4 de marzo de 2014. Martes.
LA VERDAD
CALLADA
Fría desnudez, en el jardín. F: FotVi |
-Suele ocurrir: el dinero vence a todo, incluso, a veces, a las más arraigadas
creencias. El dinero es algo que no tiene voz pero tiene voto. Levanta y derriba
imperios, y enferma democracias. Europa es una democracia herida de muerte, sin
ningún valor al que agarrarse, salvo el de la economía, que así es llamado
ahora el dinero. La sabiduría china afirmaba que cuando habla el dinero, la
verdad calla. El dinero es sutil y repta como la serpiente, hasta que logra la
picadura fatal, no en el cuerpo, sino en el alma, que es donde más rápidamente emponzoña,
y mata. Si el alma se vuelve negra, con qué se blanqueará, pensaba un corrupto.
Y es que se miró el alma y sintió la mirada negra, como cegada de tizne, tanto
era el negror que su alma despedía. Los hay corruptos de toda clase y condición;
hasta la pobreza puede corromperse, si el dinero le sonríe. El dinero desplaza
dioses, incluso al Dios del amor en el que hubo un tiempo en que creía Europa. Lo
ha dicho el papa Francisco: «El dios dinero está ahora en el centro y no la
persona», y el dinero es el que manda y ordena; es el nuevo orden. «Y lo que no
cabe en ese orden, dice el papa, se descarta». Se descarta a los niños «que
sobran, que molestan, que no conviene que vengan». Y a los viejos, pobrecillos.
El dios dinero no es un Dios-amor, que se da, sino un dios-interés, que recoge,
creando a su alrededor sólo pobreza, tanto espiritual como de la otra. Un
panorama éste, Diario, que deja helado.
También lo ha dicho el Papa: «¡Helado!» ¡Brrr!, con vaho en la boca (20:42:01).
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