27 de noviembre de
2018. Martes.
ACCESO
DE RISA
Risa de la roca, en Petra. Jordania. F: FotVi |
-Le preguntaron a un
político: «¿Qué programa es el suyo?» Contestó: «La mentira». Lo dijo muy serio
y sin un rictus de pavor en el rostro, absolutamente convencido. Después marchó
a casa, dio un beso a sus hijos y a su esposa, se miró al espejo, y fue
entonces cuando tuvo el acceso de risa. Una risa loca, abominable, como de cólera,
desvencijada, atónita. Le caía la risa por la camisa y se la manchó de
ignominia. Se calmó cuando su sombra le dio unos golpecitos en la espalda y
paró aquel disparate diarreico. Una descompostura de risa. Luego se calmó,
salió y, al despedirse de los suyos, les dijo: «Voy al trabajo». Y marchó a la
sede del partido, donde le esperaban, Diario, toda la recua de adulones y
funcionarios con las carpetas llenas de apariencia y disfraz, y sin espejos en
los que mirarse, solo revestido de su pequeñez y arrastrando la capa de su
desfachatez (18:30:45).