28 de febrero de 2019. Jueves.
DOS BESOS
Buscando la Trascendencia, en Torre de la Horadada, F: FotVi |
-A veces pienso que Dios
está allí donde alguien besa una llaga o en las migas de pan que se le echan a
un gorrión. El beso y las migas de pan: o dos besos, dos actos de ternura que
alumbran más allá del amor. El amor perdona, la ternura redime. Son dos
acciones de un corazón maternal y generoso, sencillo. Con el beso y la miga de
pan, pienso en mi madre. Tan delicada, tan servicial, tan cargada de humildad,
que hasta se le notaba en los hombros. Hombros siempre reverentes, siempre
inclinados, como bendiciendo. Respetaba y era respetada. Y amaba más que era
amada. Creo que este es el ADN de la mayoría de las madres. Hoy, día último del
mes de febrero, traigo esta reflexión, porque, como el mes que nos deja, corto,
nervioso, la vida es fugaz y hay que vivirla en plenitud y con alas. En un
mundo de enfrentamientos, de desdichas, de ruidos histéricos en las redes
sociales, de mentiras y de políticos diciéndose cosas que duelen más al que las
oye que al que son dichas (la vergüenza ajena), besar y dejar migas de pan, es
un buen ejercicio para recuperar la fe en uno mismo y en la Trascendencia, donde
habita el Amor, y donde se hallan, con el beso y las migas de pan, Diario, la justicia y el derecho, la paz y la igualdad, la libertad y la gracia (18:59:30).