8 de octubre de 2022. Sábado.
EL CINISMO YLA DESVERGÜENZA
EL CINISMO Y
-El Diccionario coloca en la misma hornacina léxica al cínico y al
desvergonzado. Cínico, dice, es el
que muestra cinismo (acepción II:
desvergüenza). Y desvergüenza es ostentación de faltas y vicios; se desnudan,
pues, las faltas y los vicios para exponerlos a la luz pública: se les levantan
templo y altar y se les adoran. En sus inicios el cinismo fue una especie de
movimiento jipi: el hombre con menos necesidades era el más libre y el más
feliz, decían, metiendo a la vez a la filosofía de por medio. Se les llamó cínicos (de kyon: perro) por su modo de vivir descuidado y canino; no hay
constancia de que levantaran la pata para hacer pis, pero casi; pues se cuenta
del cínico Diógenes de Sinope que, en un banquete, algunos le pusieron unos
huesos para reírse de él, orinándose encima al momento; pulgas llevaban como
todo perro que se precie, ya que los vestía la suciedad. Eso sí, eran
inteligentes, pues, para no ser esclavos, invitaban a huir de los placeres.
Eran inteligentes por libres. Sin embargo, el cínico lo es ahora por
desvergonzado; el cínico hocica y vive en la desvergüenza como el cerdo en la
mugre. Se necesita ser desvergonzado (un Gobierno, por ejemplo) para decir y
defender que una joven de 16 años «está preparada para abortar», pero no para
ver un documental −«Blood Money (Dinero de Sangre), sobre el valor de una vida»−, que
retrata la terrible y obscena verdad del aborto y el hediondo negocio que
supone. Si Antístenes levantara la cabeza, moriría de asco al contemplar hasta
qué grado de sordidez han conducido su modo filosófico de ver y entender el
mundo, y la felicidad. El cínico, ahora, ya no es un ser libre, irónico,
sarcástico, irreverente, si se quiere, y lírico en lo que es vanguardia; sólo
es según el Diccionario, Diario, un desvergonzado iconoclasta (18:07:45).