5 de agosto de 2014. Martes.
LA SERPIENTE
QUE TIENTA
¿Tentación, en el jardín? F: FotVi |
-Mis sentimientos son de pureza; pero mis acciones, quizá no tanto, dijo
el sabio. Antes, san Pablo, el apóstol de la Letra, como lo definiría Unamuno, lo
había escrito en su carta a los romanos: «En efecto, el deseo de hacer el bien
está a mi alcance, pero no el realizarlo. Y así, no hago el bien que quiero, sino
el mal que no quiero». El mal, o la metáfora de la serpiente que tienta y
desconecta inteligencia y voluntad. La inteligencia sabe y dicta: «Haz esto;
haz aquello», se trata de hacer lo recto, lo que concuerda con la ley y el
bien; pero la voluntad se queja: «Hago el mal que no quiero». Quizá lo que le
ocurre a los corruptos: ya sean jueces, políticos, gerifaltes financieros,
tontos, listos, clérigos sin clerecía, señores de la paz que hacen la guerra,
deportistas…Pero en algunos de éstos, sin embargo, inteligencia y voluntad parecen
coincidir para hacer el mal. Tal vez ocurra esto, que sentimientos y acciones,
en éstos, son una misma cosa: instinto de corrupción. ¡Y que a éstos, Diario,
les toque gobernarnos! ¡Malaya la suerte!, que diría el clásico (20:22:42).
Amigo D. Vicente.¡ Qué gran verdad la que nos manifiestas, y qué mala suerte la nuestra! Creo que tienes toda la razón del mundo, pero yo apostillaría algo más: "la educación y la vergüenza". Valores que se han perdido en algún cruce de caminos, si uniéramos estas dos cosas -sin importancia- y anuláramos la cultura del pelotazo, donde el esfuerzo del sudor de la frente es ridiculizado, estaríamos ante otro mundo muy diferente, pero como bien nos indicas: la mala suerte o la suerte de la maldad es la que planea ahora mismo, parece derrotista pero es así, Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarAmigo y estimado Paco: tienes toda la razón, se trata de "valores", valores fundamentales. Las conciencias, muchas, andan en retirada. Yo aprendí que la conciencia te indica los caminos, si son asequibles o no, si llevan o no al bien o al mal; es decir, te orientan. Ahora mismo la conciencia no señala caminos, porque está hinchada de materialismo y de vanidad, y no rige ni tutela los comportamientos. Pero nosotros, denunciando, intentemos que el río de la responsabilidad y la ética vuelvan a su cauce. Un abrazo muy verdadero, que decía el poeta Rafael Morales.
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