15 de noviembre de
2018. Jueves.
COMO
OCHO RÍOS
Niña aprendiendo, en Munich. Alemania. FL FotVi |
-Candela cumple hoy ocho
años, como ocho ríos. Siento un poco de miedo cuando pienso en el día en que,
como un cristal, se rompa su inocencia, y entonces contemple la prosaica,
insulsa, y, en muchos casos, vacía realidad. Sin un trozo de poesía que la salve. Ella dice, por ejemplo, que no
va a recibir el cuerpo de Cristo, porque no le gusta la carne cruda. No
entiende todavía lo que es la mística y el mundo real en el que esta se mueve; tú
dices carne, y ella piensa en el tejido animal que masticamos, desmenuzamos y
tragamos. Habrá que educarla en lo místico para que acepte lo real, en donde se
esconde lo que no se ve, por donde anda lo invisible. Hoy cumple ocho años, ocho
sueños subidos al alambre de la vida, todavía sueños claros, frágiles, de jugar
con muñecas, de vivir en el país de los cuentos. Rezo, Diario, para que siga
con esa luz discreta y sabia de la inocencia, hasta que, poco a poco, despierte
a los años y viva en ellos, sin estridencias, normalmente, con el perfume de la
adolescencia en su mirar y en su corazón, creciendo y sabiendo, poniéndole luces
a su mayoría de edad, pues para entonces, habrá crecido, con la edad, en
sabiduría y en gracia, para complacencia de Dios y bien de la humanidad, como
un milagro (18:30:42).
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