9 de noviembre de 2013. Sábado.
MI DOBLE EN EL
ESPEJO
Peligro ¿legislativo?, en el jardín. F: FotVi |
-¿Y si vomito?
No, por favor, que aquí quedaría mal, me dice la conciencia de mi otro yo que
me mira desde el espejo. Mancharías el espejo y tu imagen reflejada en él. Y me
contuve para no vomitar. Hay veces que me gustaría ser el que está al otro lado
del espejo y no el que se mira en él. ¿Por qué? Pues no lo sé, cosas que uno
piensa para, como Borges o Cortázar, ser diferente, sin parecerlo.
Una vez dijo un pensador: «Quien no
castiga a los malos, daña a los buenos». O esto otro: «La sola idea de que una
cosa cruel pueda ser útil, es ya de por sí inmoral». El hecho de matar ¿es bueno
o es malo? Si es bueno, que nos lo digan los jueces que juzgan y dejan sin
castigo a los asesinos. Y si son malos, ¿por qué los dejan sin castigo?
Al igual que se preguntaría Cicerón
si es útil dejar a la crueldad de unos asesinos (ETA) suelta por la calle, como
perros sin bozal. ¿Y si volvieran a morder? Yo, que creo en el perdón, creo a
la vez en el arrepentimiento. Dios perdona al que, en un acto de libre
grandeza, pide clemencia. Pedir perdón es hacer de la humildad un valor de
sacrificio, que exime. La humildad siempre es valor que exonera, que absuelve.
Un juez es inmoral si, en vez de
imparcial y ecuánime, se convierte en redentor, y más si es mandado. Por la
sencilla razón de que hace daño a la sociedad a la que sirve, o debiera servir,
al juez sólo le vale ser justo (la balanza en manos de la dama ciega) y no convertirse
en protector de maleantes y sicarios. Un juez que redime es un aspirante a aprendiz
de prevaricador.
La sociedad no busca un juez que
salve, sino un juez que arbitre sentencias justas. Hasta puede que el juez que
salva, sea un juez injusto; y por tanto, un peligro para la sociedad a la que
se debe. ¿Y la ley? Ah, los jueces siguen, sin quejarse, las leyes que los
políticos les hacen. ¿Justas, injustas? En eso no entran: solamente se dejan
llevar por el poder legislativo, sea de este o de aquel color, e incluso antidemocrático
o dictatorial a veces.
Hay jueces, creo, que no acatan la
ley, sino al político que la hace; por esa razón en las dictaduras y en las
democracias aparentes, siempre hay jueces que aplican la ley, venga como venga,
sea equitativa o parcial, es igual, es ley, aunque sea ley de vasos
comunicantes; es decir, ley en la que el poder legislativo y el judicial andan de
manitas en noviazgo infame de intereses comunes.
Y,
Diario, decirte que, al fin, no he vomitado, he respetado la recomendación de
mi doble en el espejo (19:55:41).