque haya nubes. Y es que la sonrisa no está en las cosas, sino en nosotros, y la hacemos vuelo cada vez que llega a nuestros labios y la convertimos en mariposa y no en zángano. Con mariposas en la boca es más fácil sonreír que maldecir, más fácil perdonar que odiar, más fácil el amor que la indiferencia. Ser indiferente es quedarte sin nada que dar y nada que recibir, es entrar en el mundo de la apatía, de la desidia espiritual. Es morir de tristeza interior, la que mata la esperanza, la que sacrifica cualquier clase de utopía en ti; es caer en la desesperación, sin una sonrisa a la que asirte para salir de ti mismo y dar con el Dios de la bondad, de la misericordia; el Dios que siempre, Diario, está de nuestra parte como un buen amigo que siente y ama, y alienta (12:28:50).

martes, 14 de junio de 2022

14 de junio de 2022. Martes.
UNA GALAXIA SIN FIN O DÓNDE PONGO LA PALABRA MADRE

Con tu eterna sonrisa, Madre. Murcia. F: FotVi

-Ya hace diecisiete años; la eternidad debe parecerse a esto: diecisiete años sin ti, madre Francisca, huyendo de ti sin querer hacerlo; tú, ahí, y yo, en la otra orilla, huyendo, con el brazo extendido hacia ti como en una terrible separación y sin poder asirte, huyéndome de ti sin quererlo, hasta que fuiste un punto en el territorio inmenso de la lejanía, y ya no te pude coger, te me fuiste llanto y ausencia, ¡y silencio! Si fueras un relato que pudiera volver a escribir, sin correcciones; o, en todo caso, con una sola corrección: la de amarte más, sin medida. Hacer recuento del amor es descubrir que se podía haber amado más. El amor es, debiera ser, una galaxia sin fin. Un amor pequeño es tener un Dios pequeño en la fe y más pequeño aún en la soledad, en el exilio de la soledad. Como Dios a Elías, viniste a mí como brisa, madre, y te fuiste como huracán, en un carro de fuego y frío.  Eran las diez de  la  mañana, y saliste de ti para dejarme huido, en la soledad; cerrados tus ojos –dos dedos bastaron–, se hicieron el frío, la ausencia, la hoja arrancada del libro, toqué tu frío y quedé helado para siempre, de no tenerte. Te cerré los ojos y me hui de ti; aunque rezo, aunque beso tus cosas, aunque paso las cuentas de tu rosario donde, al final, te perdías: te dije adiós y me fui a mi orfandad. ¿Dónde pongo ahora la palabra madre, dónde su palomar en el que todo yo me albergaba, cría de pájaro asustada, desasistida?  Eso sí, aún guardo tus cosas: el rosario con la cinta blanca anudada al inicio de la bifurcación de las cuentas para no perderte, los besos que tantas veces le diste, las avemarías, y aquel decir tuyo, tus palabras que casi tocaban la sacralidad. Ahora, Diario, mi madre en Dios, con Dios, y yo en esta otra orilla, la de las preguntas, la del adviento o la espera, aguardando ver y tocar lo que tú, madre, ya ves y tocas, y vives. Dichosa tú, madre, porque creíste (12:13:28).

domingo, 12 de junio de 2022

12 de junio de 2022. Domingo.
DIOS Y EL MISTERIO

No igual, pero parecido: tres en uno, en el jardín. Torre de la Horadada. 

-Hoy celebramos la fiesta de la Santísima Trinidad, o el Dios que se hace número, cifra, Uno y Tres, o Tres en Uno, todo a la vez. Dios, pues, reducido a las matemáticas. Sin embargo, como canta y reza el himno de Laudes, en el Libro de las Horas, se trata de «Dios escondido en el misterio». Esconderse en el misterio es recogerse en lo arcano, en lo inexplicable para la razón, pero asequible para el sentimiento. Si dices con San Juan que «Dios es amor», cambia todo. Dios entonces es un acorde de amor; es decir, diferentes notas unidas en un solo racimo, sonando al unísono en Dios. Se nos quiere decir que Dios es compañía en vez de soledad, es familia, hogar que se desborda. En 1997 –ya ha llovido–, componía yo este poemilla: «¡Aleluya! / Dios es Padre, / e Hijo en el que se da, / y Espíritu Santo / en el que alienta, / y Madre, porque es amor. / ¡Aleluya por tal Pascua!». Esquema de fe este, de mi fe. Mi fe no especula, solo intenta amar, meditar, contemplar, para poder así entender. Aunque a veces no entienda y dude, y se me derrame la gracia como el agua por entre los dedos, y donde debería decir amor, diga egoísmo, egolatría. Y es que como dice San Agustín: «La medida del amor es amar sin medida». La teología habla de tres personas –Padre, Hijo y Espíritu Santo–, que viven en una misma naturaleza divina: el amor. Dice San Juan de la Cruz: «Tres personas y Un Amado entre todos Tres había… Porque Un Solo Amor Tres Tienen, que su Esencia se decía». Dios, pues, Diario, Padre, Amor que se da en el Hijo, y que alienta en el Espíritu, y que, como Madre, lo da a todo aquel que lo busca, y lo vive, hasta ser Hijo adoptivo de Dios. Es decir, Dios que sigue «escondido en el misterio» (18:27:32).

sábado, 11 de junio de 2022

11 de junio de 2022. Sábado.
EL PEDERNAL Y LA YESCA

Soñando que embarco, en Palos de la Frontera. Huelva. 

-Cae el calor desde arriba como una inmensa masa azul de fuego. El cielo se viste de bosque ardiendo y se nos viene encima sin consideración, abrasándonos. Esta madrugada me desvelé –el calor, ay– y me puse a escribir; luego, me volvió el sueño y, entre vahos de duermevela, me acosté, pero seguí escribiendo en la página en blanco de la mente. La mente es el lugar en el que primero dan las ideas, como chispas −el pedernal y la yesca −, y luego, revestidas las ideas de palabras, se hacen redacción, o sea: escritura, poema, obra, libro con hojas; hojas que pasa el viento o el dedo romántico, y las lee, gustándolas, saboreando en ellas su bella arquitectura. Nadie que no tenga un dedo romántico es capaz de pasar la hoja de un libro y, casi libidinosamente, leer lo que hay en ella. Pero lo que se escribe entre vahos de sueño, se convierte luego en ensoñación y no se sabe entonces si lo escrito te ha escrito a ti o tú a lo escrito. Yo, entre vahos de sueño –digo–, seguí escribiendo el libro de poemas en el que ahora me hallo inmerso. (Se trata de dar con los misterios o laberintos o canto de sirenas que, en su interior de astilla de árbol de bosque con ardillas y hadas, y ayes de ánimas benditas, y otras cosas, oculta el ordenador). Yo suelo soñar mucho, las más de las veces despierto. Soy pez que se mueve sin descanso, y libre. Y a lo que iba: si se te rebelan tres tenedores en el fregadero y te atacan ¿qué haces tú, Diario? Salir del sueño inmediatamente, escaldado. ¡Ya! Salgo y respiro, y doy gracias a Dios por el nuevo día, que, aunque caluroso, me deja soñar y celebrar, con la sencillez de una gota de agua, que vivo (18:00:57).

viernes, 10 de junio de 2022

10 de junio de 2022. Viernes.                 
EL TODO Y SU CONTINUIDAD

Mi rincón de trabajo, en Casa Sacerdotal. Murcia. 

-Un número simbólico es algo así como una aparición que te dice: «Yo no soy lo que aparento». La aparición se viste así (sin vestirse), de una neblina trasparente. Es un es sin ser. Los números simbólicos expresan ideas, mensajes, y aun castillos en el aire, fantásticos, pero no cantidades. El número simbólico es nada como cantidad; pero mucho como cápsula de otras cosas o significados. En las personas sensibles, la calidad es más apreciada que la cantidad. Un brillante tiene más valor que cualquier otra cosa de su tamaño. Ayer, llegué al número 2293 artículos subidos a mi blog El Bosque Apócrifo. En mi vida, éste no es un número simbólico, sino real. ¡Dos mil doscientos noventa y tres veces poniéndome a decir algo ante una página en blanco! Ya hubo quienes se pusieron ante la nada y, al intentar representarla, les nació el cero. El cero que a tantos números reales (o naturales) acompaña. Y con valor, si se viste de humildad. Desde la soberbia, el cero nunca hace nada. De tal modo, que si el cero –ejemplo– se sale de la formación de 1000, y, poniéndose delante, pretende presidir el desfile, pierde todo su valor, quedando sólo en aro de humo, que, al menor vaivén del aire, se desvanece. Es decir, vuelve a sus orígenes; nacido para representar la nada (el vacío), vuelve a ser nada. Meter, pues, el concepto de nada en palabras y decirlo (con humildad) es casi un milagro. Yo, día a día, y con una inspiración venida desde el trabajo, la constancia, la orfebrería de escribir –la fe–, he logrado articular (nunca mejor dicho) 2293 artículos, valga la redundancia. Crear galaxias y colocarlas una aquí y otra allá, abigarrar los espacios ociosos de nuevos mundos, de nuevas convulsiones poéticas. Y creo, Diario, que Dios debe andar por ahí o por sus alrededores; por esos espacios y libertades sin fin, que supone el escribir. Tal vez la eternidad sea eso, Diario: el Todo, conteniendo los todos y lo más allá del Todo, y su eternidad, sin fin. ¿No? ¡Sí! (12:05:43).

jueves, 9 de junio de 2022

9 de junio de 2022. Jueves.
BLASFEMIA

Cruz entre la maleza, en Sakopane. Polonia

-La blasfemia vende porque hay blasfemos. Como el vendedor de palomitas a la puerta de un cine en tarde pobre y lloviosa de sesión doble. Hay palomitas porque hay “come palomitas”. Los hay “come palomitas” y “come Dios”. No “come dioses”, sino “come Dios”. Un blasfemo, cuando da, quiere dar donde más duele. El blasfemo no da en la “d” minúscula de “dioses”, sino en la “D” mayúscula de “Dios”. Así cree ofender más a Dios y a los que de él se fían, o creen en él. La blasfemia contra “dioses” pequeños cree el blasfemo que es menos blasfemia, tan inculto es. Siendo así que se puede blasfemar (como dice San Pablo) o contra individuos o contra personas en general. Según la raíz griega, blasfemar es igual a injuriar (blaptein: “injuriar” y pheme: “reputación”; es decir: ir contra la honra de alguien). Y además se puede injuriar a cualquiera, si esa injuria hecha al Dios con mayúscula, alguien la siente como injuria propia. La blasfemia es una perversión del lenguaje, e indica la corrupción que hay dentro del que la dice. Ya lo insinuó el Salmo: «Las palabras de su boca son iniquidad y engaño; ha dejado de ser sabio y hacer el bien». La blasfemia, Diario, es una maldad grande y una mezquina mentira, aparte de otras consideraciones de moral e infamia (12:26:13).

miércoles, 8 de junio de 2022

8 de junio de 2022. Miércoles.
LA CLEPSIDRA, EL RELOJ DE AGUA

Danza del agua, Glorieta de España.Murcia. F: FotVi

-Muy de mañana, 21º C ya; o sea, calor. El calor que hace retroceder en sus entusiasmos cantores hasta al pájaro, sumiéndolo en un silencio de espera, o de tiempo que pasa. Curioso: se hace la espera para que corra el tiempo, si es que el tiempo corre. En todo caso, corre el reloj, que no es tiempo sino matemática y tecnología, controladas; matemática y tecnología que avanzan sin que avance el tiempo. El reloj es la ilusión de que pasa el tiempo, sin que así sea. El reloj lo debió de inventar un sádico, para atormentarse y atormentarnos. Estar pendientes del reloj es como Damocles de la espada que, sujeta por un único pelo de crin de caballo, pendía sobre su cabeza. Debió ser, según parece, en tiempos de Amenofis III, siglo XIV a.C. El reloj es el único artilugio que avanza sin moverse, urdiendo la ilusión de que todo se mueve a su alrededor. Aunque la clepsidra de los egipcios era más poética (medición del tiempo por el agua), no dejaba de ser reloj que creaba el espejismo del movimiento de las cosas en al tiempo. Lo que no sé es si se mojaba al dar o señalar la hora; es decir, si la daba exacta o si sufría adelantos y retrasos. (Mojarse en el sentido de comprometerse). Con todo, la clepsidra aventajaba al reloj de sol, en que en los días nublados seguía dando la hora. Como Dios da la hora, está, en los días sin esperanza del hombre. Y los hay, y muchos, días sin esperanza. Y más ahora, en tiempos de crisis, de Sánchez, de caos. Si se me presenta la ocasión, trataré de hacerme con un reloj de agua para el verano; y así, además de indicarme la hora, me refrescará la muñeca en los días de calor extremo y hará que recuerde que Dios no se apaga aunque se ponga el sol. Dios, Diario,  siempre está dando la hora de su amor, puntual, constante, como la gota de agua que va formando la obra de arte de la estalactita, ese acontecimiento de roca y agua deslizante, bellísimo (17:41:13).

martes, 7 de junio de 2022

7 de junio de 2022. Martes.
MUERTE EN NIGERIA

La Biblia y la mártir Nigeria,después de la tragedia. F: Prensa

-Celebraban gozosos la llegada del Espíritu Santo. «Ven Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo», habrían cantado en la Secuencia de la misa. Pero unos fanáticos, en nombre de Dios –Boko Haram u otra organización yihadista–, asesinan a quienes están rezando a Dios en la iglesia de san Francisco Javier, en la ciudad de Owo. Se confunden el rumor, el susurro de la oración con el estruendo de las metralletas disparando. El templo, al sur de Nigeria, se llena de alaridos y de sangre. Y Dios llora con los que lloran. Los disparos de los que matan en nombre de Dios son una blasfemia contra Dios, y la blasfemia es un pecado nefasto, diabólico. La prensa apenas se ha hecho eco de la matanza, mientras el Papa Francisco, como cualquier persona de bien, sea o no creyente, dice sentirse «profundamente entristecido». El Papa se pone al frente de la iglesia que llora, y, para combatir la barbarie, saca el arma pacífica de la oración, la que todo lo puede. El recuerdo y el sentimiento dan vida a los que se han ido. La oración es el recuerdo vivo de lo que se dice en las palabras. El corazón silabea recuerdos entrañables en las palabras. Por eso es tan hermoso rezar por alguien, Dios y las personas por las que rezas se unen en la palabra y, como alentadas por el Espíritu, Diario, producen la paz y animan la esperanza, y crean una relación amorosa entre el cielo y la tierra (17:21:26).

lunes, 6 de junio de 2022

6 de junio de 2022. Lunes.
NADAL ES UN TORNADO

Nadal un tornado, con la raqueta. F: Prensa.

-Dices Nadal y se te llena la boca de alabanzas, de signos de admiración. Nadal es un tornado con una raqueta. Es la superación interminable. Es el ¡oh! que no cesa, el asombro cada vez más ancho, como un bosque permanente de grandeza. Es el bosque Nadal hecho de trabajo, dedicación, sacrificio. Más que con la raqueta, Nadal juega con la cabeza y vence a todos sus adversarios. Nadal se busca a sí mismo y, hallado su ser íntimo, sus virtudes, sus limitaciones, lo muestra al exterior, con humildad, sin ostentación, con la pedagogía del maestro que enseña en la cátedra del «conócete a ti mismo», palabras que se leían, como advertencia, en el templo de Apolo en Delfos. Es el maestro que con la raqueta y la pelotita amarilla enseña, para el que desee aprender, la bella y humana asignatura del deporte, que es, en definitiva, la hermosa asignatura del ser humano. Todo lo que buscamos fuera lo hallamos dentro de nosotros mismos. En este tiempo de la facilidad, de que el niño no sufra aprendiendo, de que todo lo que desees lo encuentres hecho, Nadal advierte: «Lograr aquello que has soñado te hace feliz, pero sobre todo, te hace feliz recordar el esfuerzo empleado para lograrlo»; y sigue: «He aprendido a disfrutar, sufriendo». Creo más a Nadal que a cualquier político, que te regala un curso con asignaturas suspendidas, sin temblarle el pulso ni la conciencia. El político alaga para que le des tu voto, tu voluntad; Nadal, buen deportista, Diario, no alaga, solo dice: «Si quieres triunfar, lucha, trabaja, consíguelo con tu esfuerzo». Nadal te enseña su vida, y, mordiendo las copas que gana, sonríe y sique en la lucha de cada día (12:13:46).

domingo, 5 de junio de 2022

5 de junio de 2022. Domingo.
UN VIENTO RECIO

Símbolo del Espíritu Santo, la paz. Casa Sacerdotal. Murcia. 

-Hoy, en la Iglesia y en la liturgia, se ha oído un ruido, como de un viento recio, que ha conmocionado la fábrica de los templos y las conciencias. A los cincuenta días de la resurrección del Señor, el Espíritu Santo se ha hecho ruido, estruendo, un fragor celeste que ha puesto en tensión la tierra. Los discípulos, como casi siempre, encerrados, haciendo de la fe una cripta, un interior con puertas selladas. Pero el Espíritu, ruido, ha echado a la calle a los discípulos y los ha constituido palabra en las plazas, en el ágora, en los coliseos. Si hay sed, la fe como el agua no se retiene, se da. El viento recio del Espíritu hizo que los discípulos hablaran lenguas extranjeras. En boca de los apóstoles, el ruido del viento recio se hizo palabra. Hoy he rezado en Laudes: «Se llenaron todos del Espíritu Santo, y empezaron a hablar». El Espíritu Santo desató sus lenguas. La palabra es el otro ruido –soplo– que acerca, que une, que logra lo que es común: comunión. Antes de todo amor, está la palabra. O la mirada, que es otra forma silenciosa y acariciadora del lenguaje. En Jerusalén había aquel día partos, medos y elamitas, y otros de Mesopotamia, Judea y Capadocia, y gentes del Ponto y Asia, y de Frigia y de Panfilia, y de Egipto y de la zona de Libia, y forasteros de Roma, y judíos y prosélitos, y cretenses y árabes, y cada uno oyó hablar de las maravillas de Dios en su propia lengua. El Espíritu, el ruido de su presencia, Diario, abrió los oídos de los que escuchaban y, en los discípulos de Jesús, hizo políglota –plurilingüe –el miedo, hablaban y se le iban las palabras de una lengua a otra, cada cual entendía en su lengua, y celebraban, convirtiéndose, el hallazgo del Espíritu (12:47:28).

sábado, 4 de junio de 2022

4 de junio de 2022. Viernes.
NO UN DIOS SOLITARIO

Santísima Trinidad, columna. Budapest. Hungría

-Mañana Pentecostés: fiesta del Espíritu Santo. Hay una visión teológica de la Santísima Trinidad y otra “económica” o doméstica. Aquella que entiende mejor el oído laico o terrenal, el oído de andar por casa. La visión teológica es filosofía y erudición, y poco devota, aunque intervengan la santidad y sabiduría de Tomás de Aquino. Es visión que se cae de las manos y del corazón, tan metafísica es. En la visión teológica se habla de naturaleza y personas en Dios. Una sola naturaleza divina y tres personas con una individualidad completa. Difícil de entender, hasta para los niños que, por percibir mejor las cosas sin razonamiento, son más intuitivos. (Persona: las notas que pertenecen a un individuo en cuanto singular o único). Sin embargo, la visión “económica”, y aun la litúrgica, son más sencillas y cercanas. Hay que partir de lo que afirma el Concilio VI de Toledo: «Dios es uno solo, pero no solitario». Dios tiene una vida íntima que, en el amor, la hace extensiva a las tres personas divinas y a la humanidad toda. Quien es amor, no puede sentirse bien en la soledad de su trono celeste. La visión doméstica del misterio, pues, en vez de meterse en teologías –que no está mal–, trata de mostrarnos la actividad de cada una de las personas. Dios es activo en cada persona. La actividad del Padre es el amor; la del Hijo, que es Dios y Hombre, revelar este amor y dárnoslo como gracia en su vida; y la del Espíritu Santo, reunirnos en comunión y unidad familiar, o eclesial, para hacer eficaz el amor de Dios en nosotros y en nuestro entorno. De este modo, Diario, el misterio de la Trinidad es más asequible, por quedar, en el amor, dentro de nosotros mismos. La actividad del Padre es el amor; la del Hijo, la gracia que trasmite este amor; la del Espíritu Santo, la comunión, o el amor recibido y participado, compartido. Sublime y bello misterio éste, inarbarcable, pero vivo (11:23:18).

jueves, 2 de junio de 2022

2 de junio de 2022. Jueves.                                        
ESTE PERRO DE MUDO OLISQUEAR

Auditorio en la lectura de poemas. Cigarralejo. Madrid.

-He ido a Madrid y he recitado poemas, ha sido como si me nacieran manantiales en la boca. Cada vez que esto ocurre, hago profesión de mi fe poética y del lenguaje. Mi escritura es, ante todo, el resultado de una doble estupefacción o asombro: los que me causan las cosas en sí y el modo de vestirlas con palabras. En la escritura, el lenguaje para mí es tan importante o más que la cosa que él dice o airea; pues según revista la cosa que digo, así será más o menos bella, y aún más o menos la misma cosa. Si yo escribo: «Un perro levanta la pata y…», estoy expresando una vulgaridad, aunque sea una evidente y clara realidad. Pero si yo escribo:
«Este perro                                   
de mudo 
olisquear,
nervioso y solo, y listo
para la huida,
que averigua los huesos
y levanta                                                          
la pata               
–perdón a todos por el gesto–,
¿qué sostiene?,
¿qué rosa se le cae encima?
¿qué nube quiere
mantener       
en alto?,                                                             
¿o qué cielo                                                   
se le hunde
y lo defiende?», etcétera.
Esto que escribo es más mágico y, por tanto, más excelso y real. Que levante la pata un perro es un gesto cotidiano, vulgar, sin trascendencia. Pero lo otro –hecho poema– es un gesto que destilla filosofía lingüística y aun enseñanza casi metafísica. Es más, tiene su encanto reivindicativo y rebelde, casi revolucionario, oxigenante. Las palabras no sólo dicen la realidad, sino los sueños de la realidad. Una cosa dicha es una cosa que existe no sólo ante los ojos, sino sobre todo ante la inteligencia y ante la cosa misma; sin ser dicha, la cosa sería un ser ignoto y anónimo, y no estaría en la mente del hombre recreándose y consagrándose, siendo realidad vital con infinidad de ensoñaciones en su haber. Los recuerdos, al ponerle nombres, se tornan cosas de ahora, revividas, tangibles, tal es el poder de la palabra, Diario; tan es así, que la Palabra de Dios se hizo carne y habitó (y habita, late) entre nosotros (12:36:17).

miércoles, 1 de junio de 2022

1 de junio de 2022. Miércoles.
NIÑOS ROTOS

¿Por qué esta destrucción?, dirán los niños, atónitos. F: Prensa.

-Leo en la prensa –se me hiela la sangre– que en la guerra de Putin han muerto más de 260 niños y 415 han sido heridos en los casi 100 días de conflicto bélico en Ucrania. Matar niños es como cortar lirios y ponerlos a los pies de los cerdos para que los pisoteen sin pudor y hociquen en ellos. Los niños que sueñan paz y juegos, y alfabetos y números, y rayuelas y caballitos de madera voladores, mueren antes siquiera de vislumbrar mundos nuevos en un mundo tan viejo y tan agrio como el nuestro. La guerra no los ha dejado explayarse en sus sueños, y mueren con el único sueño del miedo en los ojos. Cuando abrían los ojos del ensueño se los ha cerrado el balar de rebaño de los obuses y las bombas, la muerte prematura les ha cerrado los ojos con un estruendo en su cabeza de espejos rotos. Oíd cómo suenan los cristales rotos en la noche de la muerte de los niños. Los llantos de los niños muertos en las guerras en África, en Asia, en América, en Ucrania, sonarán siempre en las cabezas de los líderes que provocaron las conflagraciones, como una lluvia de granizo y graznidos de aves carroñeras. Estos líderes como Putin jamás descansarán, Dios les pondrá delante del espejo de sus desastres, de sus ambiciones, de su barbarie interior. Los que hacen la guerra dejarán en la historia un reguero de ignominia; serán, Diario, como animales salvajes, nada ni nadie los consolará, serán maldecidos por generaciones (12:29:48).

martes, 31 de mayo de 2022

31 de mayo de 2022. Martes.
MARÍA, VISITADORA

Santuario de la Visitación, Ain Karem. Israel. F: Googel

-Visitar es salir de tu casa y entrar en la del amigo o vecino. Es cambiar de paisaje, aun espiritual, e integrarte en el nuevo paisaje hallado. La liturgia católica celebra hoy la Visitación de la Virgen María a su prima Isabel. El evangelio de San Lucas dice que, una vez que María supo por el Ángel que su prima estaba de seis meses, se puso en camino, «cum fastinatione», con prisa alegre. Un largo camino y peligroso. Me imagino a María recorriendo, recogida en sí, aquel inhóspito camino de Nazaret a Ain Karem. Llegó y, por boca de Isabel, habló el Espíritu Santo: «Bendita tú entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre», y el niño que Isabel llevaba en su vientre se agitó, se estremeció, la alegría de María se hizo risa en el niño no nacido. Jesús, ya desde la tienda del vientre de su madre, es la risa de Dios, y María el canal que la trasmite. La alegría que lleva dentro María –Jesús– la da a los demás. Dice el papa Francisco sobre esta fiesta: «María no mira hacia abajo, hacia los problemas, sino a lo alto, hacia Dios», y surge en ella la alegría de servir, de estar al lado de quien la necesita. Quien lleva a Jesús en su palabra o en su corazón no puede vivir de otra manera que no sea alegre. La alegría es luz, es esperanza, es acontecimiento que da en los ojos, Diario, y los llena de vida, donde caben todos los paisajes, también el de servir. Dijo Voltaire: «Todo les sale bien a las personas de carácter dulce y alegre», como un bocado de Dios (13:02:43).