13 de septiembre de 2015. Domingo.
ÚLTIMA MIRADA
Grito blanco, en el jardín. Año 2013. F: FotVi |
-Cristo y su última mirada, desde
la cruz. Mirada entre hilos de sangre, como tras de un cañaveral. Siempre me ha
inquietado esa última mirada de Jesús, mirada terriblemente humana y doliente, aunque
hermosa. En su mirada, el alma, y el pavor, y la agonía, y la traición, y el «el
hágase tu voluntad”, y el desprecio, y la burla; era Dios, pero revestido de
humanidad, de miedos. Después de dar su madre a Juan, después de las plegarias,
después del perdón y del ahogo, «dio un fuerte grito -dice Marcos- y expiró». Un
fuerte grito. ¿Qué es lo que vio? ¿Qué es lo que le aterrorizó más que el frío
de la soledad y de la muerte? ¿Qué abyección le entró en el grito y lo dio? Interrogante
que a menudo me hago, Diario, y, aunque intento entrar en aquella mirada y ver
en ella, desde ella, con ella, no logro hallar respuesta, vislumbrar lo que
ella vio: ¿algún otro horror, quizá, que le hizo gritar el grito? (19:09:22).
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