2 de noviembre de
2018. Viernes.
PARA
LA EMOCIÓN
Insinuación de rosa, en Murcia. F: FotVi |
-A más teléfonos, menos
comunicación, más encierro. La mañana era un bello acontecimiento de claridad y
destello. O era como andar envuelto en poesía: el río, las jacarandas, las palomas;
y yo, observando, fascinado, mi entorno. Relacionando las cosas entre sí; y a mí,
con las cosas. En armonía. Como dice Plotino, tratando de dar, a través de las
cosas, con el Uno. Pero tan cerca de las cosas y tan lejano de las personas, me
he dicho. Pasan a mi lado teléfonos subidos al oído de ancianos y jóvenes;
ancianos y jóvenes sumergidos, náufragos de la tecnología, con su yo y el otro,
o con su yo y la nada. O en todo caso, náufragos en una música excluyente y violenta,
de ruido de concierto, quizá. De cada diez personas que han pasado a mi lado,
ocho iban sin oír, oyendo; cosidas al teléfono, como a su cordón umbilical. Yo
no hablaba, solo contemplaba cómo en la rosaleda la flor que ayer era brote –yema,
insinuación– hoy era un maravilloso acontecimiento floral único, inesperado; suceso
este, Diario, que he fotografiado, para el recuerdo y la contemplación, para la
emoción (19:05:55).
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