domingo, 18 de septiembre de 2022

18 de septiembre de 2022. Domingo.
AMAR

Amor en la cruz, iglesia junto al Rin, Alemania.

-Nunca he creído ni creeré en una ley tiránica; algo, y, alguna vez quizá, en una ley democrática; y siempre, en la ley de Dios. Nunca creeré en una ley tiránica, por despótica e injusta; sólo alguna vez, en una ley democrática, si no es voluble y confusa; y siempre en la ley de Dios, por eterna e inmutable. Y es que el Amor, en el que se hace esquema y vida toda la ley de Dios, no pasa nunca. Por algo a la ley de Dios se la llama la Ley del Amor. Tal, que alguien como San Agustín de Hipona pudo decir: «Ama y haz lo que quieras». Amar es tomar un poco de la esencia de Dios y hacerlo vida tuya. Si amas en verdad y justicia, puedes hacer lo que quieras, porque nunca herirás al prójimo, siempre lo tratarás desde le perspectiva de Dios. Y Dios, en su amor, es donación incesante, hasta la enorme ofrenda de la cruz. La cruz jamás dañará a nadie, ni material ni espiritualmente, siempre será vuelo y liberación. El amor de Dios no se cierra, siempre está abierto a darse sin límites, como el pan de una eucaristía constante, que se celebra para alimentar al que tiene hambre o sed. El amor de Dios viste al desnudo y da posada al peregrino, y, como dice Isaías, todo lo da gratis. Ama así, diría San Agustín, y haz lo que quieras. Creo, Diario, en la ley del amor, y no en la ley del mercado y la tiranía; creo en la ley que me hace libre y me llena de esperanza, y abre mi horizonte a la misericordia (12:27:12).

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