LA LOCURA DE LA CRUZ
-Ayer, fiesta de la Santa Trinidad. Fiesta del Amor, en el Padre, en el Hijo, en el Espíritu Santo. El Padre, que ama, engendra al Hijo en el Amor, y este Amor que se da del Padre al Hijo y de éste al Padre, es el Espíritu Santo. En Dios, que es uno en naturaleza y tres personas, todo es Amor. Y en al Amor viven y se dan Padre, Hijo y Espíritu Santo. Si yo amo en Dios, estoy amando en la santa Trinidad, porque el Amor en Dios es uno, su naturaleza, manifestado en tres personas distintas. El Padre es el creador, el Hijo el redentor y el Espíritu Santo, el santificador. Aunque los tres crean, los tres redimen y los tres santifican, pues son uno en el Amor. No podemos hablar de tres, según el contar humano, sino de Uno manifestado de tres formas distintas. Dios ama para formar su entrañable familia divina y, en el Amor, da consistencia a su familia humana. No olvidemos que, en Jesucristo, somos hijos de Dios. Dice San Juan en el capítulo primero de su evangelio: «A todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hijos de Dios»; hijos de Dios por gracia y adopción, no por naturaleza. Por naturaleza, sólo lo es Jesús. Como dice san Pablo en la carta a los Corintios, Diario, todo se resume en la locura de la cruz y en la resurrección, donde actúa el Espíritu de Dios; todo el Amor de Dios, manifestado en su Hijo Jesucristo (12:22:17).