14 de mayo de 2016. Sábado.
HEDOR
Aroma de lirio, en el jardín. f: FotVi |
-Como una pavorosa pirámide de heces de la época del
consumo y el descarte, arde un cementerio de neumáticos en Seseña; o arde la
Babel de la estupidez humana, en Seseña. En Seseña no se confunden lenguas,
sino técnica, progreso, capitalismo bárbaro, intereses, y desidia. En Seseña se
respira corrupción, que es la consecuencia de toda muerte, y más si se trata de
muerte ética o moral. Hoy, en mi eminente jardín de ocho macetas (o diez), son
aroma y lujo el lirio y el arrayán, y la abeja que poliniza. Y entretanto, yo,
en mi rincón de eremita, escribo en libertad, que es otro modo de aromatizar el
hedor que fluye del cementerio nacional. Arde la política, quema la putrefacción,
y se apagan sueños. Pero yo, con el lirio y el arrayán y la abeja de guías,
sigo soñando que los sueños existen, y que vendrán tiempos mejores, porque,
como dijo Tagore, Diario, aunque el hombre pierda la esperanza en sí mismo, «Dios
aún no ha perdido la esperanza en el hombre». Dios, o el descartado, por anciano (20:47:58).