martes, 20 de septiembre de 2022

20 de septiembre de 2022. Martes.
LA OTRA MEJILLA

Jesús de Nazaret, la misericordia del Padre. Detalle mosaico. Torre Pacheco.

-Yo siempre necesito misericordia. En todo caso, pedir misericordia es el corolario o secuela del reconocimiento de una equivocación, de un error. Perdón, decimos, cuando rozamos con nuestro brazo el brazo del que se cruza con nosotros en la calle. Perdón, una mirada de disculpa y seguimos nuestro camino, perdonados, se supone, y reconfortados. El hecho de ser misericordioso consiste en poder serlo; no todo el mundo puede ejercer la misericordia. Dios es misericordia porque puede serlo: es un Dios amor, y con el poder infinito de Dios, y, si alguien intenta torcerle el brazo, herirlo, se le nota que es Dios en su clemencia y en su facilidad para abrazar y poner la otra mejilla. Cada vez que perdona, Dios pone la otra mejilla. O pone la Cruz, que es el gran antídoto frente al odio. Ejemplo: El hijo pródigo, vuelto a casa, recibe el abrazo del padre, y, con el abrazo, la fiesta. Aunque el abrazo del padre ya es una fiesta, con mesa y manteles nuevos, y el beso de la paz. Sublime: Dios, cuando da su misericordia, en vez de pedir que se le agradezca el don, agradece que lo aceptes. Es la urbanidad de Dios. En la misericordia, se entrelazan el amor, la fiesta y la donación. Y esto, Diario, solo lo puede hacer aquel que puede: Dios, y con él, aquellos, que cercanos a él, reciben su influjo; es decir, los que reciben la gracia de poder hacerlo (17:50:22).

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