martes, 22 de marzo de 2016

22 de marzo de 2016. Martes.
HALLEN DESCANSO

Corona de muerte, en el jardín. F: FotVi

-Sigue el cielo encapotado, como un paraguas lloviéndose. Se nos llueve el paraguas gris del cielo encapotado. En mi niñez, cuando llovía, me gustaba mirar al cielo y mojarme el rostro con su aspersión celeste; los ojos, con gotas en las pestañas, parecían llorar, pero reían. Ahora no puedo, me lo impiden las gafas. Y de pronto, la tragedia. Otra vez, en una carretera española o en el aeropuerto Zaventem de Bruselas. Fiesta y muerte, en la carretera; y barbarie y muerte, en Bruselas, y en el Mar Egeo, en un mundo absorto. La muerte, o el laberinto pavoroso donde se pierde la vida. Ahí siempre está el Minotauro a la espera de cornear, y arrancarnos los sueños. Nada más nacer, el laberinto nos atrapa, y nos permite andar confiados hasta que nos sorprende el silencio, el enorme silencio de la muerte. Unas veces, como un feroz relámpago inesperado, que deslumbra y ciega, de improviso; y otras, con la lentitud del que cuenta sílabas en una biblioteca de libros infinitos, despaciosamente. La muerte, «que está en nosotros / y va muriendo a sorbos con nosotros» (Octavio Paz). Yo rezo, Diario, porque los muertos, éstos y todos, hallen Descanso, y un Descanso eterno (20:14:45).

lunes, 21 de marzo de 2016

21 de marzo de 2016. Lunes.
LLUVIA MOJADA

Lluvia, en Estambul. Turquía. Año 2012. F: FotVi

-Por fin, la lluvia, como un bautismo meteorológico. Todo bautismo es gracia, también el de la lluvia. Y siempre la gracia (como la claridad: Claudio Rodríguez) viene del cielo; la gracia de Dios y la de las estrellas, que hay días que escriben (Octavio Paz) con agua. Hoy, las estrellas han escrito con agua. Pero la lluvia aquí, en el Sureste, es lacónica, breve como un esquema de discurso de circunstancias, un escalofrío de gotas huérfanas, líricas si se quiere, pero efímeras. Escrito por la estrellas el poema del lluvia, esta vez ha venido y se ha quedado, no como un ay fugaz de burbuja de jabón, sino como un hermoso e insistente diálogo entre la tierra y el agua, o romance de vida. La lluvia de primavera lava la atmósfera y llama a la tierra a despertar de sus letargos invernales (aroma de azahar en el campo ya); lava todo, salvo al corrupto -político o no- de turno. La corrupción es lluvia ácida en el desierto de los valores. Un día que yo preguntaba a unos niños cuál era el séptimo mandamiento, el avispado levantó la mano y contestó trotón, es decir, sobrado: «El séptimo es no hurtar», y seguí: «¿Y qué significa no hurtar?», y el despabilado contestó: «No hacer ¡huacg!»; o sea, entendía hurtar como eructar. Pues, eso, la corrupción viene a ser como un eructo mal oliente y vomitivo de nuestra sociedad abatida y desnortada, sin valores. Con sólo un valor: el del dinero, que lleva al poder y éste, con frecuencia, a la bancarrota del espíritu. Es, pues, hurto y eructo, a la vez. Y decirte, Diario, que al fin ha llovido con esmero, dedicándose a ser lluvia la lluvia, o lluvia mojada; una bella tarde de lluvia (18:45:14).

domingo, 20 de marzo de 2016

20 de marzo de 2016. Domingo.
RAMOS DE PAZ

Paz en el olivo, en el jardín. F: FotVi

-Como un conjunto (abadía) de gajos de naranja incita a pensar delicias y a relamerse los labios, un ramo de olivo invita a la paz. Ramos de olivo, o paz en las manos, agitándola. Hoy, Domingo de Ramos; o domingo de paz. Antes de la cruz, el triunfo. Los niños cantaban: «¡Hosanna!». ¡Viva!, y las gentes echaban sus mantos al suelo para alfombrar el paso de Jesús. Jesús, en su mano, llevaba una bendición, y las gentes, ramos de paz. Esta mañana, Diario, he visto saltar una paloma de las manos de un niño que portaba un ramo de olivo. ¡Lo he visto! ¿O sólo lo he pensado? (20:00:06).

viernes, 18 de marzo de 2016

18 de marzo de 2016. Viernes.
ASCO DE OPULENCIA

Soñando con ser pan, en ABC. Viñeta de Izquierdo. 1970.

-De pronto, me vienen recuerdos, como relámpagos antiguos. Sobre todo de la niñez, donde la vida era blanca, inocente, cucharada quizá de azúcar. La niñez está hecha de juegos iluminados y de ambiciones pequeñas, como que, para sentirse héroe por un instante, la canica entrara o no en el gua, cosas, en todo caso, del azar o de la pirotecnia de la habilidad. Impulsabas la bola con el dedo, y ¡gua!, y cundía el alborozo. Pero también me acuden recuerdos de juventud, aquellos tiempos de los primeros versos y de los iniciales y aturdidos latidos del corazón, cuando todo era mañana y no ayer, o comienzo de futuro. De aquel tiempo, recuerdo una revista llamada Signo, publicada por las Juventudes de Acción Católica. En aquella revista había editoriales y sesudos artículos, y literatura ilusionada, joven, y viñetas rebeldes, con guiños, a veces, a la heterodoxia. Una de estas viñetas representaba a un mendigo y a un rico con chistera. El rico con chistera gritaba: «¡Una limosna por amor de Dios!»: no la pedía, sino que la daba, y el mendigo al que se la ofrecía, la rechazaba. Sin mendigo que alivie su conciencia, el rico, quizá más esclavo que feliz por la abundancia, debe morirse de asco de opulencia, de hartura. Es como el ebrio que, al seguir bebiendo, derrama el líquido por las comisuras, y llora. Desolación de la demasía. Por lo que de vez en vez convendría ayunar, o privarse del manjar que más adicción procura; acaso de este modo, Diario, nos llevaría a pensar en los que siempre ayunan, no por devoción o fantasía de un régimen, sino por el mal reparto de los bienes de la tierra; entre ellos, el de la espiga triturada y horneada, y -hecha pan- partida y repartida, como en una eucaristía de justicia (20:22:30).

jueves, 17 de marzo de 2016

17 de marzo de 2016. Jueves.
AMNISTÍA

Blancor sin mácula, en el jardín. F: FotVi

-Ahora estoy confesando a santos pecadores. Es el tiempo. Cuaresma. Con la mácula del pecado, se mancha la blancura. Y hay que volverla a su blancor original, prístino. A alguien que confiesa sus pecados, lo hallo santo de humildad, y, por tanto, de coraje evangélico; nadie lo fuerza. Es una cruz llegada y querida; y toda cruz que se acepta (aunque sea con la crueldad de la duda) es salvadora. En la confesión se trata de mostrar el perdón que se da y que, con la humildad del arrodillado voluntario (de espíritu), se toma. Me arrodillo hundido y me levanto liberado; con propósito de la enmienda; es decir, con intención de reparar (devolver) lo que se ha substraído al hermano: paz, amor, hacienda, dignidad. Resarcir. De la confesión se sale con el proyecto de reparar el estrago hecho a otros, si no, no hay sacramento, no hay perdón, aunque sí misericordia. Disculpa, Diario, que esta vez no hable de vilezas ni de abominaciones, es tiempo de amnistías (19:24:56).

miércoles, 16 de marzo de 2016

16 de marzo de 2016. Miércoles.
ORFANDAD TRISTÍSIMA

Alegre soledad, en el parque. F: FotVi

-Cada mañana, en el patio, formo un pequeño charco de agua, de unos centímetros de diámetro; tan sumiso él, que podría caber en el dibujo de la hoja del cuaderno de clase de un niño. Un niño coge un lápiz y un folio y, de la nada, aparecen, una casa ocre con humo blanco en la chimenea, un camino amarillo en zigzag que suele caerse en la primera esquina del folio, y un lago con un pájaro marrón revolando el azul, que, por tener el pico abierto, hasta se le oye piar. (¡Yo lo oigo!) Quiero decir que se oye el dibujo, tanta vida tiene; late el dibujo. Como digo, yo, cada mañana, pongo unos centímetros de lago (sin nombre) en el patio, y vienen los pájaros, dos, uno, tres, depende; llegan con dudas: otean, dan unos pasitos de ballet, pían, vacilan, hasta que meten el pico en el agua, para, al momento, alborotando, mojar sus plumas, y dar comienzo así a la liturgia del baño, con el universo como testigo absorto. (Todo el universo allí, lo he visto) Y, me he dicho: mi lago y el pájaro, o la humildad de lo sublime. Fiesta en la mañana, hasta que echo una mirada a la prensa, ese rincón donde tan frecuentemente aparece la médula mala de la humanidad, y me doy con la foto de unos niños jugando en un campo, envilecido, de refugiados a las puertas de Macedonia. Ellos, que vienen de la guerra, de la muerte, que viven en la huida, con frío de todo, y, sin embargo, juegan, ríen, y lo hacen porque, como diría Borges, «no saben que en el alba / han destrozado un hombre». Los esbirros del alba, destrozan su patria con armas llegadas de los países adonde no los dejan arribar. Estos niños juegan por no llorar, porque los juegos, en la niñez, son el más allá de los sueños, el otro lado donde quizás habite y les sonría la esperanza, y les hable de llegar, en su éxodo sin fin. En la mañana, Diario, todo puede suceder, hasta sentir que, más allá del juego de los niños, la tristeza te habita, como una orfandad tristísima (19:39:49).

lunes, 14 de marzo de 2016

14 de marzo de 2016. Lunes.
CON LA LETRA «A»

Iniciando la libertad, en las Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Al decir la palabra ideología, se me ha vuelto a aparecer esta mañana la letra «a», aquella que perdiera ayer y que se me resistía a ser encontrada para la sublime y aterradora artesanía diaria de la Lengua. Hoy se ha producido mi encuentro con la letra «a», y ha sido para mí algo así como la letra perdida y hallada en el templo de la ideologí(a). Ideologí(a), palabra que, salvo la «u» (aunque se podría glosar aquello de Bécquer sobre qué es poesía, sólo que en esta ocasión, virando poesía por ideología, y así saldría: -¿Qué es ideología? ¿Y tú me lo preguntas?/ Ideología… eres . Y ahí estaría la «u», en racimo de cerezas, con las otras vocales), reúne todas las vocales necesarias para hacer viable la prosa y la poesía del lenguaje, su andamiaje de comunicación y belleza, su hermoso cuerpo fónico. Ideología, o el éxtasis maligno, que todo lo perturba y electriza, y cuya ofuscación intelectual conduce, a veces, a la intransigencia, a la exaltación fanática. La idea es esplendor, luminosidad, camino; la ideología, por el contrario, es abismo, sima oscura, muro. En la ciencia, en la política y aun en la fe, la ideología es perversa, y, no sé por qué, trasmite inquinas, fobias, agonías. De pronto, te rebelas hostil, alacrán con veneno en el corazón y en la lengua donde se expresa, locura irritada. Yo, creyente, hay veces que, para seguir siendo libre, es decir, tolerante, suelo pedir que mi fe, Diario, sea sólo fe, búsqueda, posible hallazgo, y, en el Hallazgo, paz, y no desafío. Que poesía eres tú…, Libertad (20:42:19).

domingo, 13 de marzo de 2016

13 de marzo de 2016. Domingo.
LA LETRA «A»

Luz de paz, en el Mar Menor. San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Hoy no he escrito: se me ha perdido la letra «a» de mar, de paz, de obra, de arte, de vida (y sin vida no sé escribir)…; y las dos de caída, de levantarme, de agua, de rama (y sin rama no cabe el nido)…;  y las tres de lámpara, de mañana, de alimaña, de carrascal (y sin carrascal no hay mundo ínfimo e infinito)…; y las cuatro de alabanza (y sin alabanza, Diario, ¿a quién hablar?)… (21:13:47).

sábado, 12 de marzo de 2016

12 de marzo de 2016. Sábado.
PRECIOSA INDEFINICIÓN

Luz de amanecida, en Salinas de San Pedro. F: FotVi

-Esta mañana, cuando el alba no era ni luz ni sombra, y apenas una mueca de claridad emergiendo de lo oscuro; es decir, cuando el alba era todavía una preciosa e insinuante indefinición, leo esta sorprendente verdad: «Lo que salva es la mirada». Simone Weil, filósofa francesa, judía. La mirada limpia sanea el corazón, lo dulcifica, lo hace -es un decir- panal de abeja con miel. Endulza los sentimientos, los amuebla de suavidad. No así la mirada llena de atajos y manchas negras, o de esquinas de odio. Cuidar las miradas es vigilar las enfermedades del espíritu, que repercuten luego en el corazón. Quien enferma de oscuridad sus miradas, Diario, propicia un corazón a tientas, con todas las luces de la piedad y de la ensoñación y del amor apagadas, y sin interruptor de encendido (19:32:53).

jueves, 10 de marzo de 2016

10 de marzo de 2016. Jueves.
EL BOSQUE

Bosque y luz, en Arenales y Salinas. San Pedro del Pinatar.

-En el bosque, donde los rayos de sol y las aves entonan madrigales al silencio, la vida vegetal se hace confluencia, reunión, misterio. ¿Será el bosque -me he preguntado alguna vez- pueblo, aldea, ciudad arbórea? ¿Se relaciona el bosque? ¿Conversa? ¿Aun el pequeño bosque? En el bosque hablan las aves, el viento, la tormenta, hasta que los acalla el silencio. ¿Falta en el bosque diálogo? ¿O quizá esconde un lenguaje arcano que sólo oye quien, con humildad, en él se adentra y escucha? Escribió Jorge Teillier, poeta chileno: «El bosque cierra sus párpados y me encierra». En el día Internacional de los Bosques, me dejo encerrar en sus párpados, y así llorar con ellos la deforestación del planeta, o nuestra propia desnudez interior. Desnudos de sensibilidad y vestidos de pavorosa soberbia, moriremos de astenia o agotamiento espiritual, seremos sólo polvo, y no, como realzara Quevedo en aquellos sus versos celestes, «polvo enamorado». Sociedad enferma la nuestra, que, salvo el dinero y el poder, y el goce sin norma, apenas la enamora nada; sociedad de carrizos quebrados, de momias que hablan y gesticulan, de pavos reales sin realeza, la realeza de la dignidad. El día del bosque debería ser el día de la vida, de la inocencia vegetal, el día de dar -oxigenar el planeta- sin recibir nada, o muy poco, a cambio. El bosque es el templo de la oración sin palabras, del silencio orante. Es la basílica donde más se respira la trascendencia, el esplendor de lo invisible, el tacto de lo intocable. En el bosque, Diario, Dios habita sin notarse, sólo fluye, para quien se deja envolver por su imperceptible aura, como aliento o respiración -o ligera brisa-  (13:31:09).

martes, 8 de marzo de 2016

8 de marzo de 2016. Martes.
LA MUJER

A mi Madre, Mujer. F: FotVi

-Un poquito de lluvia, otro poquito de viento, y un sol quebradizo de paletada azul de Picasso, en el lienzo, persiguiendo trasparencias. Desde la ropa que cuelgo para que se oree, hasta el cielo infinito, todo es trasparencia. Se expande la claridad. «Siempre la claridad viene del cielo; es un don…», escribía en 1953, Claudio Rodríguez, en su inmenso libro Don de la ebriedad. La claridad, que es más que la luz. La luz crea sombras; la claridad, sólo esplendor. Hoy, día de la mujer, celebro a mi madre, que fue claridad sin sombras. Como cada madre, supongo. En el recuerdo, ante todo, me quedan sus manos. En la más avanzada ancianidad, sus manos eran trasparencia, claridad, que yo besaba con devoción. Eran manos de trabajo y de martirio; manos de santidad sin hornacina. En sus manos estaba el trasluz de su vida, donación sin límites, caridad laboriosa y bulliciosa. Aunque apenas besaba (no le gustaba), toda ella, pequeña, frágil, cartón al final (vivió 100 años), fue amor, sin aspavientos. Las manos, donde ardía el rezo y la paz que éste le dejaba. Nunca la oí quejarse, aunque sí llorar. Vivió la guerra, la persecución, el desahucio, la precariedad (no la pobreza), no fue a la escuela, y, sin embargo, sabía leer y cuentas, y, aunque con rasgos desiguales, escribir su nombre, hermoso: Francisca, como el de Asís. Ella fue mi guía y, sin ocupar sitio en biblioteca alguna, mi libro abierto, en el que, ante cualquier dificultad, Diario, hallo la luz (o el destello, irradiación) que, hasta con renglones torcidos, me hace escribir recto, o, al menos, entendible (20:36:43).

lunes, 7 de marzo de 2016

7 de marzo de 2016. Lunes.
CONTRASTES

Luz y belleza, sin contradicción, en Arenales y Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Hoy me subo de nuevo al carro del frío y me froto las manos; y, al tiempo, me las regocijo soplándolas. El frío ha estado este invierno yendo y viniendo, como el camarero ante la llamada de un cliente. «¡Marchando una de frío!», y una de frío; o: «¡Una de calor!», y una de calor. Dicen que ésta -el Sureste- es tierra de contrastes; yo diría que más bien es tierra de contradicciones. Cuando debiera llover, se impone el anticiclón, y, cuando toca frío, alienta el calor; es decir, siempre sale perdiendo la lógica meteorológica, que se resiste a ser lógica. No existen solsticios y equinoccios, existe el «manga por hombro» del tiempo. Quizá se trate de la contradicción eterna del mundo, «eternamente imperfecto», de Nietzsche. O, si el tiempo pensara, del «doble-pensar» de Orwell. Ser contradictorio -también según Orwell- es «mantener dos fes o creencias opuestas a la vez en la mente, y aceptar ambas». Pienso en políticos, en jueces, en  creyentes, en comunicadores…; pienso en mí. Contradecirse en cualquier situación capital es decir amén a esto y a aquello y vivir en desorientación continua. Problema, Diario, que, con Gracia y esfuerzo, trato de evitar en mi vida; pero sin conseguirlo, tal vez; o consiguiéndolo, quién sabe (21:02:39).

domingo, 6 de marzo de 2016

6 de marzo de 2016. Domingo.
INCENDIO

Bosquecillo y pasarela, en Arenales y Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-En los arenales de las Salinas de San Pedro del Pinatar, ha habido un incendio. Tres mil metros cuadrados han sido encenizados, demolidos, absurdamente devastados. El fuego que no es de hogar o de campamento, o de llama de candil, es cólera, bilis, devastación. Como el fuego del odio o el de la ira, aun el del desprecio. Absurdo. Era un matorral formado y embellecido por plantas de salar: siemprevivas, orugas de mar, sabinas de las dunas, barrones, y la joya, esparragueras del Mar Menor, especie endémica y en peligro de extinción. Yo, para que estas plantas se sientan don y belleza, e iluminación del paisaje, las miro casi cada día, paseo junto a ellas y las llamo por su nombre, y les doy así el consuelo, en el tropel de la arena y de las otras cosas que las rodean, de ser distinguidas como únicas y originales, insólitas. Las miro, las nombro y siento en mí su alegría, pues se regocijan de estar en las palabras, y de que alguien, amigo, las diga. ¡Me han nombrado, dirán, con lágrimas en las hojas! ¿Origen del incendio? Quizá un descuido o la desidia del que enciende un cigarrillo y, sin cerciorarse de si aún arden, tira la cerilla o la colilla, y hace que se calcinen plantas, pequeños roedores, alguna lagartija, o el nido del alcauzón, que canta a escondidas, para que, con las dunas y el agua, lo oiga algún visitante del pequeño bosquecillo y paraíso donde vive con oído musical. Y decirte, Diario, que el incendio de un matorral es el incendio del mundo, aunque el matorral sea, como la humildad, de proporciones enormemente pequeñas, pero sublimes (20:41:25).

viernes, 4 de marzo de 2016

4 de marzo de 2016. Viernes.
ENVILECIMIENTO

Paseando con Stendhal, en la tarde. Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Por la mañana, suelo no defraudar ni al rezo -himnos, salmos, preces, plegarias: Dios-, ni a la lectura; hoy leí a Stendhal en su Historia de la pintura en Italia. Hablaba de Florencia, «república sin Constitución» y sin libertades, donde imponía su tiranía la nobleza. Por esta razón, dice, «era preciso recurrir constantemente a las armas en contra de los nobles»; y sigue: «el envilecimiento, y no el peligro, es el que mata el genio de un pueblo». Es decir, «el envilecimiento» mata el genio, pero también el ingenio, la convivencia y aun la vida de un pueblo. El envilecimiento. ¿Estaremos en estas en nuestro país? ¿Envilecidos, en estado de deshonra, en postración? Diario, te invito a reflexionar, hazlo conmigo, mientras paseamos, con Stendhal (20:04:44).

jueves, 3 de marzo de 2016

3 de marzo de 2016. Jueves.
BRONCA

Damas tan hermosas, las palabras. F: FotVi

-El Diccionario es el otro mundo, la otra inquietante tierra, donde descansa el silencio -clamoroso, sin embargo- de las palabras. En el Diccionario duermen su sueño de eternidad los vocablos, donde se cobijan, como la perla en la ostra, las ideas. En el Diccionario, las palabras, para salir de su letargo, donde andan enmudecidas, aguardan ser dichas o escritas y abrir así su alba de sol y vida. En el Diccionario las palabras dormitan, pero encendidas, con sueños por soñar, y libres, esas damas tan hermosas. Yo digo una palabra y sé que mi boca es otra, sé que un vuelo se mueve en ella, salta, se posa, dice, y hace que algo sea y esté, se manifieste realidad, cosa. La palabra existe para que las cosas sean, diciéndose. Hoy, después de lo de ayer en el Congreso, la palabra que mejor ha definido en los medios lo allí ocurrido ha sido «bronca»; la bronca de tal contra cuál, o de éste contra aquél; es decir, todos abroncando o abroncados, o todos mal dichos, ineducados. Unos, con ironías corrosivas, otros, con salivazos como monedas de a céntimo, lluviosos. El Diccionario dice de «bronca» en su 6ª acepción: «f. Riña o disputa ruidosa»; y en la 9ª: «f. Enojo, enfado, rabia»; pero, antes, en la 5ª, y como modo y adjetivo mexicano, dice: «Dicho de un caballo: sin domar». Y en este vendaval de broncas, Diario, ¿quién crees tú que llevaba razón? ¡Ah, palabras, damas tan hermosas, qué mal os han tratado! (20:13:20).

miércoles, 2 de marzo de 2016

2 de marzo de 2016. Miércoles.
QUITARSE AÑOS

Anunciando vida, a pesar de los años, en el parque. F: FotVi

-Ayer, a mi crónica de cada día la situé en el uno de enero, retrasando así en dos meses el tiempo. Uno de enero y discurso, escribí. Y es que, en lo que toca al tiempo, como Cantinflas, de 20, siempre me llevo dos. O lo que es lo mismo: retrasé el reloj dos meses, no sé si por ver si colaba o en razón del despiste olvidadizo de los años. Y es que, en la mente del que ha cumplido muchos años, restar horas al reloj es un ejercicio de voluntarismo lógico, pues es creencia que lo que quitas al reloj lo añades a tu vida. Es, cuando la vida te ha regalado tantos años, el sublime e inofensivo deleite de quitártelos. La juventud se adelanta a los años, y, sin tenerlos, dice haberlos andado; la vejez, por el contrario, y por amor a la vida, se los quita de encima, y lo hace porque los tiene y por piedad para con los propios años, pues éstos suelen vestirse con la misma vejez a la que acompañan: se los ve rendidos y arrastrando suelo al andar, con jadeos. A mí, Diario, me ha gustado tener años para poder contarlo, y, de paso, agradecerles su compañía de amor y sombras, de luz y precipicios, de Dios y su perdón, y decir de ellos, de los años, lo que el poeta argentino Héctor Viel Temperley escribió de su trayectoria vital: «Mi madre es la risa, la libertad, el verano». Hermoso. Decir que, al fin, en las Cortes, no me han investido presidente, del desconcierto (21:13:49).

martes, 1 de marzo de 2016

1 de marzo de 2016. Martes.
DISCURSO

Jarillas, en Salinas de San Pedro del Pinatar. 

-Uno de enero y discurso (Pedro Sánchez); discurso que ni siquiera he oído, y menos escuchado. No porque lo haya voceado un político, sino por el hecho de su longitud. Todo parlamento que pasa de quince, o lo sumo veinte minutos, y por mi vocación de lector de poemas, deja de interesarme. Aunque sea el discurso de un mitrado o el del mismo Demóstenes (quizá ante Demóstenes me rendiría). Un tal René Rebetez, escritor y cineasta colombiano, con sabiduría de viajero al que acosan los pasos y la prisa, dejó dicho: «Un poema oscuro dice más que un discurso claro». De ahí mi inclinación, si el discurso se alarga, a pasar página y ocupar la mente en otras cosas, como pensar si algún día será posible oír el crecimiento de las plantas. Esta tarde, Diario, en vez de oír discursos, me he inclinado una vez más por intentar descifrar el lenguaje del zampullín o de la jarilla, en las Salinas de San Pedro; aquél es ave y ésta, florecilla. Con esta visión, a San Francisco le hubiera nacido un himno de alabanza en los labios (20:47:23).

lunes, 29 de febrero de 2016

29 de febrero de 2016. Lunes.
JÚBILO

Puerta del Perdón, Catedral de Murcia. F: FotVi

-Viento frío en el rostro, como el que recibe un cachete sin ternura, gélido, que no duele pero hiela. El frío, ayer, se vistió de viento y, haciéndola neblina en la boca, nos heló la respiración. Neblina y rezo, en San Blas, y peregrinación por la tarde a Murcia, con sol. El sol, montado en las naves blancas de las nubes, corría con ellas y no obstante quemaba. Se celebraba la apertura del Año Jubilar para la zona del campo de Cartagena. Apertura, o entrar por la Puerta del Perdón en la Catedral, donde reside la Cátedra de Pedro, representada en el Obispo (tradición). Íbamos a jubilar (júbilo, alegrarnos) por el Año de la Misericordia. La misericordia es virtud que escasea, como el silencio en el estertor diabólico de la verborrea política. ¡Qué hermoso y sabio es hablar en silencios, como Dios a las almas o a la sabiduría humilde! Nunca habla Dios a la sabiduría malditamente altiva. Se queda en el silencio de la oración, y desde ahí, abre caminos. Un jubileo, para la iglesia, es echar las campanas al vuelo de la esperanza, poner flor al espino. Jubileo (yobel: cuerno: instrumento sonoro que anunciaba el año sabático a Israel). En el Levítico (libro del Antiguo Testamento), se decía: «Declararéis santo el año cincuenta, y proclamaréis en la tierra la liberación para todos sus habitantes. Será para vosotros un jubileo (un motivo de alegría); cada uno recobrará su propiedad y cada cual regresará a su familia». Año jubilar, pues, o año de libertad y de justicia; no estaría de más que, para ponernos al servicio de lo políticamente incorrecto -donde más abundan, de ordinario, la libertad y la verdad-, lo hiciéramos al menos una vez en la vida; lo poco, Diario, nunca hace daño, salvo al amor (20:09:55).

sábado, 27 de febrero de 2016

27 de febrero de 2016. Sábado.
LAS RENDIJAS DE LA POLÍTICA

Giraldillo, Catedral de Sevilla. F: Google

-Todo pudiera ser, como el pájaro que interpreta la partitura de su canto y alegra las ramas del árbol donde amuebla su nido. En Sevilla o en Madrid, o en La Habana o en Frankfurt, en vez de nombres, deberían suprimir calles y así no quedaría rastro de los nombres. No es inteligente suprimir nombres y dejar las calles, porque, al fin, todo nombre, como el salmón, vuelve a la calle donde nació, y contra corriente. «Final. ¿Acaso nada? Pero quedan los nombres», afirma Jorge Guillén.  Y Aldous Huxley: «En su propaganda, los dictadores confían sobre todo en la repetición, la supresión y la racionalización: repiten consignas que desean que se acepten como verdades, suprimen hechos que desean que sean ignorados, y fomentan y racionalizan pasiones que puedan ser utilizadas en interés del Partido o del Estado». Este acorde de acordeón desafinado me suena de haberlo oído estos días en «esta España mía, en esta España nuestra». Ejemplo: suprimir el nombre de Santa Ángela de la Cruz a una calle, en Sevilla, sería como usurparle el Giraldillo a la Giralda; seguiría siendo torre, pero no Giralda. Un dictador, aunque sea breve por bajito de cultura y tonto por insistencia en la materia, no deja de dar miedo. Me dan pavor, Diario, los dictadorzuelos que, con aspavientos de bisutería barata de bruja tenazmente mala e ineducada, perversa, nos acechan por las rendijas del poder, en estos días de vacas flacas y enfermizas en la política (20:28:26).

viernes, 26 de febrero de 2016

26 de febrero de 2016. Viernes.
EL BOSTEZO

Susto del geranio al nacer, en el jardín. F: FotVi

-En un desgobierno sin precedentes, la especie o género de los políticos escenifica, en su teatro de marionetas, un cierto afán de formar gobierno. El desgobierno, tratando de formar gobierno. ¡Qué irrealidad más irónica! Se reúnen, hablan, salen y lo dicen a la tele, y marchan ufanos hacia la celebridad. Luego muerden el pan, beben el vino, se frotan las manos, y creen habérselo ganado. Y pasan los días, y el muerto hiede. Entretanto, Cataluña se está empezando a ir (un pañuelo y una lágrima de despedida en el aire), el hartazgo del «cambio progresista-reformista» da vértigo, el «no se sabe si sube o baja» del «en funciones» marea, y la náusea (Jean Paul Sartre) bate alas en el estómago, hasta hacerse pájaro de mal agüero en la boca. Pájaro del vómito. De la boca brotan palabras revistiendo bellas ideas, pero también sapos y baba; es decir, poesía y prosa, y enigmas, y escupitajos. Por la boca escapa el alma, con rabia, a veces. Pero no obstante, la vida es hermosa: un bebé (facebook), todavía en el saco amniótico, bosteza. Quizá venía de un dulce sueño y lo han despertado, ¡qué susto! El crudo y feliz susto de la vida. Y como aviso al género o especie de los políticos, Diario, advertir que en la boca también aletea el bostezo, preludio en ocasiones de la ira (19:57:40).

jueves, 25 de febrero de 2016

25 de febrero de 2016. Jueves.
MANÍAS

Galopando sobre el tiempo, en la biblioteca. F: FotVi

-Ayer se me rebeló el ordenador en el que trabajo, dijo que no, y he tenido que echar mano de otro, reverentemente antiguo, pero útil. La vejez, bien tratada, es ventajosa por sabia y disponible, y desprendida. La vejez es sabia dos veces: por el saber en sí y por la experiencia, que añade luz y aroma al saber. La sabiduría, en la vejez, por ser ornamentada con la pátina del códice antiguo, se viste de gala; es decir, además de tiempo y silencio, se hace biblioteca, para poder ser leída. Remedando a Plácido, aquella película insana y maravillosa, frenética y feliz, de Berlanga, yo me atrevo a pedir sentar al viejo a tu mesa, y no sólo por Navidad, sino todos los días del año. Sentar al viejo a tu mesa y escucharlo, es dialogar con el tiempo pasado y entrever como por rendijas de luz el futuro. Es hacer verdad la máxima de Platón: «Envejezco aprendiendo cada día muchas cosas», para darlas. Esta reflexión la hago a cuenta de mi ordenador viejo, que me ha sacado de apuros, hasta que ha llegado Iván, y dándole a tres teclas, ha vuelto a activar el averiado. Tres teclas y todo se ha puesto en marcha. Y no es que el moderno haga más o mejor las cosas que aquél, sino que últimamente lo tengo más tratado y parece más fluido al andar, lógico; sólo eso. En todo caso, Diario, manías (21:10:04).

miércoles, 24 de febrero de 2016

24 de febrero de 2016. Miércoles.
LA ESTELA ONDULANTE DEL OLOR

Oliendo a mar, en Playa de Las Canteras. Las Palmas. Gran Canaria. F: FotVi

-Lavar la ropa me sabe bien; luego de tender la ropa, todo huele a frescura y a floresta, a rosal silvestre. La naturaleza, para hablar, usa olores en vez de palabras. La naturaleza se dice a sí misma oliendo. Leer olores en el libro siempre escribiéndose de la naturaleza, es alucinación; se salta verbos y adjetivos, y comas, la gramática toda, y, sin embargo, se la entiende, es otro estilo. Antes que las letras, el niño lee olores: la chupe, el biberón, el silencio de la madre o su ausencia. Lee los olores y gorjea o llora, según; y se asombra. Sobre todo se asombra. Morir en olor de santidad, es un dicho hagiográfico; para leer la santidad de un santo, primero se la huele y luego se la da por hecha. La santidad suele oler a buenas obras, como poner la otra mejilla o situar la fe al servicio del amor, que da la paz. En los dibujos animados, por la estela ondulante del olor, el gato llega a la cocina, donde andan los manjares de lamerse. Como el poder, que, con demasiada frecuencia, huele a corrupción; es decir, a pudrición. El olor, Diario, es otra lectura de las cosas, tan fiel y bella como la de las letras (20:00:12).

martes, 23 de febrero de 2016

23 de febrero de 2016. Martes.
AÑOS

Trapería, desde Plaza de Santo Domingo. Murcia. F: FotVi

-Murcia y el cansancio. En el andar, pregono ya los años. Ando y, paso a paso, van cayendo años a mis pies. Voy regando de años el camino. Cada paso, un año; hasta que me rinden. Los años en los pies tiran como plomos. Ir desde la plaza de la Fuensanta a la Universidad, me ha costado Dios y ayuda. Esta mañana de sol y palomas, y en la Plaza de Santo Domingo, parada y foto, para disimular. Luego, en la Universidad no estaba lo que buscaba, y vuelta al calvario de llegar hasta donde había aparcado el coche. Decirte, Diario, que de vuelta a casa, y como una patena azul, he visto el cielo abierto, hasta decir «¡ay!» y caer vencido en el sofá. El sofá, al que he dicho: «Amigo, estoy rendido», entrando en un sueño restaurador, dulcísimo, de libro de cuentos, con hadas (21:04:25).

lunes, 22 de febrero de 2016

22 de febrero de 2016. Lunes.
QUIZÁ, NO

Rosa sin hombre, en el jardín. F: FotVi

-Quizá, no; o quizá, sí… Se ensalza al fallecido Umberto Eco por haber sido unos de los intelectuales más insignes del siglo XX y lo que va de éste. Pero hay quien lo califica de «exquisito sofista y un hábil mistificador», además de «un simulacro de filósofo», carente de dotes literarias. (J. M. de Prada). Sin embargo, Eco alguna vez acierta (supongo yo, ¡oh de Prada!) si no en sus novelas, casi todas cascaruja y perifollo, sí en su descripción de las carencias de la sociedad actual. Escribe Eco: «Las redes sociales dan derecho a hablar a legiones de idiotas». Quizá, no; o quizá, sí… Y esto otro: «El drama de internet es que ha promovido al tonto del pueblo como el portador de la verdad». ¡Pobres tontos e idiotas, tan despiadadamente señalados y descalificados! Aunque yo, Diario, ni quito ni pongo coma. Quizá, no; o quizá, sí… O quizá también…, sea así (20:23:45).

domingo, 21 de febrero de 2016

21 de febrero de 2016. Domingo.
OJOS NUEVOS

Pensando, en las Salinas del Mar Menor. S. Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Hoy, día del Señor, he celebrado misa en San Blas, Ribera de San Javier, donde alienta el Mar Menor. En la forma consagrada, he sentido el tacto de Dios en mi tacto, y he bebido y mascado a Dios; es decir, lo he comido. Con sonrojo, le he dicho mis pecados y me he sentido perdonado, aunque, luego del abrazo, me ha pedido, sin reñirme, que no lo haga más (o riñéndome). Y he prometido lo que quizá no cumpla; pero Dios me ha sellado el perdón. He dado la paz y la asamblea me ha respondido con paz. Unos niños me han mirado todo el tiempo con asombro (el asombro de los ojos nuevos) y, al finalizar la misa, me han dicho sus nombres: Paula, Irene, Saray, Rodrigo…, con luz en los ojos me lo han dicho,  y con sonrisas de juegos. Yo soy de los que creen que Dios se deja ver en los ojos de los niños, se asoma en ellos, dice «paz» y se vuelve a esconder tras la mano con que todo niño pretende cubrir su sonrisa, sin poder, porque la sonrisa le queda en los ojos, donde pululan cosas, y nombres que están en las cosas, y sueños, y ramas de almendro florecidas. Más tarde, me he enfrascado en lo hermosamente vulgar: calentar la comida, almorzar, coser un botón, regar las macetas, caminar, y escribir esto que doy a la lectura; y todo, Diario, para que conste y no me olvide de que he vivido y convivido con el mundo, sin ruidos (19:20:29).

sábado, 20 de febrero de 2016

20 de febrero de 2016. Sábado.
ANSIEDAD

Lluvia, en los Lagos de Plitvice, Croacia. F: FotVi

-Aquí, en el Sureste, con el frío del invierno real que nos llegó, nos ha faltado, sin embargo, el arpegio de la lluvia en el piano de la tierra. Dedos de lluvia inventando melodías en los tejados: impresionantes teclados, si son de uralita. Desde sus laberintos, las raíces están pidiendo lluvia; es decir, música de jazz que las haga bostezar y volver de su sueño invernal. No llega el olor perfumado de la tierra mojada, y esto contamina el aire de ansiedad. Ni la lluvia al Sureste ni un gobierno a España; no llegan, se han encasquillado. Sin Charlot en los engranajes de la máquina de los tiempos modernos, ni lluvia ni gobierno, todo se traba. Y así sucede que todo se hace, Diario, tedio y empacho, ruido de nueces sin gajo (20:31:26).

viernes, 19 de febrero de 2016

19 de febrero de 2016. Viernes.
EL LIBRO ABIERTO DEL LLANTO

Habla el cielo, en Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Desde niño he pensado que llorar es fácil, lo difícil es contener las lágrimas. Las lágrimas son el libro abierto del llanto, su abecedario. Mojan como la lluvia, y dicen, si se las sabe leer, o escuchar. Sólo se llora sin lágrimas cuando el llanto es un grito desesperado, grito en el que se explaya el corazón dolorido. Es el grito del porqué, el grito del no entender. Y casi siempre es un grito dirigido a Dios; pidiéndole cuentas, aunque no se crea. Los hay que, sin creer, culpan de todo a Dios. Quizá su acusación tan violenta contra él se deba al hecho de creer que no existe. Si existiera -se dicen- le podríamos echar todo el betún del limpiabotas en el rostro, sin mancharnos nosotros. Así nunca habría culpa para el hombre, el único dios insigne desde la Ilustración. Dios no existe, dice el ateo, pero le hace culpable del mal que sí existe, y, sin estar Dios en su agenda, lo condena sin embargo. Cuando el mal, Diario, lo provoca el ser humano con sus actos viles y colmados de demente irresponsabilidad, a veces (21:42:03).

jueves, 18 de febrero de 2016

18 de febrero de 2016. Jueves.
AVE QUE VOLABA UN SUEÑO

Pensando vuelos, en la Academia General del Aire. F: FotVi

-Ayer, al sentarme en la carlinga de un reactor de la Patrulla Águila, viví la experiencia de un vuelo imaginativo, lúdico, casi místico. Invitados por el capellán de la Base, Ildefonso, un grupo de compañeros visitamos, en La Ribera de San Javier, la Academia General del Aire. Primero, una visión panorámica del recinto de la Academia, con el espejo vivo del Mar Menor reflejando nubes y gaviotas, y pequeñas odiseas, hasta recalar en el hangar donde se cuidan el esqueleto y fuselaje de estas águilas de metal. Águilas que vuelan y recrean la belleza del vuelo, superando a veces la velocidad de un parpadeo y dejando estelas que regocijan los colores rojo y gualda, y lo agridulce (por los defectos que con frecuencia nos regalamos) de eso que llamamos patria, donde se incluyen familia y tierra, con la historia como nudo de pescador que ata, firmemente. La Academia es una ciudad joven, disciplinada, en la que se estudia y no se le ponen trabas a los sueños. En la Academia, como Dédalo e Ícaro, su hijo, y Leonardo da Vinci, se sueñan vuelos que se hacen realidad al final de una carrera sufrida, por exigente. Yo, Diario, por un instante, me sentí ave que volaba un sueño y lo contemplaba a un tiempo riesgo y luz, y por tanto vida. Como cualquier alumno aplicado de la Academia. Gracias, Ildefonso, por haberme dado la ocasión, a mis años, de soñar que soñaba vuelos (20:29:07).

martes, 16 de febrero de 2016

16 de febrero de 2016. Martes.
EL AUSENTE

Florecilla sonora, en Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Sales a pasear (Salinas de San Pedro) y te encuentras con la ausencia de Dios que habla. Dios es el Ausente, porque, aun estando, parece no estar. Esta tarde salí a pasear y todo hablaba. Acerqué el oído, y sentí que el Ausente hablaba en las cosas, en su insistencia en la belleza. Comparo bellezas, y me quedo con la inmensa florecilla sonora, la que recibe la última sacudida de luz del sol en su ocaso. Una suave brisa la anima a querer salir de sí misma y volar, como la mariposa que, en su vuelo, la ciega de deseo. Pero se sabe florecilla y se resigna a ser, sólo, inmensa florecilla sonora. ¡Sólo! Habla y se la nota feliz. ¡Sabe hablar! Y se la nota feliz. Y parece no decir nada: ¡pero dice tanto! En éstas, miro, «y la tarde circular es ya bahía: / todo está cerca y todo es intocable». (Octavio Paz). Todo es intocable, como el Ausente, Diario, que, sin embargo, dice (20:35:57).

lunes, 15 de febrero de 2016

15 de febrero de 2016. Lunes.
MUSA DEL LLANTO

Sombrías tormentas, en Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Por fin el frío se hace glosa del invierno, es su atuendo, su literatura. Incluso aquí, en el Sureste. Un invierno huérfano de sus signos de frío y nieve, y agua, sería un invierno lisiado, tullido, como lo sería un bautismo sin el lucir del agua en la cabeza del bautizado. Sin nieve, Francisco Umbral no habría podido escribir, en enero de 1997 -La dacha nevada-, este renglón de poesía sin versos: «Quizá la nieve sea un gato blanco que se ha quedado a dormir en el jardín». Lo blanco ayuda a la palidez del verbo romántico, lo estremece. Como el agua estremece el sacramento del bautismo, le da eficacia. Y yo, helado, siento el frío de España, su enorme socavón de utopías y solidaridad, de miras altas. Cantaba Marina Tsvietáieva en los primeros años de la revolución bolchevique: «¡Oh musa del llanto, la más bella de las musas! / Oh loca criatura del infierno y de la noche blanca. / Tú envías sobre Rusia tus sombrías tormentas / y tu puro lamento nos traspasa como flecha». «¿Sombrías tormentas» -quizá- sobre España? ¡Ah, Larra, cómo te dolía España! Si no me doliera España, sería por ser español. Sólo a un ciudadano del mundo le puede doler -como nos duele una mota de polvo en el ojo- una parte de ese mundo que sufre. La idea es de San Pablo. Todos los sentidos del cuerpo acuden solidarios allí donde rompe el caño del dolor de una herida. Mientras busco el infinito, y me sé ciudadano de todo, también de la pobreza y del misterio, del jazmín y la cebolla, del gato y la gracia, me duele, Diario, este punto del mundo llamado España, como el otro llamado Siria, o el de más allá llamado Chapias, en México, me duele la desesperanza. Si pienso así, ¿ofendo a alguien? (20:15:49).